Fiesta electrónica: una muerte que dejó al descubierto el consumo de éxtasis

Investigadores indican que el consumo de esta droga, que se fabrica en el país, fue creciendo.

A TODO RITMO. Centenares de jóvenes asistieron a la fiesta electrónica realizada en Central Córdoba. A TODO RITMO. Centenares de jóvenes asistieron a la fiesta electrónica realizada en Central Córdoba.

La investigación de la muerte de un joven salteño por una supuesta intoxicación con éxtasis dejó al descubierto que el consumo y la comercialización de esa sustancia ilegal ha crecido considerablemente en el último tiempos.

El viernes, Andrés Rodríguez Bonazzi (26 años) fue uno de los asistentes de la fiesta electrónica que se desarrolló en el estadio de Central Córdoba. El salteño se descompuso horas después y fue trasladado al Centro de Salud, donde falleció el martes. Los médicos sospecharon que su muerte se había producido por el consumo de drogas y, tal y como lo indican las normas, dieron intervención a las autoridades.

El fiscal de feria Ignacio López Bustos ordenó que se realizara la autopsia. El informe del médico forense reveló que el fallecimiento se había producido por una infección pulmonar. Pero al revisar la historia clínica, cuyos detalles no fueron difundidos por las autoridades del centro asistencial, dispuso que se hicieran otros estudios más profundos para determinar si en su organismo tenía algún tipo de sustancia que le haya generado la muerte.

Los allegados al joven salteño sostuvieron que estaba en perfecto estado de salud cuando asistió a la fiesta. También se mostraron sorprendidos porque Rodríguez Bonazzi era profesor de educación física, campeón de fisicoculturismo, jugador de rugby y amante de la vida sana.

La fiesta

El viernes, DJ Gordo, una de las figuras mundiales del Tachengue (una mezcla de cachengue con música electrónica), brindó su show durante más de dos horas. Unas 600 personas participaron del encuentro que fue organizado por Nicolás Auteri quien, por segundo día consecutivo, no respondió a las llamadas ni a los mensajes que le envió LA GACETA para aclarar algunas cuestiones.

“Fue buenísimo. La verdad es que fue una lástima que pasara eso. No observé nada extraño, sí que hubo un par de chicas que fueron asistidas porque habían perdido el conocimiento. Hacía mucho calor y varios se deshidrataron”, explicó Luciana, una de las asistentes. Según los concurrentes, una de las mayores fallas que se registraron en la fiesta fueron las complicaciones que tuvieron para adquirir botellas de agua (su valor era de $ 2.000).

El detalle del agua no es menor. El éxtasis puede generar una fuerte elevación de la temperatura corporal que lleva a una deshidratación, por lo que los especialistas recomiendan a los consumidores de esta sustancia a hidratarse permanentemente. En los grandes encuentros, los organizadores disponen en diferentes lugares centros de hidratación (normalmente colocan dispensers con agua) para que los asistentes no sufran ningún tipo de descomposturas que puedan generar problemas de salud.

DEPORTISTA. Andrés Rodríguez Bonazzi tenía 26 años, jugó en la primera de un club de rugby hasta el año pasado y hacía fisicoculturismo. DEPORTISTA. Andrés Rodríguez Bonazzi tenía 26 años, jugó en la primera de un club de rugby hasta el año pasado y hacía fisicoculturismo.

“No sé de qué se sorprenden. Las ‘pastis’ (como la llaman popularmente al éxtasis) forman parte de la cultura electrónica. Es como que vayas a un festival de folclore y te llame la atención que las personas estén tomando alcohol”, sostuvo Juan Carlos.

Mauricio dijo que en la movida electrónica hay de todo. “Hay personas que se drogan y otras que no. Hay quienes consumen éxtasis, pero también hay quienes prefieren otro tipo de sustancia. Lo que menos debe hacerse es estigmatizar”, explicó. “Pero hay que aclarar que en los boliches también toman esa porquería. Ahora van a querer prohibir todas las fiestas”, especuló.

La investigación

El fiscal López Bustos espera los resultados de las pericias para poder avanzar con la investigación. Si es que llegara a encontrar indicios de que se encuentra ante uno o varios delitos, él solo deberá investigar si alguien tuvo responsabilidad en la muerte del joven salteño. En caso de que sospechara sobre una posible venta de droga durante el encuentro, deberá girar la causa a la Unidad Fiscal de Narcomenudeo que conduce su par José Sanjuán.

Según las averiguaciones que realizó LA GACETA, una pastilla de éxtasis en la provincia tiene un valor de $ 10.000. Por noche, un consumidor de esta droga, puede tomar entre una y dos.

Con el correr de los años, el costo de esta droga bajó considerablemente por una razón: comenzó a ser producida en nuestro país. Por varias investigaciones quedó demostrado que en Buenos Aires y Córdoba hay centros de producción clandestina. “Antes llegaban desde el extranjero y su valor era mucho más elevado”, señaló una fuente especialista en la lucha contra el narcotráfico.

“El tráfico de esta sustancia ha crecido considerablemente en todo el mundo. No sólo porque para producirla se utilizan elementos que se consiguen con facilidad, sino que además se las puede preparar en una pequeña habitación”, comentó el secretario de Lucha contra el Narcotráfico Jorge Dib. El funcionario también consideró que el tráfico es otro factor. “En un pequeño frasco se pueden trasladar grandes cantidades. Estamos atentos a este movimiento. Vamos a continuar con los controles”, finalizó.

Un medicamento fallido: el éxtasis fue prohibido por su peligrosidad

La metilendioximetanfetamina (MDMA), más conocida como éxtasis en nuestro país o cristal en otras partes del mundo, nació en 1912. El médico especializado en Toxicología, Alfredo Córdoba, recordó que esta droga de diseño surgió como un medicamento para reducir el apetito. Por sus efectos devastadores fue descartada, pero en 1970 tendría una nueva oportunidad dentro de la medicina como un psicofármaco que ayudaba al dialogo entre pacientes y psiquiatras, pero en 1980 la MDMA entró en el mercado negro como droga “recreativa” por sus efectos placenteros. Cinco años después, Estados Unidos fue el primer país en prohibirla debido al número de casos de convulsiones y muertes por intoxicación.

Fiesta electrónica: una muerte que dejó al descubierto el consumo de éxtasis

Un caso fatal: Flor Yturrioz murió por la ingesta de éxtasis

Florencia Yturrioz tenía 26 años y era una nutricionista de La Plata. A comienzos del mes, la joven se fue de vacaciones a Mar del Plata con amigas. El 13 de enero el grupo se separó para asistir a dos eventos distintos. Yturrioz fue a una fiesta de electrónica y se reencontró con sus amigas a las 7 en la puerta del edificio donde alquilaban. Luego la nutricionista prefirió ir a la playa y se reunió con un grupo de jóvenes que estaban tomando mates. Esos testigos indicaron que la profesional no quiso tomar la infusión y que solo bebía agua. Cuando volvió al departamento y se desmayó y sus amigas la llevaron a un hospital. El 15 de enero falleció por intoxicación y la autopsia confirmó sobredosis de éxtasis.

Fiesta electrónica: una muerte que dejó al descubierto el consumo de éxtasis
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