Cuando se habla de automovilismo deportivo se piensa en carreras de velocidad en las que el ganador es el que demora menos tiempo en hacer el recorrido. Los autos pueden ser autos preparados para ello o autos de calle.
Hay otros tipos de pruebas (no carreras) de automóviles en la que el ganador es el que cumple con ciertas consignas y no el que llega primero o el que desarrolla más velocidad. Una ellas son las Prueba de Regularidad, en la que se debe respetar lo más fielmente posible la velocidad establecida por los organizadores. Estas pruebas se hacen con las rutas abiertas, es decir, tienen el tránsito normal. Las velocidades que se piden deben respetar las máximas permitidas en la ruta en la que se circula. Generalmente la velocidad más alta en la prueba es de 80 km/h. Las normas de seguridad son las mismas que las exigidas para circular normalmente.
Parece ser relativamente fácil, pero no lo es tanto. Si se pide que la velocidad sea, por ejemplo, 60 km/h, se pone la aguja del velocímetro en 60, pero un pequeño corrimiento hacia un lado o el otro hacen que la velocidad sea un poco mayor o menor. Además los velocímetros, a veces no son exactos. Los participantes tienen una hoja de ruta en la que les indica la hora a la que tiene que pasar por ciertos lugares. Esto permite saber si la velocidad es la correcta y si no lo es, hay que corregirla. Los controles se hacen hasta segundos y décimos de segundo, dependiendo de la categoría. Para hacer estas correcciones hay que usar la física básica, la que se enseña en la escuela secundaria.
¿Cómo se controla que cumplan con la velocidad establecida? La hoja de ruta tiene lugares en los que se debe informar la hora de pasada. En estos se puede corregir la hora que se informa, si se sabe que va adelantado o atrasado. También hay controles secretos, que son lugares en los que se determina a la hora que pasan. Son secretos porque los participantes no saben en dónde están y generalmente no están a la vista. Por esto es conveniente respetar la velocidad establecida. Aunque las velocidades sean relativamente bajas si se debe transitar una curva es muy difícil mantenerla constante, también lo es en las subidas o bajadas pronunciadas. Otra maniobra complicada es cuando se debe pasar a un vehículo que va a una velocidad menor y viene otro en sentido contrario, hay que disminuir la velocidad. En estos casos hay que recuperar el tiempo perdido, para eso es necesario calcular a qué velocidad hay que ir y durante cuánto tiempo. Los casos más complejos es cuando la velocidad varía, puede ser acelerando o desacelerando. Para hacer las correcciones se calculan aceleraciones, velocidades, tiempos, etc.
Parecería que hay que saber mucha física para participar en estas pruebas, pero muchos competidores usan todas estas cosas de una manera intuitiva, sin saber que están aplicando física.
Hay que destacar que el trabajo se hace entre el que conduce el auto y el acompañante. Es fundamental que tengan mucha comunicación. Es una actividad que hay que hacer en equipo y es muy entretenida.
Debido al alto tránsito en las rutas, actualmente, es muy difícil realizar estas pruebas. Las asociaciones de autos antiguos siguen realizándolas. En los rallys, a veces, incluyen pruebas de regularidad.
En Tucumán esta actividad se realiza desde mediados de la década de 1950 cuando se funda el Club Tucumano de Regularidad, que todavía existe y es el club de automovilismo más antiguo de la provincia y uno de los más antiguos del país.
Una vez más se ve cómo algunas asignaturas que se consideran difíciles, como es la física, se usa en actividades deportivas, a veces, sin saber que se la está usando. Una ciencia básica aplicada a actividades cotidianas. Quizás, si se la enseñase usando estas cosas, resultaría más entretenida y se la vería menos difícil.