Si parece una estafa con monedas digitales, no dude de su prejuicio

Si parece una estafa con monedas digitales, no dude de su prejuicio

“Nos invitó un conocido, nos pareció confiable y pusimos 100 dólares”. Los rendimientos eran más que atractivos, según cuenta una de las víctimas que se presentó en la Justicia de Salta. Ganancias que no se obtienen con ningún negocio o inversión, más aún en tiempos de crisis: una rentabilidad del 100% en 35 días. La confianza y el supuesto retorno sedujeron a más de uno en las últimas semanas hasta que un día la aplicación no funcionó más. No había ningún dato de contacto a quién reclamar, la ilusión se había esfumado en cuestión de segundos.

Una carta, un telar o una criptomoneda. El engaño se viste de mil maneras y con el tiempo se camufla para parecer más sofisticado. Aunque las evidencias de la trampa se muestran de manera explícita cuanto más prometedor parezca el beneficio. Sin embargo, todavía hay personas que son víctimas de estafas que repiten la clásica estructura piramidal o sistema Ponzi.

Era tema de conversación en los lugares de trabajo principalmente. Quien ya había invertido invitaba a sus colegas a participar en una aplicación que se promocionaba como una plataforma de inversión en USDT, una criptomoneda ajustada al valor del dólar. Todos destacaban las ganancias y aseguraban que conocían a “un amigo de un amigo” que ya había cosechado sus dólares. Nunca faltaban quienes advertían sobre una posible estafa, pero hubo otros que siguieron sumando a compañeros y hasta familiares para asegurar o acelerar su rédito.

Sin embargo, hace una semana la aplicación llamada Yomigt dejó de funcionar y aún no se sabe, con claridad, quiénes son los responsables que están detrás de lo que la justicia ya calificó como un supuesto caso de estafa. Era el final que los inversiones no esperaban, pero que su entorno se lo advertía. Desde entonces nadie pudo recuperar su dinero. Según detalló el Ministerio Público Fiscal de la vecina provincia, se presentaron más de 300 denuncias en la Fiscalía Especializada en Ciberdelincuencia, a partir de las cuales se inició una investigación.

Los damnificados se mostraron escépticos de recuperar su inversión. Algunos hablaron con medios salteños y contaron que muchos de ellos habían incrementado su inversión horas antes de que la aplicación cerrara porque les ofrecían duplicar la rentabilidad. Otros contaron que la confianza los llevó a involucrar a sus esposas o hijos para que también ingresaran dinero. Una red clásica, en la que al final, todos se ven perjudicados.

Para sorpresa de muchos, en las últimas horas hubo avances en la investigación. La fiscal a cargo, Sofía Cornejo, informó el jueves pasado que la pericia judicial condujo a la detención de tres personas, a quienes apuntan como los posibles administradores de la aplicación. Los detenidos son todos hombres, mayores de edad y además secuestraron elementos informáticos que son de interés para la causa. El viernes, la misma fiscal detalló que se detuvo a una cuarta persona y que la audiencia de imputación se concretaría antes del fin de semana en la que se consideraría a los cuatro detenidos como partícipes necesarios de los delitos de asociación ilícita en concurso real con estafa.

En tiempos difíciles de la economía, los manotazos por conseguir unos pesos extra no son solo fruto de la codicia. Existe una necesidad material, un terreno fértil para engaños que con compleja terminología moviliza convicciones y derriba prejuicios. A un año de su creación, esta fiscalía salteña investiga más de 120 casos de ciberdelitos y la categoría de estafas y fraudes digitales representa casi el 20% de las investigaciones. Estos incidentes abarcan una variedad de situaciones, desde estafas en la venta de productos hasta modalidades más complejas como la participación en organizaciones que engañan a través de plataformas digitales, principalmente las redes sociales.

La caída y aparente estafa de esta aplicación puede servir para motorizar nuevas acciones de los organismos públicos para prevenir que nuevas víctimas vean cómo se escapan sus ahorros e ilusiones. La concientización pública evidentemente no alcanza pues por más conocidas que sean, los engaños piramidales siguen vigentes. La creación de unidades fiscales específicas evidentemente es un avance en materia de seguridad, pero todo indica que, por ahora, los pícaros corren con ventaja. Por eso, si algo huele mal en una propuesta de negocio digital, por ahora confíe en su prejuicio.

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