Proponen declarar a la achilata de interés turístico para Tucumán

Emiliano Vargas Aignasse presentó un proyecto en el Concejo Deliberante. Alcances.

PROBANDO. Funcionarios municipales y del sindicatos de vendedores ambulantes festejaron el proyecto de ordenanza. PROBANDO. Funcionarios municipales y del sindicatos de vendedores ambulantes festejaron el proyecto de ordenanza.

No sólo es amada por los tucumanos, que la endiosan en cada disfrute y que la entronizan en cada conversación. La achilata está en el corazón de Tucumán, y late los 365 días. Es tan pero tan famosa, que los turistas visitan la provincia en verano para degustar una buena porción de este tradicional helado. Y no solo vienen pasajeros de cabotaje; cuentan los achilateros que durante el año visitantes de todo el mundo se llegan a testear este producto, que ya es viral en las redes sociales. Hay que decirlo: la achilata es un imán de turistas. Y por eso, un edil presentó ante el Concejo Deliberante de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán un proyecto de ordenanza para declarar la achilata, su venta y promoción, como de interés turístico municipal.

La propuesta fue presentada en un evento efectuado ayer en la sede del Concejo, por Emiliano Vargas Aignasse, que impulsa la ordenanza junto a otros ediles. “Es un proyecto virtuoso en todas sus aristas -resumió en diálogo con LA GACETA el concejal-. Ponemos énfasis en la cultura tucumana y en lo que nosotros consideramos un valor tucumano; con esto podemos lograr que el turista que venga tenga una mejor experiencia y, además, estamos generando fuentes de trabajo y sin ningún costo para el municipio”.

Génesis

Vamos por partes. El proyecto ingresó hace algunas semanas. Tiene varios puntos claves: además de declarar de interés turístico el producto, se busca que se designen achilateros uniformados en puntos de expendio determinados. En otras palabras, es como crear la ruta de la achilata: en lugares turísticos -definidos por la Municipalidad- podrán ubicarse los vendedores ambulantes con sus carritos. Eso sí; para poder participar, deberán formalizarse laboralmente, inscribiéndose como monotributistas. “Tengo un vínculo de compromiso con los trabajadores de la economía popular, que están agrupados en el Sindicato de Vendedores Ambulantes de la República Argentina (Sivara). Allí hay un sector de achilateros; me reuní con ellos, conversamos y analicé varias cosas: en primer lugar, la achilata es muy tucumana. Los inmigrantes italianos la comenzaron a vender al grito de ‘hay gelata’, y se fue degenerando el término, como hacemos los tucumanos, hasta que quedó achilata. Y no se vende en otro lugar. Por eso yo me pregunté qué relación hay entre los alimentos y la cultura; esas dos cosas están muy ligadas en Tucumán. Es bueno, entonces, darle un valor a este helado, pero desde la visión turística”, explicó Vargas Aignasse.

Para ejemplificar, el concejal citó los casos de provincias como Córdoba y Salta. “Han sabido interpretar qué es lo que el turismo quiere. Creo que nosotros tenemos que comenzar a revalorizar lo nuestro y a generar elementos que el turismo pueda ver”, aseguró.

“Esto va a significar un cambio de 180°. Es lo que esperábamos hace mucho y es un paso hace adelante. Tener un lugar fijo, con vista, con higiene... todo es felicidad. Sobre todo porque ya los años se notan”, comentó a LA GACETA en el evento el achilatero Julio César Herrera. Tiene 45 años y hace 12 que se dedica a esta profesión. Generalmente sale por la mañana y pedalea -o camina- hasta la noche.

“Esto va a jerarquizar nuestra actividad -reflexionó Roberto Quiroga, representante provincial de Sivara-; esto marca un cambio. La ordenanza va a hacer valer y mostrar algo que es nuestro, y además, dejamos de ser ilegales o informales, como siempre nos han tratado. Esto cambia nuestra vida, porque podremos pagar un cargo municipal, tener derecho a la salud, a una jubilación”.

Beneficios

“No es todo color de rosas; yo ya tengo paradas y me hice mis clientes”, advirtió Julio. Con la ordenanza ya no tendría necesidad de desplazarse. Esa cuestión, justamente, es la que más cuesta arriba hace el trabajo. “Hace más de 30 años que vendo helado y achilatas, acá en la plaza (Independencia). Todo el tiempo vienen turistas; hace poco hubo gente de México que me vieron por un video en las redes. El otro día unos porteños se acercaron a preguntarme de qué es la achilata... Así es todos los días”, contó José Albarracín.

“Es importante revalorizar la achilata. A veces los tucumanos no somos capaces de querer lo nuestro, y creo que es por eso que no avanzamos en la parte turística. Por ahí no estimamos nuestra cultura; tenemos que seguir en esta línea. Esta propuesta genera trabajo -resaltó-. Y esas fuentes de trabajo no son generadas por el municipio, sino por la misma ordenanza... El municipio sólo deberá elegir los lugares y además reglamentar la cuestión de bromatología, para que se hagan todos los controles de rigor: calidad de producto, estado del carro, mantenimiento e instrumentación. Todo eso le va a garantizar al turista un producto de calidad, que es lo más importante”, añadió Vargas Aignasse.

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