La censura y el castigo impuesto por los dirigentes del Radicalismo en contra del Ing. Ascárate, por haber aceptado un cargo ofrecido por el Gobernador que pertenece a otro color político, muestra una grosera equivocación por parte de quienes pertenecen a un partido político de distinto signo y se atribuyen una ficticia solvencia para juzgar. Esto no es más que una supina ignorancia en cuanto al verdadero sentido que deben tener las elecciones. Olvidan que el objetivo más importante del acto eleccionario, debe ser encontrar y poder designar en el gobierno, a personas que hayan demostrado ser capaces para desempeñar cargos en las áreas que son de máxima importancia para que todo el país funcione con eficacia. Esta equivocada idiosincrasia que padecen muchos políticos, demuestra la incorrecta interpretación que la mayoría tiene del sistema democrático, porque confunden la competencia que se establece en las campañas políticas, con la rivalidad que existe entre diferentes hinchas de clubes de fútbol, quienes siempre manifiestan un fanatismo extremo e inamovible en cuanto a su adhesión al club de su preferencia. Cabe recordar que se atribuye a Sócrates haber dicho que al gobierno deben ir los mejores y más capaces. Esto significa que los que gobiernan deben corresponder a una selecta aristocracia antes que a una indiferenciada plutocracia. El problema es que la interpretación de lo selectivo se ha desfigurado intencionadamente y se ha convertido en un término peyorativo.
Humberto Hugo D’Andrea
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