Agua que no has de beber

La flor de agua de las compuertas de El Cadillal, que tanto gusto les dan a los visitantes a la usina, se abrió generosa el miércoles pasado hacia el río Loro. Ahí hubo turistas sacándose fotos y disfrutando la llovizna artificial en ese sector. Pero la flor traía mal augurio. Avisaba que en el futuro inmediato vamos a tener que padecer sed cuando tengamos mucha agua, porque el dique no aguanta demasiada presión a causa de las roturas que hay en la presa N° 3, que no fueron reparadas en los trabajos que se hicieron el año pasado.

La flor de agua se abrió y se avisó que se abrirá siempre que llueva en el norte de la provincia, llegue agua para el embalse y el nivel suba más allá de la cota de 604 metros sobre el nivel del mar. “La cota máxima de llenado será 604 msnm, siempre que el comportamiento de la obra se mantenga dentro de lo esperable”, dice el informe del 11 de enero del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (Orsep), refiriéndose a los trabajos que hizo la UTE formada por las constructoras Sabavisa y Mercovial, que quedó terminado en agosto para las empresas pero incompleto para la provincia. Estas descubrieron que en lugar de las filtraciones denunciadas en 2022 y que motivaron la obra, había cavidades y zonas erosionadas.

Trabajos paralizados

El Gobierno había contratado en forma directa a la UTE por  $ 690 millones, más una adecuación posterior del 20% y por un plazo para realizar las tareas. Cumplido el plazo, se paralizaron las obras al 50%, según informó en agosto el ingeniero civil Oscar Vardé, jefe de Inspección de Obra contratado hasta entonces por la Provincia, quien dijo que las tareas debían seguir, tras la detección de las nuevas cavidades. En el informe del Orsep, se señala que sobre 78 pozos a los cuales se debían aplicar inyecciones de cemento sólo se ha completado 39. La mitad. “Hasta ese momento en que se ordenó paralizar se había dicho que se iba a generar una partida adicional para seguir. Pero no”, dijo Vardé.

La empresa se fue o se quedó esperando (las máquinas siguen en El Cadillal) y desde hace cinco meses nadie sabe qué va a pasar. Queda la idea de que hay que hacer una nueva obra y, como hace un año la Provincia asumió la responsabilidad de costearla (responsabilidad que es de la empresa concesionaria, Hidroeléctrica S. A. y de la Nación) con la idea de que después se le iba a devolver la plata, ahora está sin efectivo para eso.

¿De quién es la culpa?

La Provincia dice que es de la concesionaria (que en 2022 dijo que no tenía plata para hacer la obra) y, por defecto, se supone que responsabiliza al Orsep -que debe controlar a la concesionaria-. En diciembre el ministro de Obras, Santiago Yanotti, dijo que se había notificado a la Hidroeléctrica y a la Nación de que deben devolverle a Tucumán el dinero invertido y que tienen que continuar la obra. Es decir, ahora no habrá plata para seguir -pese a la sugerencia de Vardé y del auditor externo, Roger Breme, autor del documento del Orsep, que dice que la solución parcial o incompleta de las tareas necesarias es inaceptable.

La Nación no dice nada. Se presume que, en la actual persecución del déficit cero con suspensión casi total de obras en ejecución, ni siquiera se dignará a contestar el reclamo tucumano y mucho menos hacerse cargo de los informes del Orsep, aunque sea un organismo nacional.

¿Lo que pasa es irremediable?

Vardé dice que ya ha habido casos como el de El Cadillal. En el dique Casa de Piedra y en El Chocón. En ambos se solucionaron; en el último caso, con una gran inversión y una técnica muy especial, en 1982, con el embalse cargado. Acá “aún no se sabe qué significativa es la parte que falta; hemos determinado cavidades de cierta magnitud. Es un riesgo utilizar el embalse a pleno”, explica. En una obra como esta, dice, “hay que atenerse a lo que se encuentra. El presupuesto básico no es definitivo hasta que se logra determinar lo que pasa”. Y opina que paralizar la obra “desde el punto de vista técnico es una aberración. Acá el tema es quién pone el dinero”. O sea, no se culpa a la empresa ni se analiza su capacidad porque ni siquiera se ha verificado la eficacia de las tareas, porque no se terminaron, según el informe del Orsep.

¿Qué consecuencias habrá?

Según los industriales de la UIT, “sin agua no va a haber zafra y no habrá industrias funcionando en la provincia”. Los ingenios que podrían verse afectados directamente son  La Florida, Concepción y Cruz Alta. Hasta ahora no dijeron nada los agricultores, que van a ser los más directamente afectados, porque en caso de falta de agua se va a priorizar el agua para beber y para las industrias. El riego, nada. La provincia contestó que no prevé problemas porque el año pasado, con sequía, se operó a nivel de la cota 604. Eduardo Castro, secretario de la Producción, dijo que los empresarios tienen que hacer un uso eficiente del agua y que los están ayudando a “avanzar en la recirculación del agua, que es un proceso en que se la enfría y se la vuelve a utilizar”, como ya se hace en los ingenios del sur, según describió. Al respecto, el ingeniero hidráulico Franklin Adler, en su artículo “La lenta y triste agonía del embalse El Cadillal”, de hace un año, dice que “los ingenios azucareros beneficiarios del agua hacen un uso de ella con muy baja eficiencia. No hacen suficiente recuperación y reúso del agua. Puede considerarse que dilapidan el agua”. Además de que, agrega, gran parte del agua enviada desde El Cadillal para el campo y los ingenios se pierde por infiltración. “Tan solo 12 km de canales, de un total de 147 km, son revestidos e impermeables”.

En principio, se prevé que habrá poca agua y la gravedad de la situación se ha de medir en el invierno y la primavera. Si ahora en verano, que está lloviendo, hay barrios y localidades sedientos, como el barrio El Bosque o Villa Alem o Cebil Redondo, ¿qué pasará dentro de seis meses?  “Futuro negro para Tucumán. Con tremenda carencia de infraestructura y una estrategia  nacional de no hacer obras públicas en los próximos años”, dice Adler. Vardé añade: “para mí es una especie de capítulo negro porque nunca me había pasado. Espero que se pueda solucionar”. La Legislatura citaría a los responsables de la Hidroeléctrica, de la obra y al secretario de la Producción a que brinden explicaciones. Mientras tanto el Gobierno, que ahora la ha declarado la emergencia hídrica amontonándola con la emergencia ya declarada por ley en diciembre, va a restringir el agua. Hace tres años los alumnos de la escuela secundaria El Molino, de Concepción, viralizaron un video de protección del recurso, titulado: “Agua que no has de beber, no la dejes correr”. Acá hacemos al revés.

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