Los consejos que debe seguir San Martín para reponerse anímicamente contra San Miguel

El psicólogo deportivo Eduardo Paliza analiza cuál es el rol de los líderes del "santo" para poder retornar a la victoria.

A NO DESESPERARSE. San Martín de Tucumán debe serenarse para volver a sumar de a tres unidades en Los Polvorines. LA GACETA/Foto de Diego Aráoz. A NO DESESPERARSE. San Martín de Tucumán debe serenarse para volver a sumar de a tres unidades en Los Polvorines. LA GACETA/Foto de Diego Aráoz.

“En el sentimiento del partido, quedó la sensación de que el rival merecía más”, decía Diego Flores sobre la primera derrota de San Martín de Tucumán en la temporada. Así, el entrenador dejó en claro que la “emocionalidad” es un factor clave a manejar dentro del dinamismo del deporte. Frente  a este panorama, el psicólogo deportivo Eduardo Paliza analizó cuál es el rol de los líderes para reponerse de cara al enfrentamiento con San Miguel.

En primer lugar, el especialista consideró que el DT debe ser el principal líder para saber sobrellevar este tipo de “golpes” que no están previstos en ningún plan. “Además de analizar las fortalezas del rival y las debilidades de su equipo, el entrenador debe estar preparado por si algo sale mal. Eso te ayuda en el aspecto psicológico y sentimental porque nos ayuda a prever algún desperfecto de lo que planificamos”, dijo Paliza, recordando que el jugar como local siempre puede provocar un “exceso de confianza” a la hora del desarrollo del partido. “Siempre está la expectativa de que en casa te tiene que ir bien y eso genera comodidad porque ya conoces los espacios; pero también es una presión”, añadió.

En relación a la última derrota, el psicólogo consideró que el primer gol de Ferro puede haber desconcertado al equipo, llevándolo a la “desorganización”. Paliza considera que un desperfecto en el plan puede terminar de batir la moral de un equipo. “Puede pasar que un error desencadene una falta de confianza en el resto. Lo que sale mal en una zona de la cancha se replica en el resto de las líneas. Eso genera una serie de frustraciones que se ven en una sumatoria de errores. Pasar de una expectativa alta a ver que no se está dando lo que me imaginaba, impacta negativamente en el rendimiento porque reduce la confianza”, profundiza. “‘¿Será que lograremos revertir esta situación?. ¿Será que podemos con este rival?', son las preguntas que generalmente salen en esos momentos, agregó. 

Asimismo, el psicólogo consideró que la hinchada es un factor elemental para cualquier deportista debido a que refuerza el “espíritu combativo” dentro de la cancha. “La hinchada siempre es un plus que te permite seguir hasta el final contrario al sentimiento derrotista que puede surgir de un error. Lo que no perdona el público es lo actitudinal y lo combativo. Eso de insistir hasta el final. La gente siempre valora más eso que el hecho mismo de ganar. Si hubiese sido un 0-0, la gente se hubiese puesto a analizar otras variantes. ‘¿Quién es el que más dominó? ¿Quién tuvo más ataques?’. Eso es lo que evalúa la hinchada en estos casos”, comentó.

Por otro lado, Paliza habló sobre la expulsión de Juan Orellana y las ocho amarillas ganadas por los defensores en las tres primeras fechas. “Creo que los defensores tienen que tener ese perfil agresivo porque juegan con el cuerpo y su técnica. Pero, tienen que saber autorregular esa fuerza para saber jugar con los límites. Sí Orellana estuviese en un estado de tranquilidad, eso le va a permitir manejar a pleno ese recurso propio de su juego; pero en un estado de frustración, genera enojo, ira, impotencia, tristeza y desesperanza. Una jugada fallida puede haber afectado su estado emocional y dejarse llevar por estos sentimientos negativos. Ahí es cuando se desborda, aparece la roja y todo como una consecuencia de pasar los límites”, explicó.

Aunque, el especialista aclaró que los defensores no deben tenerle “miedo” a la expulsión. “Eso los va a terminar limitando. Sí, deben aprender a cómo regular esas emociones. Debe saber cuándo ser más duro o cuando no y no dejarse llevar porque si no salen este tipo de errores”, enfatizó.

Por otro lado, Paliza aseguró que dentro de todo plantel siempre hay algún “jugador-psicólogo”. “Es aquel que levanta el ánimo del equipo cuando está cabizbajo y busca darle tranquilidad aunque las cosas no salgan. Puede haber jugadores claves que se encargan de levantar a aquellos jugadores faltos de confianza”, indicó.

Por último, consideró que es importante que el cuerpo técnico y el plantel tengan espacios para reforzar la confianza en pos de fortalecer la moral para superar las adversidades. “Es muy importante el pre-partido. Hay que generar espacios para que los jugadores se conozcan más por fuera de lo que hagan en los entrenamientos. Tienen que tener lugares en los que el equipo se divierta, se conozcan los gustos, la familia y demás. Eso también tiene que ser tenido en cuenta en el máximo rendimiento. Incluso, si salen a jugar al básquet u otro deporte. Va a reforzar el estado de ánimo del grupo y eso repercutirá positivamente cuando las cosas no salgan bien. Todo lo que sean actividades, cooperación y diversión son fundamentales para cualquier grupo”, cerró. 

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