Verano en Tucumán: qué hacer un día en Lules

No hace falta irse lejos para salir de la realidad, conectar con el pasado y para disfrutar un momento en familia. Si no te vas lejos y tenés ganas de salir a conocer la provincia, te ofrecemos un recorrido por la ciudad de la frutilla.

HISTORIA. Lules guarda tesoros del patrimonio que son dignos de visitar durante estas vacaciones. la gaceta / fotos de analía jaramillo HISTORIA. Lules guarda tesoros del patrimonio que son dignos de visitar durante estas vacaciones. la gaceta / fotos de analía jaramillo

El verano brinda la oportunidad perfecta para explorar los encantos de pueblos y ciudades dentro de esta tierra que habitamos. Las cálidas temperaturas y los días más largos invitan a aventurarse en nuevas travesías, descubriendo tesoros locales y sumergiéndonos en la riqueza cultural e histórica que se encuentra a nuestro alrededor. Esta temporada es, entonces, un buen momento para ampliar nuestros horizontes.

Crear recuerdos inolvidables y descubrir (o redescubrir) la belleza de cada rincón de nuestra propia provincia. Eso es posible, y es factible de hacer en familia. En Tucumán hay cientos de lugares esperando ser visitados. Si estás con tiempo y de vacaciones, hoy te proponemos un recorrido de un día por Lules. ¿Te animás? Eso sí, hay que salir temprano y llevar la conservadora llena, protector solar y repelente de mosquitos. Te acercamos tres paradas para disfrutar: para que los chicos aprendan, para que los adultos conozcan y para que todos juntos se diviertan.

Primera parada

Desde San Miguel de Tucumán hay aproximadamente 50 minutos hasta el centro de la ciudad de la frutilla, pero la primera parada se encuentra un poco antes: hablamos de las Ruinas de San José de Lules. Son un gran ejemplo de la acción evangelizadora de los Jesuitas en la provincia, y están disponibles para visitar de lunes a sábados de 9 a 13 y de 15 a 19. Allí te espera y te recibe Norma Contreras, que oficia de guía en ese lugar desde hace 32 años. Ella conoce como nadie el predio: vivió durante un tiempo en la exescuela; allí nació su hija, que hoy la reemplaza en la función cuando Norma no está.

Verano en Tucumán: qué hacer un día en Lules

Luego de una cálida bienvenida -dice que reciben más visitas de extranjeros que tucumanos- se encarga de comentarte un poco sobre el lugar. El tour comienza en el templo. “Los Jesuitas llegaron en 1613, y la construcción de la iglesia y del convento terminó en 1673. Esta iglesia es más nueva; luego de la expulsión de los Jesuitas (en 1767), el rey donó las haciendas a la Orden Dominicana. Ellos levantaron este templo sobre los cimientos que había, pero la agrandaron y la hicieron más alta”, comenta Norma. Lo que sí se conserva de aquellos tiempos es la figura central de San José y su tabernáculo, todo en madera tallada. “Sólo oficiamos una misa al año acá, los 19 de marzo, en honor a San José”, advierte.

Por un costado del tabernáculo se sale al jardín y al convento. Si usás un poco la imaginación, podés viajar al pasado -con ayuda de Norma- y ver cómo era la vida de la Compañía de Jesús en aquel paraje. “Esta es la parte que más se conserva”, destaca al salir. Sólo existe un arco de la estructura que fue apuntalado en 2001. “Es que todo está asentado en barro, y la misma lluvia va tirando los ladrillos y se van cayendo. Es una pena”, indica.

Con asistencia de la guía podés ubicar los dormitorios, las galerías, el patio y hasta la primera escuela que hubo en la zona. Se observa un gran piletón, “el saladero -cuenta Norma-, el lugar dónde ponían los cueros de animales para hacer sandalias”, y también el aljibe. E incluso podés “visitar” las habitaciones en las que descansaron Manuel Belgrano y José de San Martín.

Verano en Tucumán: qué hacer un día en Lules

Las Ruinas de San José de Lules son Patrimonio Provincial y Nacional, pero -se lamenta la guía- en estos años el interés en llegarse ha decaído. Por eso invita a los tucumanos a visitar este pedazo de historia.

Segunda parada

A tres kilómetros de las Ruinas, frente a la plaza principal del pueblo se encuentra la Iglesia Fundacional, que se ha convertido en sitio turístico y que recibe visitantes de lunes a sábados de 9 a 12 y de 19 a 21. Ese predio supo ser la casa del presbítero Zoilo Domínguez, fundador de Lules y responsable de hasta el trazado de la villa. “Cuenta la historia que, cómo vivía en Famaillá y viajaba mucho a capital, veía los cerros constantemente. Un día se propuso fundar una iglesia. Lo primero que hizo fue su casa, y más tarde comenzó a construir el templo. Por conflictos tuvo que abandonar la provincia y falleció en Catamarca. Nunca pudo bendecir ni oficiar una misa en su propia iglesia”, relatan las guías del lugar, Mariela Peñaflor y Malvina Flores.

Verano en Tucumán: qué hacer un día en Lules

Son ellas las que acompañan a los visitantes en el recorrido por la parte habilitada del sitio (el resto corre peligro de derrumbe). “Los vecinos pasan y se sorprenden, porque la Iglesia permaneció mucho tiempo cerrada. La idea es que ahora todos puedan visitarla”, dice Mariela.

El lugar -cuentan las guías- posee construcción de tipo español, y fue inaugurado en 1851. Y por eso es digna de ser visitada; dentro todavía se hallan elementos de aquellos tiempos. Es que, encima, el templo permaneció cerrado de 1931 a 1996. “Ese año falleció Eliseo Cantón, familiar de Zoilo, y su familia puso sus cenizas aquí. Eso fue un escándalo, y por eso se terminó cerrando”, relata Malvina. La peculiar historia de este lugar, el primer edificio público del pueblo, lo hacen una para obligada. El recorrido histórico-religioso, para quienes quieran, se completa con dos visitas más: el oratorio de San Anotnio de Padua y el Santuario de la Virgen del Valle de La Reducción.

Parada final

Luego del templo y de dar una vuelta por la plaza principal (se acepta una parada técnica para tomar unos mates), los visitantes pueden hacer un último viaje, ya para distenderse: a tres kilómetros del centro está la Quebrada de Lules, un área protegida que desde ahora cuenta con un renovado complejo. El enclave -será inaugurado el lunes- tiene servicio de pileta, cantina, merenderos y hasta un espacio para espectáculos. ¿Qué mejor para terminar el día que un buen momento con la naturaleza?

Verano en Tucumán: qué hacer un día en Lules

Según cuenta Nancy Muccela -directora de Turismo del municipio- la propuesta es la de lograr que el predio se convierta en un punto obligado para los turistas. “Queremos, dentro de muy poquito, enseñar natación. Tenemos actividades de trekking, cabalgatas e incluso una zona de turismo virgen para visitar. Se planea también ofrecer un servicio de campamento, para todas las personas tengan la posibilidad de visitarnos”, explica. Todavía no se han fijado los precios de acceso, pero en el Municipio aclaran que serán accesibles. La entrada tiene un costo de $1.000 por persona y habrá promociones para grupos familiares. Los menores de 10 años no pagan. El predio cuenta con estacionamiento gratuito para los visitantes.

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