Jaldo, con LA GACETA: “No existe un plan para desestabilizar al Presidente”

En el contexto actual, el año cierra razonablemente bien, dice el gobernador. “Más allá de las turbulencias, la provincia se desenvuelve por sí misma”, remarca.

CEREMONIA. Jaldo formaliza el ascenso a suboficial de un agente. comunicacíón pública CEREMONIA. Jaldo formaliza el ascenso a suboficial de un agente. comunicacíón pública

Osvaldo Jaldo subió a su despacho después de bajar línea a los cuadros policiales. A la cúpula de la fuerza le había dicho, días pasados, que no admitirá interna alguna que debilite su accionar. Ayer, a los 2.800 suboficiales (representan casi el 20% de la dotación total de la Policía) le reconoció la labor de años, pero les aclaró que el ascenso no significaba un cheque en blanco, sino más responsabilidad. 

La seguridad es una de las mayores demandas sociales; la otra es la económica. En ese aspecto, el gobernador sostiene que este año cierra razonablemente bien, en el actual contexto de la Argentina. El titular del Poder Ejecutivo no deja de hablar con sus pares de otras provincias. Las medidas del presidente Javier Milei ocupan el centro de la escena, reconoce en la entrevista que concedió a LA GACETA.

-El Presidente deslizó que hay un plan de desestabilización de su gestión por las medidas que impulsa. ¿Cree que esto es así?

-No existe un plan para desestabilizar al Presidente. Creo que hay diferentes posturas que tienen que ver con lo ideológico. Pero aquí, aquellos que tenemos responsabilidad institucional, que gobernamos una provincia, un municipio o una comuna nos manejamos con suma prudencia porque en nuestra manos están las soluciones que demanda la población. Muy diferente puede ser la postura de aquel que no tiene la misma responsabilidad.

-Pero los gobernadores se están alineando de un lado y del otro del DNU presidencial y de la Ley Ómnibus...

-Sólo voy a decir que soy un gobernador que defiende los intereses de la provincia, con criterio y con mucho equilibro y respeto. Eso es lo que debe primar en cada uno de nosotros al momento de tomar decisiones, porque no hay margen para las equivocaciones, más en estos tiempos de turbulencias económicas.

-¿Cree que puede darse una consulta popular si es que hay negativa para tratar las leyes que pide Milei.

-Si no se toma una decisión, el plebiscito está dentro de las facultades del Presidente. Los senadores y diputados son elegidos para representar a la gente en el Congreso de la Nación. Son ellos quienes tienen que decidir

-¿Cómo cierra el año la provincia?

-Razonablemente bien en el actual contexto de una economía nacional que pasa un difícil momento. Puedo decir que me siento satisfecho de la manera en cómo estamos cerrando este año de turbulencias e incertidumbre. Pese a esa situación, la provincia se desenvuelve por sí misma. Una muestra del trabajo conjunto del Estado con el sector privado ha sido el escenario que hemos preparado en los últimos 50 días. La Provincia ha desembolsado alrededor de $ 190.000 millones en ese período para que las ventas no caigan de una manera estrepitosa, como se preveía en un principio. La propia Federación Económica de Tucumán ha reconocido que el escenario fue menos dificultoso de lo que se proyectaba. Las ventas navideñas no han sido del todo negativas. Independientemente de esta coyuntura financiera y del aporte a través del pago de los sueldos, esta gestión viniendo atendiendo los problemas reales de la sociedad. Llegamos a distintos sectores con la asistencia y con las soluciones que están a nuestro alcance.

-En ese sentido, han contribuido con más aportes para que el transporte de pasajeros mantenga los servicios...

-El transporte público requiere de las ayudas financieras y, en la medida que podamos anticipar recursos, lo haremos. No vamos a esperar que se produzca un paro porque todos sabemos los inconvenientes y los trastornos que ocasiona una medida de fuerza a un conjunto de unos 600.000 ciudadanos que se movilizan a través de este servicio. La ausencia de este servicio afecta al comercio, hospitales y la asistencia a clases, generando un impacto significativo en la vida cotidiana. Hay que mantener este servicio operativo por el gran número de usuarios y las 3.500 familias, cuyos ingresos dependen de empleos vinculados al transporte.

-En su discurso ante la Policía, ha advertido que, así como hay ascensos, también hay demanda para que los uniformados logren resultados en la prevención del delito...

-Un ascenso no es un cheque en blanco. Brinda derechos, pero también implica obligaciones que el uniformado debe cumplir dentro de lo que se le reclama en la labor preventiva. Creo que toda la ciudadanía demanda una mayor prestación del servicio de seguridad. Y no me refiero solamente al que vive en el centro de la ciudad. Ese servicio deba abarcar toda la geografía tucumana, desde Trancas hasta La Cocha. También merecen la misma prestación de ese servicio todos aquellos ciudadanos que viven en los barrios y en las localidades del interior. Este ascenso masivo es un hecho histórico. No se encuentran registros de que casi 2.800 agentes se conviertan, de una sola vez, en suboficiales. En Tucumán, no hay perdón para nadie. Si es aprehendido y condenado, deberá pagar por lo que hizo. La Justicia es la que decide esa situación. El accionar de la fuerza se debe reflejar en las estadísticas, en la reducción de los índices delictivos. Y esa responsabilidad es tanto de la plana mayor como de cada integrante de la fuerza, cada uno con sus responsabilidades.

Análisis

Una negociación directa con cada provincia

Por Marcelo Aguaysol

Javier Milei Javier Milei

Javier Milei está llevando a cada gobernador al juego que a él más le conviene: una negociación cara a cara y no sólo del dinero que debe transferir a cada distrito de la Argentina; también de los beneficios que se otorgan en cada jurisdicción. 

El tucumano Osvaldo Jaldo ya conoce el terreno en el que debe moverse. Su decisión de anticiparse a los anuncios de austeridad fiscal fue una señal hacia la Casa Rosada. El tranqueño no está dispuesto a inmolarse por causas ajenas, como la del bonaerense Axel Kicillof lanzado a convertirse en el jefe de la oposición más dura al economista libertario, pero también pensando en el próximo turno electoral. “Falta mucho y no hay que irse a los extremos porque esta gestión recién empieza”, se escuda el tucumano. 

Jaldo habla constantemente por teléfono con varios de sus pares, como el catamarqueño Raúl Jalil o el santiagueño Gerardo Zamora. Todos tienen el mismo interrogante: ¿cómo sigue esto? Desde un principio, el propio ministro del Interior, Guillermo Francos, les anticipó a los mandatarios peronistas que la Casa Rosada está abierta al diálogo, pero sin virulencia política. El Presidente, a su vez, le puso pimienta con sus declaraciones contra “algunos diputados y senadores que buscan coimas”.

Apenas pasó la Navidad, Jaldo reunió a diputados y a senadores del oficialismo local para analizar una estrategia de provincia, más que un mandato de bloque de Unión por la Patria. En el medio, el ex candidato a vicepresidente de la Nación y actual miembro del bloque de diputados “Hacemos Coalición Federal”, Florencio Randazzo, tienta al tucumano para que se sume a una línea dialoguista de justicialistas moderados. 

No fue casualidad que ayer el ex diputado nacional por Tucumán, Domingo Amaya, cercano a Randazzo, haya visitado a Jaldo en el primer piso de la Casa de Gobierno. También es una señal de un eventual retorno del ex intendente a las filas del PJ. Los federales, que en la Cámara Baja son liderados por Miguel Ángel Pichetto, quieren diferenciarse de Buenos Aires. La otrora liga de gobernadores justicialistas está debilitada. El peronismo debió ceder el poder en varios distritos y esto facilitó la estrategia política de Milei.

Además de la coparticipación, de los recursos discrecionales, de los Aportes al Tesoro Nacional (ATN) y de los fondos para obras públicas, ahora los gobernadores tendrán que ir a golpearle la puerta a Milei para que la Nación flexibilice su paquete de medidas para que las economías regionales no pierdan competitividad. Un claro ejemplo de eso es la situación de la actividad azucarera que se expone a la importación del producto desde Brasil y a la posibilidad de que la producción de bioetanol sea compartida con las petroleras. 

Otro tanto sucede con el limón, aunque en este caso, el accionar colectivo de los actores de la actividad ha posibilitado conservar ciertos beneficios. Así, Milei puso el reglamento del nuevo juego de la política argentina: un mano a mano.

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