Bernabé Aráoz: el padre de la tucumanidad

Todos los documentos y papelería oficial tendrán hasta fin de año un recordatorio para “recuperar y revalorizar la figura” del general Bernabé Aráoz al conmemorarse este 2024 los 200 años de su fallecimiento. Esto ha sido dispuesto mediante la ley 9.716, aprobada por la Legislatura el 20 de septiembre pasado.

Según la norma, todos los documentos de los tres poderes del Estado deben llevar al pie de página la siguiente leyenda: “2024 Año de Conmemoración del fallecimiento del General Bernabé Aráoz”. La Secretaría General de la Gobernación es el organismo que se encarga de comunicar esta disposición a todas las reparticiones públicas. Pero, ¿quién fue Bernabé Aráoz? José María Posse, abogado e historiador tucumano, contó a LA GACETA que “la idea detrás de esto es ‘recuperar la figura’ de Bernabé Aráoz como el verdadero héroe tucumano de la guerra de la Independencia”.

Lejos de que esto quede limitado a una frase en el rincón de alguna ley o resolución, el objetivo es que la figura del primer gobernador tome protagonismo en distintos ámbitos. Aulas, libros, medios gráficos, cantatas, danza y contenido audiovisual serían algunos de los instrumentos de difusión cultural que se manejará en la “campaña de recuperación” de una figura local con relevancia nacional e importancia continental. “Se tiene que poner en valor el turismo histórico cultural; se revalorizará la zona de ‘Trancas Viejo’ y los grandes eventos comenzarán el 24 de marzo”, agregó Posse.

Se recuerda que, además de esta campaña provincial, existe también un proyecto con el fin de declararlo héroe nacional; el mismo ya obtuvo media sanción por parte del Senado. “Bernabé Aráoz debe ser héroe nacional. Es un faro. Es el ciudadano común que se pone a disposición y gracias a él Tucumán se salva. Y el país. Si no hubiera hecho recapacitar a (Manuel) Belgrano, la historia hubiese sido completamente distinta”, había mencionado -la entonces senadora nacional- Silvia Elías de Pérez.

Estadista, General, guerrero, patriota, tucumano y, por sobre todo, víctima del centralismo histórico: Aráoz, primer gobernador tucumano de la historia, federalista y eterno luchador contra el imperialismo, sufrió distorsiones históricas que lo dejaron fuera de la mesa de grandes próceres nacionales. El desafío del Gobierno provincial y la cultura tucumana es devolverle el lugar que nunca debió haber perdido.

Posse brindó a LA GACETA grandes detalles sobre la importancia de Bernabé Aráoz en la historia argentina

Conocido como “el padre de la tucumanidad”, Aráoz es descripto por Posse como “un importante comerciante, hacendado, caudillo y muy valiente”. Además, un significativo grupo social lo llamó -históricamente- “oligarca”, a causa de su buena posición socioeconómica. “Las cuestiones ideológicas muchas veces nos llevan a repetir cosas que no son así; si era oligarca se prendía con los imperialistas”, exclamó Posse entre risas y cuestionamientos.

El prócer tucumano nació en la ciudad de Monteros en 1776, pero se desconoce la fecha exacta por falta de documentación. “Antes era muy común que se pongan los nombres en honor a los santos. Una posibilidad es que haya nacido el día de San Bernabé (11 de junio), pero no hay precisión sobre eso”, supuso el historiador.

El año de su nacimiento (1776) casualmente fue un año bañado de revolución antiimperialista que tuvo a la independencia norteamericana (4 de julio) como bandera. Las mismas ideas revolucionarias que se barajaban en Norteamérica y Francia -quien también tuvo su revolución en 1789- repercutieron en el cono sur, donde se desencadenó una oleada independentista con las provincias del Virreinato del Río de La Plata como epicentro.

Factor en la independencia

Araoz fue quien comandó las tropas tucumanas que brindaron ayuda a Buenos Aires con el fin de mostrar resistencia a los ingleses. “Bernabé trajo la semilla de la independencia a Tucumán. En la semana de mayo entendió los motivos de los patriotas y se comprometió”, aseguró Posse. 1812 fue el año en el que se desató la batalla de Tucumán. Luego de la retirada del Ejército del Norte (a cargo de Manuel Belgrano), el cual retrocede desde Jujuy con rumbo a Córdoba bajo la orden de “abandonar las provincias del norte a manos de los realistas” en el conocido “éxodo jujeño”, las milicias llegan diezmadas a Tucumán. “Aráoz convence a Belgrano de no tirar la toalla”, contó el historiador para luego parafrasear a Aráoz: “General, si el problema son los recursos, yo voy a poner el doble de lo que se necesita, pero no dejemos a los norteños a la suerte de los realistas; los amigos de hoy pueden ser los enemigos del mañana”.

Luego de que Aráoz convenció a Belgrano, se libró la guerra contra los españoles; siendo el 24 de septiembre la fecha que pasaría a la memoria de los argentinos, quienes entre fe, garra y estrategia lograban poner un alto a los enviados por la metrópoli española. “Al ser derrotados, los españoles sabían que de Tucumán no pasaban”, aseveró el tucumano, que lleva 11 años estudiando y difundiendo la figura del líder gaucho.

El primer gobernador

Tucumán se conforma como provincia en 1814 luego del acuerdo entre la trilogía proceriana compuesta por Bernabé Aráoz, José de San Martín y Manuel Belgrano; el gobernador designado de la “Tucumán autónoma” es Aráoz. Bajo su mandato, el sureño instauró el “fuerte de la ciudadela”, Centro de Adiestramiento y Cuartel General del Ejército del Norte, pieza fundamental del “plan continental” que ya diagramaba José de San Martin para liberar América. También alentó y organizó el Congreso de 1816, el cual dio libertad e independencia a Argentina como nación soberana ante el mundo.

En 1819 los tucumanos eligen al gobernador por primera vez, ya que en 1814 se trató de una designación. Conformes con la gestión y el liderazgo del monterizo, los ciudadanos se inclinan por Bernabé Aráoz; por este motivo no solo fue “el primer gobernador”, sino que también fue el primero que eligió el pueblo.

En 1820, como consecuencia de los conflictos políticos del momento, cae el gobierno central de Buenos Aires y Aráoz funda la “República del Tucumán” que contaba con su propia Constitución Federal. Es por ello que, además de independentista, también fue un gran federalista. “Aráoz no buscaba la secesión; ese es otro mito que crearon para desprestigiarlo”, dijo Posse. Y agregó: “Se cree que (Juan Bautista) Alberdi tomó como base la Constitución de Aráoz (su tío) para confeccionar el esqueleto de lo que terminó siendo la Constitución de 1853; era un adelantado a su época”.

Su muerte

A causa de levantar las banderas del federalismo, sufrió persecuciones durante sus últimos años de vida y posteriormente fue fusilado un 24 de marzo de 1824. El muro de la Iglesia de Trancas Viejo fue testigo de la ejecución sin juicio previo. El historiador, autor del libro “Bernabé Aráoz: el tucumano de la independencia” afirma que “fue el primer mártir del federalismo”. Producción periodística: Enzo Ferreira)