Violencia escolar en Lules: “Queremos que el profesor pida disculpas”

La familia del estudiante que habría sido agredido por un docente en la escuela (en mayo) no quiere que se cierre la causa sin unas disculpas por parte del imputado.

ESCENARIO. El hecho viral sucedió en la Escuea Técnica N°1 de Lules. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO ESCENARIO. El hecho viral sucedió en la Escuea Técnica N°1 de Lules. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

Han pasado casi siete meses de la viralización del audio que puso patas para arriba a Lules. “El profe lo agarró del cuello. E.J.G parecía que estaba muriendo; no podía hablar. Cuando lo tenía entre las manos, le dijo a mi compañero ‘si te seguís moviendo te voy a apretar más fuerte’. Después E. cayó sobre una silla, se golpeó y se desmayó”, relató la testigo de lo que se trataría de un hecho de violencia escolar: según alumnos de la Escuela Técnica N°1 de Lules, a principios de mayo, un alumno habría sido estrangulado por un docente.

La noticia rápidamente tomó estado público y llegó a los medios nacionales. Padres y alumnos, en tanto, se congregaron dentro y fuera de la institución para pedir medidas contra el docente. En paralelo, la familia de E. realizó una denuncia contra el profesor Luis Néstor Véliz, acusado del hecho. En aquel tiempo y a través de un comunicado difundido en su Facebook, Véliz dijo que “todo lo sucedido el día miércoles [...] es totalmente falso. Están inventando y generando todo un problema por tantas acusaciones y mentiras hacia mi persona”, expresó. Explicó que sólo había querido separar a dos estudiantes en una pelea, y que jamás habría tomado con sus manos a E. Esa versión fue apoyada por la directora María de los Ángeles Mesurado.

Pero los compañeros de E. (testigos del hecho) dieron como real la versión viral. “Todo empezó a las 9 de la mañana. Estábamos haciendo una mermelada de ciruela. En un momento, E. les preguntó a los profesores (había dos en el aula) de qué estaba hecho el aceite de oliva, y Véliz le respondió, en broma, que de papaya. Más tarde, el profesor empezó a golpear de mentira a E., que le quiso devolver el manotazo, entonces el profesor intentó agarrarle la mano, pero E. se liberó. Ahí no pasó nada más, pero más tarde se acercó otro compañero a hablar y a bromear con E., pero el profesor lo tomó como que estaban peleando. Ahí lo agarró a E. y le dijo ‘acá adentro no van a pelear’ y lo agarró del cuello”, relataron a LA GACETA tres estudiantes, que prefirieron mantener en reserva sus identidades para evitar represalias

Lo cierto es que el docente fue apartado de su cargo y, desde que presentaron la denuncia, los padres del estudiante informaron que no se comunicarían con la prensa para no entorpecer la causa. Ahora, algunos meses después de lo acontecido, rompen el silencio: quieren que haya justicia para su hijo.

Cómo siguió la causa

“Luego de que presentamos la denuncia se hicieron algunas actuaciones, como solicitar que a mi hijo lo vea una psicóloga, que dio su informe. En el momento del hecho lo revisó un médico policía; se le encontraron marcas, fruto de la apretada, y se inició la causa, pidiendo presentación de testigos, todos menores de edad”, relata Juan Gómez, padre del menor presuntamente agredido, a LA GACETA.

Con los informes de la psicóloga y del médico, se fijó la fecha para los testigos. “En junio citaron a E, a declarar en cámara gesell. Después le tocó al primer testigo, también menor. Él declaró narrando lo que aconteció, a un metro de distancia, porque todo esto sucedió a la par de los mesones del aula de taller. Una vez que declaró, faltaban cinco testigos más, que no fueron convocados. “Con todos los elementos de la denuncia, las declaraciones y los informes, se llamó a ambas partes como diciendo al defensor del profesor que hay que parar la causa, que no tendría sentido seguir trayendo testigos para que corroboren lo sucedido”, asegura Gómez.

Luego de lo acontecido, el adolescente faltó a la escuela durante un tiempo, fruto del miedo y la angustia por lo acontecido. Según comentó la familia en mayo, a E. hubo que hacerle una tomografía, un electrocardiograma y una resonancia, para corroborar que él estuviese bien de salud, puesto que se había desmayado por la presunta maniobra.

Lo que preocupa a la familia -dice Gómez- es que de lo que se acusa al docente es lesiones leves, “entonces no puede tener una condena. Sí, podría haberle sucedido otra cosa si este hombre no lo soltaba a E., como problemas neurológicos, pero gracias a Dios no se habla de eso. Al ser lesiones leves, no tiene condena”.

La fiscalía investigó los hechos y confirmó las lesiones leves. Según se supo, la próxima semana estaría concluida la etapa de investigación preparatoria y se evaluaría salidas alternativas entre ellas, un juicio abreviado, que contemplaría una reparación económica y posiblemente un pedido de disculpas público del imputado hacia la familia de la víctima, por pedido de la querella.

Solicitud

“Mi hijo lo único que hace es estudiar y jugar al fútbol. No es un chico malo -dice Gómez-. En vista de que no se puede avanzar más con la causa y no habrá condena, lo que nosotros pedimos es es una disculpa pública del profesor, por el medio que él desee. Sabemos que puede venir un resarcimiento económico, pero a nosotros eso no nos interesa. Si es ley y él tiene que pagar algo, que lo pague. Pero no nos interesa. Queremos una disculpa. Nuestro temor es que la causa se archive sin más... por eso con nuestro abogado, Juan Pablo Damato, haremos la semana que viene un borrador con este pedido. No queremos que esto quede en la nada”.

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