Evitaron un robo y golpearon a los ladrones en avenida Roca al 400

La víctima tenía un bolso con plata para el pago de sueldos. Los vecinos se vieron sorprendidos: “esto fue raro, acá solía haber policías siempre”.

EMBOSCADA. Una cámara captó la agresión a un hombre, que se resistió al ataque de un motochorro con casco que acechaba detrás de un árbol. EMBOSCADA. Una cámara captó la agresión a un hombre, que se resistió al ataque de un motochorro con casco que acechaba detrás de un árbol.

Dos delincuentes fueron golpeados por vecinos y transeúntes de la avenida Roca al 400 el martes, que evitaron que los ladrones le sustrajeran un bolso con dinero a un hombre. La Policía intervino tras la reacción de la gente y aprehendió a los oportunistas, que se movilizaban en una moto. Los vecinos le dijeron a LA GACETA que en la zona suele haber efectivos en las esquinas, por lo que les sorprendió que no estuvieran en ese momento.

Emboscada

El hecho quedó registrado en dos videos. Una cámara cercana al sanatorio Roca captó el momento del ataque a la víctima, que según algunos testimonios trabajaría para esa institución y habría estado llegando con una suma de dinero destinada a los pagos de fin de año. Las autoridades del sanatorio prefirieron no hablar con LA GACETA sobre el caso.

En ese primer video se ve a un hombre de buzo blanco y casco de moto que espera detrás de un auto la llegada de la víctima. Cuando el damnificado se baja con un bolso de una camioneta y va camino al nosocomio, el hombre del casco corre a interceptarlo y lo derriba, luego comienza a golpearlo en la cabeza para que suelte el morral con dinero.

En determinado momento, el ladrón captura el botín y corre a subirse en la moto que conduce su cómplice. La víctima se levanta rápido y sale corriendo tras ellos, salta sobre los delincuentes y logra derribarlos. Hasta ahí llegan las imágenes de esa cámara.

La paliza

Al segundo video lo graba un vecino desde un balcón de esa cuadra. En esa grabación se ve a la víctima resistiendo en medio de la avenida para evitar el escape de los ladrones. Cuando cae y parece que no podrá evitar el robo, una decena de personas interceden y derriban nuevamente a los agresores. El hombre del casco se repone y sale corriendo hacia calle Congreso mientras que su secuaz queda caído en el piso con la moto y es apaleado por la gente.

Un automóvil que pasaba por la avenida se detuvo y del asiento del acompañante bajó un joven para sumarse a la golpiza.

La Policía llegó luego y detuvo al motociclista, luego atrapó a su cómplice.

“Siempre hay policías”

“Solían  haber policías en cada esquina. En la Congreso y en la 9 de Julio. No sé qué pasó ayer, la verdad”, señaló Silvana Núñez, una comerciante de Roca al 800 que escuchó los gritos en la calle y luego presenció desde cierta distancia la paliza que se llevaron los delincuentes. “En ese momento no sabíamos muchos detalles,  después nos enteramos de que el hombre estaba resistiendo por la plata que llevaba. Pensaba que era por un celular o por moto y temí que le hicieran algo grave”, explicó la mujer.

Núñez consideró que la seguridad en la zona mejoró a comparación de otros años, pero aclaró que algunas cosas no cambian: “siempre pasan los mismos adictos, que son los que casi siempre causan daños. Hay uno que siempre pasa inyectándose; no sé cuántas veces lo arrestaron a ese, pero nunca queda preso”.

Nicolás Torres lamentó no haber estado para ayudar al damnificado. “Esto pasó como a las 1.30 aproximadamente, yo había cerrado media hora antes el local. Es raro lo que ocurrió porque siempre hay policías. En horario comercial esta zona es segura”, consideró el comerciante. Luego analizó: “se decía que los ladrones lo podrían haber estado siguiendo desde el banco a este hombre, pero para mí esto fue una entregada. Sabían dónde y cuándo esperarlo; alguien les dio esos datos a los ladrones, no fue al boleo”.

Torres también indicó que cuando juega San Martín a veces la zona se vuelve más insegura. “En esos momentos se complica, porque pasan algunos que están muy drogados y hacen daño”  

Por último, una profesional de la salud que salía de asistir en una cirugía del sanatorio, consideró que se trata de una zona tranquila. “La verdad, mi barrio es más inseguro. Acá no tengo drama porque hay policías casi siempre. Me siento mucho más tranquila aquí”, explicó la mujer, que prefirió no identificarse.

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