Las intensas precipitaciones de los últimos días provocaron un sensible incremento del volumen de las corrientes de agua de ríos y arroyos del sur tucumano. En el departamento Río Chico el desborde del arroyo Barriento (afluente del río Chico) dejó aisladas a unas 20 familias del paraje Los Arrieta (Nueva Trinidad), al este de Aguilares.
En esta misma jurisdicción comunal la buena noticia es que pese a la crecida del río Chico, este no se desmadró en Niogasta. Ahí unas 15 personas permanecen evacuadas en el Centro de Integración Comunitaria (CIC) desde el verano pasado. Están a la espera de ser reubicadas luego de que las crecientes destruyeran sus viviendas. En Los Arrieta los lugareños hicieron conocer vía celular el drama que soportan en estos momentos.
“Estamos sin poder movernos de nuestras casas desde la noche del domingo, cuando se largó una lluvia torrencial que nos dejó rodeados de agua. Por suerte la correntada no ingresó a nuestras casas, pero hay gente que perdió sus cultivos y animales”, comentó José Díaz, poblador de esa zona. “Este cauce se nos viene encima cada tanto durante el verano. Es una verdadera desgracia porque a veces permanecemos días sin poder salir a aprovisionarnos de alimentos. Si uno se enferma tiene que esperar que se vayan las aguas para recién poder ir al médico. No hay que sufrir ninguna urgencia”, se lamentó el hombre. Ema Juárez relató que hasta el lugar solo se puede llegar en vehículos pesados. “El camino de acceso, por la ruta 330, se transformó en un verdadero río. El arroyo avanzó por las fincas cañeras y quedamos sin salidas hacia Aguilares”, apuntó. El comisionado comunal, Ariel Elías, dijo que a los aislados se los está asistiendo con alimentos y agua potable, entre otras provisiones. “El arroyo salió por fincas cañeras por las que las maquinarias no pudieron ingresar a hacer trabajos porque sus propietarios no lo permitieron”, sostuvo el funcionario. El cauce se abrió en la zona de Los Arrieta, dejando aisladas a las familias de la zona.
Niogasta
En Niogasta las familias permanecieron en vilo en la noche de Navidad a causa de las intensas lluvias que hicieron crecer notablemente el caudal del río Chico. La corriente, afortunadamente, no salió de su cauce según se reportó. Tres familias, compuestas por unas 15 personas, permanecen evacuadas en el CIC del pueblo desde marzo último. Ahí pasaron la Nochebuena rogando que el río no los vuelva a castigar. “Queremos cuanto antes irnos de aquí, pero necesitamos recursos para concluir la casita que tenemos en Monteagudo sin electricidad ni baños aún”, contó Juana Rosa Rojas. “Mi casa quedó totalmente destruida por la última creciente. Es que el río se abrió e hizo cauce por el patio. No podemos volver al lugar”, explicó. “En esta Navidad la pasamos de terror porque al río, que pasa cerca, se lo escuchaba bravo. Rezamos para que no se nos venga encima. Este es el último refugio que nos queda”, añadió la mujer. El comisionado comunal Elías dijo que el Chico no se desbordó gracias a los trabajos de alteo que se hicieron, con máquinas de la Dirección del Agua, en los bordes del río, a la altura de Niogasta. “Son defensas elevadas que han respondido por ahora a la crecida del cauce. Esperamos que las cosas sigan así”, apuntó. El funcionario consideró que los trabajos fundamentales que exige el Chico deben focalizarse en el este, en la desembocadura al dique Frontal, y al oeste, en la zona pedemontana. “Es necesario darle salida a este río que rebota en la boca del lago y por eso las aguas se vienen abriendo cada vez más al poniente. Por eso ya desaparecieron (los parajes) Esquina, Sud de Lazarte y ahora Niogasta corre el mismo riesgo. Así es probable que el problema llegue a pasar al otro lado de la ruta 157”, advirtió.
En Niogasta son en total 54 las familias que esperan ser reubicadas en terrenos seguros.