Milei se reunirá el martes con los gobernadores para dar detalles del ajuste

Inquietud en las provincias por el impacto de las restricciones de fondos federales.

Javier Milei. Javier Milei.

Nadie puede escaparle al ajuste. Ni siquiera el santiagueño Gerardo Zamora que, a estas alturas de los años anteriores, hacía temblar a sus pares gobernadores con los suculentos bonos extraordinarios de Fin de Año que solía repartir entre los empleados públicos de Santiago del Estero, la provincia que gobierna desde 2017. Claudio Poggi, mandatario de San Luis, fue más allá. Anunció que, por primera vez en 40 años, en esa provincia se abonará desdobladamente el salario de diciembre. La primera cuota el 29 de este mes; la otra el 16 de enero. San Juan y Entre Ríos también apelaron a la motosierra fiscal. 

En el caso de Tucumán, Osvaldo Jaldo se anticipó a este escenario al reducir los gastos previstos para 2024, prescindir de los servicios del personal político y reducir, a la mínima expresión, los “gastos hormiga” (viáticos, pasajes, alojamientos y hasta colaciones), aquellos que se ejecutan cotidianamente, pero que pueden pasar desapercibidos hasta que se cierra el ejercicio mensual, trimestral o anual. 

Con el corte de los beneficios de la Unidad de Reconversión Laboral (Unrel), la eliminación de 60 áreas del Poder Ejecutivo y la reducción del número de asesores, Jaldo estima que generará al menos un ahorro de unos $ 10.000 millones, lo que redundaría en mejores perspectivas para mantener la regularidad en el pago de los salarios a los 110.000 empleados públicos. No hay otro camino que el ahorro, porque se acabaron las asistencias financieras contingentes de la Casa Rosada. El ajuste no forma parte del discurso peronista. 

Aún más, está disociado de lo que pregona el Partido Justicialista. Pero Jaldo no puede ir contra la corriente, contra la realidad de achique del gasto político que demandó y sigue demandando la sociedad argentina. Además, no se subirá al colectivo que algunos de sus pares quieren poner en marcha para resucitar las cuasimonedas. “Eso sería retroceder 20 años y no estoy dispuesto a hacerlo”, exclamó el gobernador tucumano.

Entre los mandatarios provinciales llueven las interconsultas telefónicas. Se quedaron sin las transferencias no automáticas de la Nación. Aún peligra el giro de recursos de coparticipación federal con la devolución del IVA y la discutida quita de Ganancias para los trabajadores de la cuarta categoría. No habrá obra pública y esto puede significar la profundización de la recesión de la actividad económica en los distritos afectados. 

El martes de la semana que viene se sacarán algunas dudas y, tal vez, puedan conocer, en profundidad, qué es lo que busca el presidente Javier Milei con el súper Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que desregulará la actividad económica, y con los proyectos de ley que necesita que sean sancionados en el Congreso para avanzar con las reformas estructurales que requiere una Argentina en crisis.  El mandatario nacional citó a los gobernadores a la Casa Rosada. Jaldo ya ha confirmado su asistencia.

El tranqueño fue uno de los primeros en iniciar el ciclo de restricciones del gasto público provincial, incluso antes de que asumiera como gobernador, el 29 de octubre pasado. Por esa razón, en el sondeo que mensualmente realiza CB Consultora de Opinión Pública, está tercero en el ranking de imagen de los gobernadores. “Hay una impronta que ha manejado respecto del resto de sus pares de otras provincias, que no puso palos en la rueda cuando se sabía que la política y la economía del país cambiaría con Milei”, explica a LA GACETA Christian Buttié, director de la consultora. El politólogo cordobés reconoce que, con las medidas adoptadas, Jaldo no sólo se diferenció de su antecesor en el cargo, Juan Manzur, sino que se posicionó a nivel nacional como uno de los posibles líderes regionales. De hecho, el ministro del Interior, Guillermo Francos, tiene una aceitada relación con el tucumano. Más allá del ranking de imagen, que es una fotografía de una película que todavía se está filmando, hay que analizar lo que sucederá cuando el ajuste comience a impactar de lleno en el bolsillo de los argentinos y en las consecuencias que ese proceso causará en los niveles de pobreza y de indigencia. Por las dudas, Jaldo coordina con el ministro de Desarrollo Social, Federico Masso, la continuidad de los comedores escolares y la asistencia social a los más vulnerables. 

En este sentido, el Gobierno se encuentra con un duro escollo: la inflación galopante. Hasta antes de la devaluación brusca que aplicó el ministro de Economía, Luis Caputo, la Provincia había presupuestado unos $ 4.000 millones para 102.600 raciones de comida que se distribuirán en el verano. Ahora están en la etapa de redeterminación de precios, pero el gobernador ha dado instrucciones para que esa mecánica no se corte durante los meses de receso escolar. Otros dos ministros también están a la expectativa. El de Gobierno, Regino Amado, viene manteniendo contactos permanentes con los sindicalistas que representan a los trabajadores del Estado y monitorea la calle para que la paz social se sostenga. En la misma sintonía trabaja el titular de Interior, Darío Monteros, que habla con intendentes y comisionados rurales para llevar la tranquilidad al interior.

En Capital, Jaldo conversa con la intendente Rossana Chahla, que también aplicó medidas de restricciones del gasto municipal. El gobernador tenía previsto visitarla el martes en la sede capitalina, lo que se constituiría en un  mensaje político directo dentro del peronismo. La cumbre será postergada hasta nuevo aviso, ya que ese día Jaldo irá a la reunión con el presidente de la Nación.  “Una sinergia entre ambos sería similar a la que tienen los cordobeses Juan Schiaretti y su sucesor Martín Llaryola que, en definitiva, les terminó sirviendo políticamente a ambos”, acota Buttié.

Así como las provincias están en permanente revisión por parte de la sociedad, de la misma manera sucede con el economista libertario. CB Consultora reconoce tres escenarios sobre la imagen que Milei despliega entre los argentinos.

-Un tercio constituye el núcleo duro que lo votó para ponerle fin al ciclo kirchnerista y que le tiene más paciencia a las medidas adoptadas por el Presidente. Además, viene comulgando con el discurso libertario desde hace tiempo.

-Otro tercio también cree que Milei puede contribuir al despegue del país, pero no está fidelizado y que ahora abre los ojos para darse cuenta de que algunas cuestiones de campaña (como la lucha contra la casta política tradicional) no se están cumpliendo.

-El tercio restante es el núcleo duro de la oposición, aquel peronista o referente de la izquierda que le pesará más rápido el ajuste en el bolsillo.

En definitiva, en el sondeo que realizó la consultora que dirige Buttié se aprecia que la imagen de Milei está posicionada en casi todo el país, salvo en Santiago del Estero. Pero los gobernadores no comen vidrio y se adaptarán a la tendencia que se siga a nivel nacional. La historia dice que sus movimientos siempre han sido pendulares, más allá de su sintonía fina, o no, con la Casa Rosada.

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