De las 18 ediciones de los Juegos Panamericanos, sólo en cuatro la Selección Argentina de básquet logró subirse al podio. Una de ellas fue en México 1955, la segunda edición del evento, cuando el combinado nacional, dirigido en aquel entonces por Casimiro González Trilla y Francisco del Río, se quedó con la medalla de plata. Entre los integrantes de ese plantel, estaba Felipe Fernández.
“Yuco”, que se destacó en Redes Argentinas, club con el que consiguió el título tucumano en 1959 y 1960, tuvo también un paso por el histórico Atenas de Córdoba. Y fue el segundo tucumano en ser convocado a la Selección, luego de Armando Bollea.
Su debut en el combinado albiceleste fue, justamente, en los Juegos Panamericanos de 1955, en un seleccionado compuesto por 11 jugadores nacidos en Buenos Aires, y sólo Fernández como representante del interior. En ese plantel, había cinco campeones del mundo con Argentina en 1950: Oscar Furlong, Ricardo González, Alberto López, Juan Carlos Uder y Roberto Viau.
Acariciando la gloria máxima
Seis equipos participaron del torneo de básquet de esos Panamericanos en México: Argentina, Brasil, Estados Unidos, Cuba, Venezuela y México. El formato era de todos contra todos, y las posiciones finales determinarían el podio. Argentina cosechó cuatro triunfos: 72-39 a Venezuela, 78-64 a México, 66-50 a Cuba y el destacadísimo 54-53 sobre Estados Unidos.
La única derrota albiceleste fue ante Brasil, 57-61. Completado el torneo, se dio un triple empate en el primer lugar entre los brasileños, los estadounidenses y los argentinos. Por diferencia de puntos en los partidos entre sí, Argentina terminó en el segundo puesto, detrás de Estados Unidos, repitiendo lo sucedido en los primeros Juegos Panamericanos, Buenos Aires 1951.
Según los registros de la Confederación Argentina de Básquet, Fernández disputó cuatro de los cinco partidos del certamen, y anotó cuatro puntos, todos ante Venezuela. Este fue el primero de cuatro torneos que disputó con la camiseta albiceleste: jugó luego los Sudamericanos de 1955 y 1958 (cuarto puesto en ambos), y el Mundial de 1959, donde culminó en el décimo lugar.