Cartas de lectores: desafío y elecciones

13 Noviembre 2023

Hoy los argentinos tenemos el gran desafío de terminar con 20 años de corrupción e ineptitud, salvo un breve período. Aunque la decadencia viene de mucho más atrás. De chico escuchaba que Argentina era un país rico y privilegiado. Efectivamente, de alguna manera, aún lo era. Aunque ya en caída, desde que el populismo había empezado a hacer estragos con la inflación y el estancamiento económico. Pero en las últimas dos décadas la caída se ha agravado, con el peligro de pasar del despotismo a algo peor que es la anarquía. En situaciones despóticas, el ciudadano sólo tiene que adaptarse a los caprichos de una sola persona, pero en la anarquía hay que sobrevivir a miles de pequeños déspotas que andan por la calle. El país tiene que crecer, porque no crecer, como ocurre ahora, es además moralmente injusto. Si el Gobierno sigue distribuyendo planes sin límite, imprimiendo papel sin valor, sólo “beneficia” a los que están peor ahora en detrimento de los que estarán peor mañana, y así comete una injusticia contra los que todavía no están. Se hipoteca el futuro. Para distribuir hay que primero generar, producir, invertir, para aumentar los bienes y servicios. El kirchnerismo, con su prioridad distributiva, bloquea la inversión y detiene el desarrollo económico. Lo hace porque su objetivo es ganar las elecciones, perpetuarse en el poder, enriquecerse y navegar por el Mediterráneo. Y esto crea comodidad en muchos individuos que sienten que otros se ocupan de ellos, y abandonan el esfuerzo. Aunque sean pobres y no tengan porvenir. Les imponen con un plan lo que deben pensar y creer, entonces su única alternativa es someterse. La sumisión enferma a la sociedad y la deja sin iniciativas. El gran desafío es enseñarle al pueblo los beneficios de la libertad, que sepa que su vida está a cargo de él. El capitalismo es la única formula del desarrollo económico, pero esto no implica un Estado ausente. El Estado debe garantizar la moneda, establecer reglas claras de juego; la democracia y la economía deben llegar a la gente con administraciones honestas, sin corrupción, un sistema educativo de calidad, no de adoctrinamiento, una expansión del empleo productivo facilitando la contratación, capacitando, sin ñoquis, un sistema de salud eficiente y universal, seguridad en las calles y en los hogares, sin droga, no permitir que algunos individuos opriman a otros mediante mafias. Y lo que es fundamental, división de poderes y Justicia independiente. Terminemos con el populismo, la inflación y la corrupción.  Y si fuimos un país privilegiado, con muchos hombres talentosos, hoy tengamos muy presente el recuerdo vivo de nuestros errores. Y sepamos transmitir a nuestros nietos para que en el futuro ellos no tropiecen otra vez con la misma piedra.

José Manuel García González Josemgarciagonzalez@yahoo.com.ar

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios