“Griselda”, la serie de Netflix que rompió los moldes de la saga Narcos

La trama gira en torno a la colombiana que hizo historia por su crueldad, más que por la cantidad de cocaína que ingresó a EEUU.

Sofía Vergara da vida a Griselda. Sofía Vergara da vida a Griselda.

“El único hombre al que le tuve miedo en mi vida fue una mujer llamada Griselda Blanco (Pablo Escobar). 

Esa es la frase con la que comienza la séptima temporada de Narcos, la serie más importante sobre los protagonistas históricos del delito más rentado del mundo que ya son un clásico en la plataforma de Netflix

“Griselda” gira en torno a  la colombiana que hizo historia por su crueldad más que por la cantidad de cocaína que ingresó a Estados Unidos. La última parte de esta saga sale de su molde tradicional. 

En esta oportunidad tiene en su elenco a figuras internacionales de peso entre su elenco. Sofía Vergara da vida a Griselda, también conocida como “La madrina de la cocaína” o “La viuda negra” porque habría matado a sus tres esposos durante la construcción de su emporio. 

La cantante Karol G también cuenta con un papel en la serie. Pero también sale de lo normal al mostrar las miserias, mezquindades y defectos de las autoridades de Estados Unidos.

“Griselda” cuenta la vida de una mujer que emigró a Estados Unidos y, a diferencia de otros líderes narcos, montó su imperio en la tierra que se jacta de darle una pelea frontal al tráfico de drogas. 

No conquistó esas tierras por las grandes cantidades de sustancia que llevó, sino por los métodos sangrientos que empleó para acabar con todos sus enemigos o aquellas personas que se atrevían a cruzarse en su camino.

Con detalles oscuros (y brillantes al mismo tiempo) la serie cachetea al tradicional e híper difundido “sueño americano”. Como sus antecesoras, muestra las facetas personales de un delincuente combinada con las críticas hacia la corrupción y la ineficacia para poner punto final al delito que más dinero genera a nivel mundial.

Historia

Con “Griselda” son siete las temporadas que utilizó Netflix para mostrar los detalles del crecimiento del narcotráfico. Narcos se dedica pura y exclusivamente a contar lo que ocurrió en Colombia. 

Narcos México es la prueba concreta de que no siempre las segundas partes son malas. En tres temporadas, la plataforma supo resumir el complejo engranaje del tráfico de droga de ese país.

Los éxitos de esta serie siempre estuvieron acompañadas de críticas. Cuestionaban a sus autores y a la plataforma por “romantizar” las figuras de los líderes narcos, cuando en realidad sólo contaban el auge y ocaso de los hombres y mujeres que pudieron crecer por la inacción de un Estado que poco pudo hacerlo (o no quiso) detenerlos.  

“¿Qué se refleja, de que es como un paraíso el participar en esas actividades ilícitas: mansiones, carros de lujo, poder, muchachas y muchachos guapos, ropa de marca”, se quejó públicamente cuando era presidente de México Andrés Manuel López Obrador.

También fue cuestionada por mencionar los vínculos de dirigentes y funcionarios políticos y miembros de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, la historia dirá que varios de ellos fueron condenados por estar relacionados a los traficantes de droga.

En una de las series hay una escena de mucho peso. “PachoHerrera, el lugarteniente del cártel de Cali, se reúne con Amado “El señor de los cielos” Carrillo Fuentes para hablar del futuro del negocio en Juárez, ciudad mexicana que limita con Estados Unidos. 

“Por aquí va el futuro”, le dice el anfitrión al productor de cocaína mirando el paso fronterizo. “Por ahí pasan 20.000 camiones por día, lo que humanamente es imposible que controlen a todos. Todo gracias al acuerdo”, agregó.

El “acuerdo” no es nada menos que el tratado de libre comercio que firmaron ambos países que se transformó en la puerta de ingreso de todas las drogas a EE.UU. 

La saga de Narcos es justamente eso. Mostrar quiénes fueron estos narcotraficantes y los errores (voluntarios o involuntarios) que permitieron su crecimiento.

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