Dengue: “estamos muy lejos de controlar la enfermedad”

Entrevista con el médico infectólogo Tomás Orduna. La situación actual es preocupante, según explica. Además, resuelve dudas sobre cuándo aparecen los casos graves. Qué pasa con las reinfecciones y la vacunación.

LIMPIEZA DE PATIOS. Los agentes sanitarios revisan los fondos de la viviendas para eliminar los recipientes. LIMPIEZA DE PATIOS. Los agentes sanitarios revisan los fondos de la viviendas para eliminar los recipientes. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL

Un promedio de 278 personas por día contrajeron dengue sólo en la última semana en nuestra provincia, según informes del Ministerio de Salud Pública. Se notificaron 1951 nuevos casos, uno cada cinco minutos. Los contagios, en total, aumentaron un 30% y ya suman más de 7.000 este año.

La circulación del virus se extiende por todos los departamentos. Lo que ocurre con la epidemia de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti es muy preocupante. Los especialistas creen que este será el peor brote que se haya registrado en el país.

Los números hablan por sí solos: en lo que va de 2024, según el último Boletín Epidemiológico Nacional, murieron 38 personas y se notificaron un 2.546% más casos que en el mismo período de 2023 (40.137 contra 1.517). La situación se replica en la región, que registra un aumento exponencial, según alertó la Organización Panamericana de la Salud.

El infectólogo Tomás Orduna, asesor del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz de Buenos Aires, comentó que estamos ante una situación alarmante por varios motivos.

“Lo que estamos viendo en el mundo entero es que la incidencia del dengue fue creciendo cada vez más, tanto en países que eran endémicos como también en se fue extendiendo con mucha fuerza a zonas geográficas donde antes no estaba.

Dengue: “estamos muy lejos de controlar la enfermedad”

Orduna hizo una descripción sobre los últimos 25 años del dengue en nuestro país. Hasta 2009, hubo una década de tranquilidad, con casos en algunas provincias. En los últimos 15 años, se han achicado los períodos interepidémicos y hay un cambio también en la duración de cada una de las epidemias y de expansión a nuevos territorios, al punto que ya hay casos en 19 provincias, explicó. “El año pasado tuvimos 140.000 casos registrados y este año, en dos meses, ya vamos 100.000. Si tenemos en cuenta que todavía quedan casi tres meses de la época de transmisión de la enfermedad, en esta temporada superaremos ampliamente esa cifra”, adelantó.

Si bien los datos oficiales de la epidemia son elocuentes, según el médico hay que tener en cuenta que por cada caso reportado al sistema de salud hay otras tres personas que contraen el virus y cursan la infección sin enterarse. “Es decir que en la actualidad podemos hablar de que hay 400.000 casos”, precisó.

¿De qué depende que se exprese o no la enfermedad?, le preguntamos. Según remarcó, esto tiene que ver con la relación entre la persona infectada, su sistema inmunológico, y el virus. En el caso del dengue, hay diferentes variantes-cepas. Y no solo hay cuatro virus del dengue, sino que dentro de cada uno de ellos hay una gran variabilidad relacionada con las cepas.

Un trampolín

Orduna nombró dos hechos como preocupantes: tenemos como situación inédita dos epidemias seguidas. Además, se rompió la estacionalidad, ya que no se interrumpió la transmisión de la enfermedad en ningún momento. “Esto que pasó en el noreste del país, el no corte de la transmisión vectorial del dengue, fue como un trampolín que luego rebalsó al resto del país”, señaló el médico tropicalista.

- Por el hecho de haber sufrido epidemias cada vez más seguidas, ¿aumentó el riesgo de la aparición de casos graves?

- La segunda infección con un serotipo diferente de dengue (primero con el 1 y luego con el 2, por ejemplo) es solo un elemento más de los que contribuyen potencialmente a progresar a un cuadro grave. Varias investigaciones publicadas han demostrado que la incidencia de dengue grave se ve prácticamente en la misma proporción en el dengue primario que en el dengue secundario. Igualmente, la mortalidad por dengue es muy baja, así que la gente no tiene que tener pánico a un segundo contagio.

- Se han visto muchos casos de jóvenes con dengue grave e incluso ocurrieron muertes de personas sanas, ¿qué explicación tiene esto?

- En algunos casos que hemos analizado se ha visto que hay personas que no le dan importancia a la consulta y llegan tarde a buscar ayuda, cuando arriban al centro de salud ya están en estado de shock. En esto hay que aclarar, cualquier cuadro febril, a las 24 o 36 horas, hay que consultar al médico. El personal de salud indicará al paciente que debe estar atento a los síntomas de dengue grave, que son cuatro y ante los cuales hay que reconsultar sí o sí en forma inmediata.

Estos signos son: dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, hemorragias y trastorno de la conciencia, ya sea irritabilidad o letargo. Hay casos en los que vimos que estos signos de alarma pasaron sin conciencia por parte del paciente y su familia. Llegaban con una evolución de la enfermedad grave de cinco días. Esto no puede pasar.

- ¿Debería estar mejor preparado el sistema de salud?

- El problema no es la preparación, sino que cada vez que llega con fuerza una epidemia de dengue hay que rediseñar las estrategias de atención y recomenzar.

Ahora, que los brotes suceden con mucha más frecuencia, el sistema de salud debe estar en todo momento preparado para atender pacientes con los síntomas de la enfermedad y atento a actuar rápidamente ante las señales de alarma que se presentan en los cuadros graves.

- ¿Qué opina de la vacuna, debería incluirse en el calendario? ¿quiénes deberían priorizar su aplicación?

- La vacuna es una inversión de salud. Colocarla ahora no cortará la epidemia de dengue en curso, pero tarde o temprano es esperable que sea una herramienta vital que se incorpore a la estrategia de lucha contra la enfermedad. Hay que definir bien dónde y en que grupos etarios aplicarla. Por ahora solo dos estados provinciales, Salta y Misiones, tienen un programa de vacunación pública para determinados grupos poblacionales (en cohortes de 20 a 40 años). Para el resto de la población que quiera y pueda vacunarse es hacer una inversión; está absolutamente aconsejada.

- ¿Cuánto deben esperar las personas que hayan tenido dengue para aplicarse la vacuna?

- El consenso al que hemos llegado expertos es seis meses. La eficacia está dada con las dos dosis. Si no puedo aplicarme la segunda dosis, no tengo garantizado estar cubierto con la eficacia reportada.

- ¿Qué tal lejos (o tan cerca) cree que estamos de controlar dengue?

- Estamos muy lejos. Tenemos un problema: es que hay muchísimos mosquitos, y por eso tenemos tanto dengue. La relación es directa. Las causas son muchas: las temperaturas más cálidas favorecidas por el cambio climático permiten, entre otros factores, que el mosquito Aedes aegypti viva y se reproduzca durante prácticamente todo el año en nuestras casas y alrededores, y que se expanda a nuevas zonas en las que no era habitual verlo. También tiene que ver con el crecimiento desordenado de las ciudades y con el aumento de la pobreza. Aunque digan que es un virus que ataca a todos por igual, eso no es cierto. Donde hay mas pobreza, en los barrios populares, hay más desorden ambiental, y es más difícil eliminar los criaderos de mosquitos. Además la accesibilidad al sistema de salud no es la mismo. Hay carencias de todo tipo y en esos contextos es lógico que padezcan más enfermedades.

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