Entramos al mes de los balances donde los ciclos terminan mostrándonos las realidades como el de los creíbles que se volvieron increíbles, donde el decir perdió el respeto al hacer, desbordando las mentiras sobre las verdades y con la inflación que enriquece a unos pocos y deja a muchos en la indigencia. De lo que ya estaba fueron sobresaliendo los despilfarros, el escandaloso exceso del consumo y quedaron el debe y el haber saturados, exhibiendo los ceros del cociente como trofeos. Resultado, que borraron la sonrisa, afloró la tristeza al ver que antes y después la hipocresía sigue indiferente, manejada por los duendes que remueven hasta las ruidosas miserias buscando a la poca credibilidad que sobrevivió para exterminarla. La vida continúa, la globalización nos acercó más, pero a pesar de conocernos no se practica la solidaridad. Diciembre también es para reflexionar: entramos en el tiempo del Adviento, nuestro Omnipotente nos recuerda el Verbo de los 4 símbolos para conjugarlo en los tres tiempos que son la alegría de la vida y que en cada amanecer renace la esperanza para seguir creyendo en lo creíble.
Pedro Pablo Castaño Calle Las Palmeras - Barrio Perón - Concepción



















