Un golpe que expuso todas las falencias de un San Martín desconocido

Con un flojo rendimiento, el “santo” no pudo hacer pesar la localía y cayó 2-1 ante Ferro. Los dirigidos por Diego Flores presentaron falencias en todas las líneas y dejaron una imagen lejana a lo visto en Maipú

San Martín contra Ferro Carril Oeste. San Martín contra Ferro Carril Oeste. LA GACETA / DIEGO ARAOZ

Dudas, desconcentración y fallas. Quizás esa sea la mejor descripción de la derrota que expuso todos y cada uno de los problemas de San Martín. No sólo porque se vio un equipo desconocido en comparación a las primeras fechas, sino porque no pudo hacer pesar la localía, un factor crucial para lograr el gran objetivo.

El principal problema de San Martín pasó porque cayó en la trampa de Ferro. Con poco y nada, la locomotora de oeste se plantó como un equipo sólido; que no salió del libreto en ningún momento y que, sobre todo, mantuvo la frialdad necesaria para dominar el ritmo de un partido que podría haber terminado bien para cualquiera.

Tal fue así que en la primera parte, el “verde” encontró las ocasiones más claras gracias a la asfixiante presión de sus delanteros que forzaron múltiples errores de Juan Orellana; y, en la segunda parte, el libreto cambió las formas pero no de protagonista. Se replegó defensivamente para aprovechar el contragolpe siendo un verdadera muralla infranqueable para el “santo”.

El exceso de confianza por los resultados obtenidos en las primeras fechas, la falta de solvencia de la defensa o la poca conexión de los mediocampistas fueron los pecados principales de San Martín, que fue equipo sin recursos y con pocas ideas creativas.

Y, para completar el combo de errores, la defensa fue una verdadera autopista para Mateo Levato, Ricardo Blanco y Franco García.  El exceso de vehemencia y la imprecisión de Orellana fueron las principales causas por las que el “santo” no tuvo respuestas en lo defensivo. A eso se sumó, la deficiente actuación de Tiago Peñalba. El juvenil jugó todo el partido cargado de dudas: sin poder despuntar en lo defensivo y mucho menos en lo ofensivo. Así, su carril fue el sector más lastimado por el rival que supo explotar la velocidad y corpulencia de García.

Es más, pese al gol de Junior Arias –que fue producto de un buen pasaje del partido que duró pocos minutos-, San Martín nunca impuso las condiciones para quedarse con los tres puntos. El bajo rendimiento de Orellana se combinó con un error infantil de Sand, que no tuvo la lucidez habitual de otros encuentros.

Con Juan Cuevas apagado, la creatividad del equipo quedó reducida a cero. Eso sí, se debe destacar que Leonardo Monje puso la pincelada fundamental para el tanto, pero no fue el “cerebro” que necesitaba el equipo. Tampoco hubo una gran labor de Gustavo Abregú, que a diferencia de lo visto en Mendoza, quedó lejos de contener la sobrepoblación de mediocampistas que planteó Jorge Cordon.

Tampoco se puede pasar por alto la actuación de Franco Acita. El árbitro –que por primera vez dirigió en La Ciudadela- no supo manejar el encuentro y tuvo varias decisiones dudosas que ralentizaron el trámite de juego redondeando una pésima actuación en Tucumán.

La única buena noticia de todo este vendaval de realidad es que Arias logró anotar su primer gol con San Martín. El uruguayo sigue siendo un ejemplo de sacrificio y esfuerzo en todos los sitios de la cancha. Tan importante fue su aporte que, en todo el partido, realizó varios cabezazos defensivos para despejar las pelotas peligrosas que llovían sobre el área de Sand. Una situación que lo alejaba de su hábitat natural.

Así, el “cachetazo” fue durísimo y expuso la realidad de un San Martín que debe seguir puliendo distintos aspectos del juego. Ahora, Diego Flores debe tomar nota de lo sucedido y aprovechar la lección para retomar el rumbo del barco, que deberá superar su primera tempestad. 

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