Caso Trancas: la única testigo viva recuerda los ovnis

La experiencia que atravesó la familia Moreno en octubre de 1963 fue uno de los avistamientos de naves extrañas más famosos del mundo.

GALERÍA. Desde aquí se vieron las luces que sobrevolaban la zona de la alambrada al fondo. LA GACETA / FOTOs DE Analía Jaramillo GALERÍA. Desde aquí se vieron las luces que sobrevolaban la zona de la alambrada al fondo. LA GACETA / FOTOs DE Analía Jaramillo

Ya pasaron seis décadas de un impactante fenómeno de ovnis. Se volvió un caso emblemático por la cantidad de protagonistas, la solidez de su historia y un relato sin fisuras de lo que ocurrió en la noche del 21 de octubre de 1963 en la finca de la familia Moreno en las cercanías de la villa de Trancas. Fueron testigos directas las hermanas Argentina Moreno de Chávez y Yolie Moreno de Colotti, además de Dora Martín Guzmán, que trabajaba en la casa. El relato de LA GACETA fue el que presentó al mundo este suceso, que pasó a ser llamado El Caso Trancas.

Testigo privilegiada

“No me olvido más de aquello. Ese día quedó grabado a fuego. Siempre aquellas imágenes, naves, colores y movimientos vuelven”, explica con tranquilidad la única testigo sobreviviente del Caso Trancas, Yolie, de 81 años. Su figura esbelta contiene una personalidad vivaz, amena y comunicativa. Siempre dispuesta a las requisitorias sobre los hechos de la que fue protagonista.

En la charla con LA GACETA, en su casa de Yerba Buena, la mujer no para de sonreír y recordar a su familia. Su relato coincide a la perfección con el realizado hace 60 años y con los reproducidos por el mundo. “Dorita entró a la casa diciendo que no iba seguir en la cocina con su tarea, porque había unas luces extrañas al frente de la casa. Mi padre, Antonio (Moreno), quien estaba un poco enfermo y no podía salir, intentó hacerlo igualmente para cerciorarse sobre lo que ocurría. Mi hermana, Argentina, lo detuvo y decidió salir hacia la galería con una pistola en su mano y una linterna. Yo fui por detrás. Nosotras dos y Dorita salimos y vimos a decenas de metros al frente de la finca y las vías del ferrocarril Belgrano que estaban más allá de la ruta, una serie de luces voladoras. Varias estaban sobre las vías y otra estaba más cerca como sobre el alambrado de la finca. Decidimos avanzar. Dejamos la galería y fuimos por el camino de entrada hacia el portón. Cuando hicimos algunos metros, Argentina apuntó su linterna a la nave más cercana. Repentinamente su luz fue cambiando de color y nos iluminó a nosotros, pero su luz ya no era blanca sino violeta, estaba rodeada de una nube, como una niebla”, contó la mujer, que es licenciada en Ciencias Políticas.

PROTAGONISTA. Yolie Moreno mantiene muy vivos los recuerdos de lo ocurrido hace seis décadas. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI PROTAGONISTA. Yolie Moreno mantiene muy vivos los recuerdos de lo ocurrido hace seis décadas. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI

El relato de 1963 de nuestro diario indicaba que tras las palabras de Dora a su patrón, “Yolie salió al patio mirando hacia el lugar indicado por la muchacha. Entonces vio que desde dos centros luminosos salían haces de luz que iluminaban las vías. También se notaba, pese a la distancia, a gente que caminaba alrededor de las fuentes luminosas. Parecía una cuadrilla de peones de vía y obra trabajando en el terraplén”. Tras exponer el recorrido de las tres mujeres hacia el frente de la finca, la crónica expresaba que “tuvieron una visión casi dantesca que las llenó de inquietud y temor. A unos 30 metros de la galería, detrás del jardín y sobre el portón de acceso, unas luces blancas y gaseosas se balanceaban en la oscuridad”. En ese momento una de ellas ilumina el portón de entrada la respuesta de la nave fue “que uno de los círculos de luz cambió de tonalidad hasta convertirse en violeta”, para agregar que las mujeres “fueron invadidas por un calor que las obligó a refugiarse en la galería”.

Yolie afirmó la solidez de su relato: “cuando estoy sola mis recuerdos me llevan a aquellos momentos”.

Por las vías

Para la testigo esas personas que caminaban en la vía no pertenecían a los servicios ferroviarios “ya que iban y venían como por un tubo luminoso, caminaban de un lado a otro”.

Este era uno de los temas que podía ser explicado en que por esos días se estaban realizando trabajos, y por esas vías fueron trasladados los soldados de regimientos de Tucumán hacia la zona donde se iban a realizar las maniobras de entrenamiento dispuestas por las autoridades militares.

FERROCARRIL BELGRANO. Sobre esas vías vieron a personas caminado segun relato de la testigo. FERROCARRIL BELGRANO. Sobre esas vías vieron a personas caminado segun relato de la testigo.

Falta decir que durante aquellos hechos, mientras las mujeres estaban afuera, en la casa permanecieron don Antonio, de 72 años, y su esposa Teresa Kairuz, de 63, y tres pequeños, dos hijos de Argentina y un bebé hijo de Yolie. Aquella luz que iluminó a las tres también apuntó a la casa. Los ocupantes también sintieron calor y hasta los pequeños, según relató Yolie, estaban transpirando.

Un dato nuevo que contó la mujer fue que cuando era pequeña (tenía cuatro o cinco años), mucho tiempo antes del caso de 1963, vivió una experiencia especial. Ella se lo relató a sus padres, quienes le dijeron que no sea fabuladora. “Estaba en la finca hacia el lado del portón y vi tres hombres que me hablaban. Primero no entendí pero se comunicaban entre ellos como probando nuestra lengua hasta que entendí lo que me decían. Preguntaron qué hacía, que hacíamos en la finca cosas simples. Volví a la casa se lo dije a mis padres que no me creyeron y no los volvía a ver”, relató.

Material recogido

Otro dato interesante del caso es el análisis de sustancias pulverizadas similares al talco encontradas en el lugar donde supuestamente operaban las naves, según una nota del 12/05/2018 del diario “El litorial”, firmada por Francisco Villagrán. El análisis fue realizado por el doctor Walter Gonzalo Tel,l jefe de laboratorio del Instituto de Ingeniería Química de la Universidad Nacional de Tucumán. Los resultados fueron impresionantes: 96,48% de carbonato de calcio y 3,51% de carbonato de potasio. Es decir, calcio en estado casi puro.

A LA MAÑANA SIGUIENTE. Las hermanas Moreno cuentan lo ocurrido aquel 21 de octubre de 1963. LA GACETA / FOTO DE archivo A LA MAÑANA SIGUIENTE. Las hermanas Moreno cuentan lo ocurrido aquel 21 de octubre de 1963. LA GACETA / FOTO DE archivo

En las vías del Ferrocarril Belgrano también se encontraron pequeñas bolas de calcio y magnesio, que también presentaban el mismo estado de pureza. Además en la zona quedaron por varias años círculos donde no crecía vegetación, lo cual fue confirmada por la mujer: “durante muchos años, en las zonas donde estuvieron sobrevolando los objetos en la parte de adelante no crecía nada, pusiéramos lo que pusiéramos. Aún hoy hay lugares donde no se puede cultivar y la maleza propia crece muy débil y sin fortaleza”.

Sobre las bolillas encontradas, Yolie dice que ella las recogió para que fuesen analizadas. “Eran como del diámetro de una naftalina, pero no eran parecidas a nada que había en la zona. Eran muy extrañas, por eso las recogí”, explica con tranquilidad.

El informe policial firmado por el comisario inspector Marcos Fidencio Hidalgo señalaba que “los rayos de luz fueron acompañados por un especie de neblina blanca con fuerte olor a azufre. Tal situación se prolongó por espacio de 40 minutos después de los cuales los aparatos desaparecieron”. Al igual que en el informe, Yolie dijo que sintieron calor y “hasta una sensación de quemadura”, pero nada más.

“El caso Trancas marcó un antes y un después, sobre todo para aquella época, cuando hablar de OVNIS era de locos”, dijo Carlos Burgi, ufólogo de Tucumán Ovni. “Es icónico porque no sólo vieron las naves las hermanas Moreno, sino sus papás, la empleada y los vecinos”, remarcó, en una producción de “Panorama Tucumano”, del 26/10/ 2017. Además, las supuestas naves dejaron pelotitas blancas y manchas en el césped y en las vías, contó Burgi. “Vino la UNT a investigar e hizo un análisis (de las pelotitas) que dio carbonato de calcio 98% en alto grado”.

Los perros

Yolie relató que la luz parecía sólida, pero sí se podía introducir la mano “como lo hice yo y rápidamente se apagó”. En otras entrevistas, junto con su hermana dijeron que pese a la fuerte luz y la neblina, pudieron ver la nave que tenía “aspecto metálico” y pudieron ver “como unas seis ventanillas pero no el interior, ya que la luz de adentro lo impedía”.

AL FRENTE. Esta zona de la finca por muchos años fue imposible de cultivar, ni las malezas crecían. AL FRENTE. Esta zona de la finca por muchos años fue imposible de cultivar, ni las malezas crecían.

Tras 40 minutos las naves que “nunca se posaron en la tierra y se mantenían a escasos metros sobrevolando, se retiraron en formación hacia las sierras de Medina. Eran siete objetos”. Otro elemento extraño fue que los perros de la casa, durante todo ese tiempo, se mantuvieron en silencio. Y recién tras la salida de las naves comenzaron a ladrar y aullar por un tiempo.

En película

Por otro lado, la testigo asegura que su relato fue tomado por la NASA, ya que “vinieron investigadores de la agencia norteamericana para hablar conmigo”.

Y añadió que esos datos fueron tomados por Steven Spielberg quien los volcó en su película “Encuentros cercanos del tercer tipo”. “Podemos verlo en la escena donde las luces cambiantes atacan la casa y se llevan al bebé”. Tambié, dijo, cuando Richard Dreyfuss, un electricista en el filme, queda varado con su camioneta y un fuerte rayo de luz le quema la cara.

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