Ley ómnibus: la cultura busca que no se traten las normas que afectan al sector

Fuerte presión sobre los diputados que avalaron la norma oficialista en general. El destino del Instituto Nacional de Teatro. Aclaraciones.

PROTESTA ARTÍSTICA. En la plaza Independencia hubo distintas expresiones. PROTESTA ARTÍSTICA. En la plaza Independencia hubo distintas expresiones. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

Es una carrera contra reloj, que se reforzó durante el fin de semana. Todos los sectores de la cultura potenciaron sus contactos con distintos diputados que aprobaron la semana pasada en general la Ley Ómnibus del presidente Javier Milei, para que en el tratamiento en particular dejen de lado el capítulo referido a las normas que afecten a su actividad.

El objetivo es que, durante el tratamiento en particular, se excluya el bloque cultural que involucra a los institutos nacionales del Teatro (se impulsa la derogación del INT, al igual que de la ley de protección del libro), la Música (Inamu) y el Cine (Incaa), así como el Fondo Nacional de las Artes (FNA) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, con profundas modificaciones en su estructura y funcionamiento.

El diálogo se centra en los representantes del radicalismo, los cordobeses y el peronismo que rompió con Unión por la Patria (incluyendo fundamentalmente a los tres tucumanos que conformaron la bancada autónoma jaldista Independencia). En las charlas, se insiste en que ningún ente nacional se financia con impuestos generales sino con gravámenes específicos; en que no hay sobredimensionamiento en las áreas administrativas y en que el proyecto no fue tratado en la comisión de Cultura de Diputados, aún no conformada, así que se solicita que el bloque de propuestas pueda presentarse nuevamente en sesiones ordinarias para su abordaje.

Conscientes de que el cambio completo de sentido de una veintena de votos que avalaron en general la norma oficialista no es fácil, apuntan a un pedido de mínima: que no sea eliminado el INT, sino que entre en un esquema similar al de los otros entes oficiales (como Incaa o Inamu), con el tope del 20% de las erogaciones destinadas a funcionamiento y a personal y el resto de lo recaudado, dirigido a los artistas. Como argumento, se plantea que para ninguno de los otros institutos se postuló su disolución y que el FNA se rescató cuando la idea inicial era suprimirlo; se entiende que hay un ensañamiento impropio contra el INT.

En el plano del esclarecimiento del origen de los fondos, los artistas resaltan -por ejemplo- que quien no va al cine no financia el Incaa (parte de sus ingresos salen de un porcentaje a la entrada); así como quien apuesta en los juegos de azar bonerenses no aporta al INT. El grueso de los recursos salen del Ente Nacional de Comunicaciones por tasas y multas por incumplimientos y violaciones a la ley.

Acerca de la cantidad de personal, se les indica a los parlamentarios que la planta permanente del INT y del FNA tiene un número similar a los empleados de la Quinta de Olivos (poco más de un centenar), sin contar con los efectivos de seguridad que se deben desplegar en la residencia presidencial.

Y sobre la distribución de los recursos, se aclara una grave confusión: limitar al 20% los gastos de funcionamiento del FNA generaría el cierre de espacios como la Casa de la Cultura (excasa de Victoria Ocampo en el porteño barrio Parque, que ha sido declarada Monumento Histórico Nacional), el edificio sede de la calle Alsina o la desatención del patrimonio público, que es responsabilidad reguardar. Es que no todas las erogaciones en ese sentido van a un destino inútil, y mucho menos a los sueldos.

El único año donde en el FNA se gastó el tope pretendido por el Gobierno fue en 2020, durante la pandemia, donde las salas de exposición estuvieron cerradas, no hubo público ni actividades.

A modo de ejemplo: ¿qué implica pagar un viaje? Puede ser tanto una erogación general si es para atender un hecho de burocracia; como parte de un evento artístico, si es por una gira teatral o por trasladarse para el montaje de una muestra con los cuadros. Así, ¿qué es destinar fondos para papelería? ¿Es lo mismo comprar resmas para expedientes ordinarios que la impresión de un catálogo?

En horas de definiciones, la presión desde todos los ámbitos de la cultura aumenta. Y en caso de no lograr revertir la tendencia, ya se preparan para el segundo round en el Senado.

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