Hace 40 años, Los Twist crearon un disco para divertir y para que la gente baile

“La dicha en movimiento” fue el primer álbum del grupo que se proponía que la gente vuelva a reír. Con letras livianas, mucho humor y sátira, pero también temas comprometidas. El líder fue Pipo Cipolatti.

EXTRAVAGANTES Y DIVERTIDOS. Pipo Cipolatti, Daniel Melingo y Fabiana Cantilo en los inicios de Los Twits. EXTRAVAGANTES Y DIVERTIDOS. Pipo Cipolatti, Daniel Melingo y Fabiana Cantilo en los inicios de Los Twits.

La new wave fue un movimiento musical que surgió luego del punk en países como Estados Unidos y el Reino Unido, pero que, aquí en la Argentina, se libera cuando la dictadura comienza a despedirse.

Aunque son pocas las bandas que se identifican con la “nueva ola”, seguramente fueron Los Twist los que, formados en 1982, publican el primer álbum de esa línea hace 40 años y que hacen del rock “algo divertido”, según definió uno de sus fundadores, Daniel Melingo. Aunque bien que en 1981, Virus publicó “Wadu Wadu”, un tema que inauguró toda una época en el rock nacional.

“La dicha en movimiento” se llamó el disco debut que pudieron grabar en dos o tres días gracias a las horas en el estudio que le sobraban a Charly García. Los había escuchado en Café Einstein (una especie de pub under que no tenía capacidad mayor que para 80 personas) y se entusiasmó con ellos. “Fue un aire fresco en octubre de 1983 cuando los años oscuros terminaban”, indican los historiadores el rock argentino.

“Ellos tienen la propuesta rotunda e hilarante para sacudir la tristeza y poner un poco de sana alegría a la gente”, se puede leer en la revista Pelo. Cuando la revista pregunta cuál es el planteo del grupo, responden: “La propuesta es alegría. Las letras tienen mucho humor y algo de sátira. Queremos divertirnos, que la gente vuelva a reírse, rescatar el baile”. Y encima fueron atrevidos para afirmar que muchos músicos del rock nacional ya estaban en su otoño y que a ellos les gustaba la primavera.

Toda una definición, aunque no precisaron los nombres de los músicos que estaban en ese ocaso calendario.

Pipo Cipolatti, Daniel Melingo (guitarra y voz), Eduardo Cano (bajo), Fabiana Cantilo (coros), Gonzalo Palacios (saxo) y Polo Corbella (batería) grabaron ese primer trabajo en tiempo récord con la producción del propio García. “Todo se hizo en 29 horas y media. Charly nos llevó derecho a grabar. Hacíamos muchos temas new wave, fue una gran época”, recuerda Pipo Cipolatti, que décadas después protagonizó programas en televisión y desarrolló una relación conflictiva con el mentor de sus comienzos artísticos.

Esos raros peinados

Y tal vez Charly se refería a ellos cuando cantaba “esos raros peinados nuevos” en un disco que lanzó meses luego.

“Jugando hulla-hulla”, “25 estrellas de oro” (del cancionero popular boquense), “Cleopatra la reina del twist”, “Jabones flotadores” y “Pensé que se trataba de cieguitos”, entre otros, son temas que aún hoy se escuchan en las radios. La voz de Cantilo en “Cleopatra…” ha quedado grabada en ese imaginario colectivo, al momento de bailar y de “pensar en nada”; quizá.

Pero así como hay letras tan pasatistas y livianas, hay otras como la de “Pensé que se trataba de cieguitos”, que se desarrolla un sábado a la noche entre un Ford Falcon verde y hombres muy peinados con anteojos oscuros.

El nombre del disco tenía que ver con el manual de toxicología de la Policía Federal Argentina que tenía Pipo (su padre pertenecía a esa fuerza), donde la definición de cocaína decía: “Raviol. La dicha en movimiento”.

Este álbum, que llegó a vender 120.000 copias, no podía faltar en las fiestas de aquellos días, con sus dosis de rock, twist, ska y reggae.

“Hay temas que tienen una identidad tal que es imposible que no se transmitan de generación en generación. ‘Pensé que se trataba de cieguitos’, ‘Cleopatra...’, son canciones con una identidad muy fuerte, son arquetípicos y hay varios de esos en el disco, es un disco lleno de hits”, reseñó Axel Krygier, en una presentación homenaje que realizó en el Centro Cultural Kirchner hace unos meses.

El saxofonista Palacios detalló el rol de Charly en cuanto al sonido del álbum: “trabajó en detalles para que sonáramos vintage, como si fuera un álbum de principio de los 60, fue un gran aporte”.

A principios de los 90, Cipolatti creó “El estudiante” que tal vez haya sido la canción más popular del grupo y se convirtió casi en un emblema; aunque por esos días la formación no era la misma, pero el humor y la ironía proseguían con un video clip que planteaba un conflicto familiar, y el “rol” del estudiante.

Rock nacional

En 1983 se advierte la presencia de grupos distantes al estilo que proclamaba Los Twist, como la confluencia de Los Violadores (punk rock) y Sumo tocando juntos en el estadio porteño de Obras Sanitarias (ambos también actuaban en Café Einstein).

El 11 de junio de ese año fue el primer recital de Soda Stéreo, recientemente fundada. Había festivales en La Falda (Córdoba) y llegó al plano nacional la Trova Rosarina con su estilo; Pastoral toca su último concierto y Los Abuelos de la Nada tiene una gran actividad durante todo el año. David Lebón presenta “Siempre estaré”; y Charly García estrena nada menos que “Clics modernos”.

Como movimientos colectivos es el momento vale la pena detenerse en la llamada Trova Rosarina, con figuras destacadas y se vigencia actual como Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Fito Páez, Jorge Fandermole, Adrián Abonizio y Rubén Goldín, que aterrizan en Buenos Aires ante un gran público. “Era en abril” (de Fandermole), “Mirta, de regreso” (de Abonizio) y “La vida es una moneda” (de Páez) son algunos de los temas que están inscriptos en ese año y que nunca dejaron de cantarse.

Obviamente en todo este desarrollo rock nacional tuvo que ver la guerra de Malvinas, cuando no fueron pocas las canciones en inglés que habían sido censuradas y las radios comenzaron a pasar temas en castellano.

Meses después del conflicto bélico “Solo le pido a Dios”, de León Gieco se levantó como un himno de paz, aunque en realidad había sido compuesto años atrás.

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