Por Jorge Figueroa
08 Febrero 2024
PARA TODOS. Por la red circula información, comentarios, quejas, negocios y hasta se usó para algunos ilícitos.
Aunque su mención remita al pasado y pese a que con periodicidad el mercado proponga otros productos de competencia, Facebook tiene (apenas) 20 años.
Desde hace algunos años se viene hablando de su decadencia, pero según las últimas estadísticas sigue siendo la red más grande el mundo, con 3.050 millones de usuarios activos mensuales; son cifras actuales, del tercer trimestre de 2023.
No es casual que en Wall Street, Meta (propietario de Facebook, Instagram y WhatsApp) se haya disparado en la bolsa un 20,37%. El capitalismo sabe saludar con sus cotizaciones en alza a la producción, aunque en este caso se concentre en un sector, de comunicación, de tecnología, de servicios. Porque en términos tradicionales no se trata de una industria.
Y Mark Zuckerberg, el fundador y director ejecutivo de Meta, no se detiene. Celebrando el aniversario anunció: “hemos avanzado mucho en nuestra visión de avanzar la inteligencia artificial (IA) y el metaverso“.
Rediseñada decenas de veces desde 2004, su objetivo sigue siendo el mismo: conectar a las personas en línea. Y ganar montañas de dinero con la publicidad.
No ha sido la primera red social, y seguramente no será la última, aunque tal vez sí, del modo como la conocemos en la actualidad.
Luis Quevedo, experto en consumos culturales de Flacso (docente e investigador), indica que Facebook es “amigable”, y “conserva el lenguaje de la familia, no es de emociones fuertes”.
El investigador caracteriza a esta red social como “un lugar de reposo, no de violencia”.
Una alarma
La socióloga Shoshana Zubof asegura que Facebook opera de acuerdo a los imperativos económicos, los mecanismos establecidos, los protocolos fabricados y las exigencias de mercado del capitalismo de la vigilancia. En “El dilema de las redes sociales” (se puede ver en Netflix), se indica que es notablemente eficaz para hacer sonar la alarma sobre el uso de la data y la tecnología manipuladora en nuestras vidas sociales. El documental de Jeff Orlowski se transmite por Netflix, y este no se librará del fenómeno que analiza en sí mismo, ya que paradójicamente se convertirá en otro nodo del algoritmo que servirá para seguir alimentando los datos de su propio servicio.
La semana pasada la BBC publicó un informe en el que destaca de qué manera politizó internet (en la llamada primavera árabe en 2011 sirvió para coordinar las protestas; en su campaña electoral Donald Trump gastó más de U$S 40 millones de dólares en anuncios en Facebook).
Cuando se desarrolló Twitter era común decir que por Facebook se podía conocer lo que había sucedido, mientras que Twitter, lo que estaba pasando. La afirmación, si fue pertinente en algún momento, hoy es relativa.
Usos y abusos
Es cierto que la empresa de Zuckerberg se utiliza para grandes negocios, millonarios, pero también para la venta de artesanías menores, y productos y actividades cotidianas (tatuajes, show room, compra de libros usados y una lista interminable).
Obviamente, también para acciones ilícitas, como acaba de suceder en esta provincia cuando se ofrecían mercaderías a bajo costo destinadas a comederos sociales, por esa red social.
Instagram podrá exhibir atractivas historias personales, las selfies más audaces y comentadas, glamorosas, tal vez, pero los artistas, por ejemplo, difunden sus obras en una y otra red.
¿Es que existe alguien que no tenga Facebook? Y sí, muy pocos, son como aquellos que tienen un teléfono instalado en la casa, y todavía atienden y preguntan “¿quién es?” y no “¿dónde estás?”.
Decenas de miles
En Tucumán los sitios con mayores seguidores son “Alguien sabe!? Yo sé” con miles de miembros. O el “Fotos Antiguas” que tiene más de 100.000 miembros. Pero esos following suman miles y miles en otros sitios específicos de cultura (artes, audiovisuales, teatro, cine). Facebook se ha colmado de cuentas de gatitos.
‘Hay muchas cuentas que son cementerio’, me dijo un colega en estos días. Pero, la gente de otras redes también muere. ¿O no?
“Es la franja etaria, los jóvenes huyen”, repitió el colega de este diario. Basta “estar” en Facebook para darse cuenta de que hay miles, decenas de miles de jóvenes que difunden y se comunican. Pero hay que estar y no ver de fuera.
En este mismo diario, algunos periodistas consultamos en Facebook para realizar notas, o buscar opiniones o datos. Y las respuestas son casi inmediatas. Eso sí, hay que tener cuidado con las fake news.
En otras palabras: de los medios de comunicación tradicionales se pasó a internet, luego a las redes sociales, para “estar” en esas mismas redes, infaltables. Para informarse e informar.
Toda organización política de derecha o izquierda conoce el valor de estar en las redes.
Y la edad promedio de la audiencia publicitaria de Facebook es de 32 años, según el sitio específico DataReportal.
Datos y cifras: Pablo Hamada da cuenta de los últimos números y la utilidad
Pablo Hamada es Jefe de Redes Sociales y Audiencia de LA GACETA y conoce las cifras y tendencias específicas, al tiempo que da cuenta que el Facebook de este diario tiene 1.100.000 seguidores.
La base de usuarios mundial de Facebook depende de si se está viendo usuarios activos mensuales (MAUs) o usuarios activos diarios (DAUs), explica.
Los usuarios activos mensuales (tercer trimestre de 2023) son aproximadamente 3.050 mil millones a nivel mundial, lo que la convierte en la plataforma de redes sociales más grande del mundo. Esto representa un ligero aumento con respecto al trimestre anterior y un aumento del 3.08% interanual. Los usuarios activos diarios (a partir del tercer trimestre de 2023) son alrededor de 2.080 mil millones, mostrando un crecimiento relativamente estable en comparación con el trimestre anterior, pero un aumento significativo desde el segundo trimestre de 2022, informa citando datos de Statista (el portal de estadísticas para datos del mercado).
Hamada, que maneja todas las cifras al respecto, dice que en enero, se estima que la cantidad de usuarios de Facebook en Argentina es de 30,70 millones.
Cuando se le pregunta qué rol cumplen hoy responde que mantienen conectados a amigos y familiares, se comparten publicaciones fotos, videos y mensajes. “Eso sigue siendo la principal razón por la que las personas usan Facebook”, puntualiza. Pero añade: el consumo de noticias e información ya que es una fuente importante de noticias e información para muchos usuarios.
Y por supuesto, hay toda una franja de usuarios (no menor) que la utiliza como entretenimiento (videos, juegos y participar en memes y otras formas de entretenimiento son actividades populares). Hamada no soslaya la presencia de grupos y comunidades que están unidos por intereses comunes.
Y finalmente, aunque no menos importante, negocios y marketing, donde las empresas promocionan sus productos y servicios y realizan ventas.
Luis Quevedo: una red social que mantiene el lenguaje amigable
Luis Quevedo dirige posgrados en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales e investiga los consumos culturales. Al momento de conversar con este periodista, destaca por qué Facebook se mantiene como la red social más grande del mundo, y menciona palabras como innovación, creatividad, lenguaje amigable, y, puntualiza que en 2010, inventó el “like”, el “me gusta”, lo que fue decisivo.
Es la red de clubes, de familias, de empresas, de grupos y comunidades y eso es fundamental, describe. “El muro es otra de las creaciones que la hizo potente. Y favoreció a la migración de pantallas. A principios de los 90 hacíamos estudios (en Flacso) sobre cuánto tiempo se mantenía la atención en la televisión y el promedio era de tres horas y media. Hoy, la atención diaria en las redes son tres horas y media, lo que es muy alto, pero va en detrimento de otras pantallas, como la propia televisión y el cine”.
El investigador dice que igualmente, hay que analizar el contexto de estos datos: en el mundo cada usuario tiene o pertenece a siete redes, o sea que, hay una gran competencia.
Durante la entrevista, analiza los lenguajes de las redes. “Instagram es glamoroso, muestra la parte bella de cada uno. No hay odio. Twitter es de emociones fuertes, polémicas, ironía y odio. Facebook, es amigable, conserva el lenguaje de la familia”, dice.
Posteriormente sostiene que hay una mayor horizontalidad, porque “todos podemos comunicar todo”, pero, advierte que “estamos clasificados, somos un objeto de consumo, las redes nos han convertido en eso; estamos vigilados por los algoritmos. La Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, tiene una radiografía completa de quienes vivimos ahí. Porque nosotros vivimos, además, entregando datos en cada acto, compra, o chat. Las redes lograron como nunca que seamos capaces de hacer varias cosas a la vez. Eso es la productividad del capitalismo”, define. “Hay un aprovechamiento integral de las vidas, y eso tiene que ver con prácticas como el home office. Hoy podemos hacer distintas cosas en el mismo momento”, añade.
El estudioso cuenta que hace unos años en algunas ciudades se había dispuesto la prohibición de ingreso a clases de alumnos con celular, pero en la actualidad se sabe que “no entrar con celular es como no ingresar vestido a algún lugar, algo nos falta”.
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