NOVELA
LOS AÑOS
ANNIE ERNAUX
(Cabaret Voltaire – Barcelona)
En esta novela, la Premio Nobel de Literatura 2022 Annie Ernaux, nos lleva a los límites de una obra prodigiosa que me ha dejado la sensación de lo que puede decirse cuando se escribe con maestría. Comienza con la frase Todas las imágenes desaparecerán, lo que ya nos apunta hacia el horizonte al que la autora quiere llevarnos. Una voz narrativa contada en pasado donde relata qué hacían, pensaban, sentían y decían las personas a lo largo de los años, y una segunda voz anclada en documentos, videos y fotografías, de una mujer que podemos identificar como ¿la propia Ernaux? pero narrada desde una tercera persona que objetiviza sus propios recuerdos.
En Los años, la autora se permite mostrar parte de su biografía donde la vida misma se hace presente. La mirada de la sociedad francesa de la segunda mitad de siglo XX y principios del XXI; muertes, amores, abortos, militancias, divorcios y, a través de ese entramado, un conjunto de recuerdos que Ernaux narra siendo consciente que un día dejará de recordar. Desaparecerá cada imagen, porque nuestra memoria descartará hasta lo más sentido. En este caso, la autora, que suele partir de momentos puntuales, hace algo diferente; deja de lado su costado crítico para analizar a la sociedad europea desde los años 40 hasta prácticamente nuestros días (incluyendo su vida). Rompe con el tabú individualista de Davis, porque en Los años, la protagonista es la sociedad, lo que está en movimiento es el tiempo, que pasa implacable sobre todos y cada uno de nosotros. Los temas que atraviesan toda la obra de Ernaux se refieren a las diferencias de clase, la opresión de las mujeres y la convicción feminista de que lo íntimo es político.
En orden cronológico, la autora nos traslada a su infancia en la década de los 40. Brilla en el retrato de un pasado añorado, aunque difícil y, trasladándonos a esa época post Segunda Guerra Mundial, de penurias económicas y rigidez escolar, nos devuelve a la calidez del hogar y la infancia. También nos recuerda la adolescencia envuelta en un misterio de sexo y deseo de la típica mentalidad de una sociedad constreñía. Los cambios físicos y la juventud marcadas por un horizonte único: el matrimonio. Y el impuesto a la virginidad y la castidad por encima de las libertades: “ni la inteligencia, ni los estudios, ni la belleza, nada contaba tanto como la reputación sexual de una chica, es decir, su valor en el mercado del matrimonio”. Logra una forma de representación literaria en la que se funden la memoria y el retrato sociológico, lo individual y lo colectivo, lo político, la autoficción y lo íntimo.
Los años fue publicada en el año 2008 y ganó el premio Marguerite-Duras, el premio François-Mauriac, el premio de Lengua francesa y el premio Strega. Entiendo que, aunque no hubiese ganado premio alguno, es una obra magnífica que recomiendo convencida. Dice la autora: “la memoria no se detiene nunca. Empareja a muertos y vivos, a seres reales e imaginarios, el sueño y la historia”.
© LA GACETA
Mónica Cazón