La Iglesia y las consecuencias del ajuste

27 Marzo 2024

La Comisión Nacional de Justicia y Paz, uno de los organismos de la Conferencia Episcopal Argentina, emitió un duro comunicado en donde aseguró que el impacto del ajuste que implementa el Gobierno afecta “la subsistencia de miles de personas de todas las edades y condiciones”, y alertó por un “clima de altísima fractura social”, de polarización y de insensibilidad frente a las medidas de ajuste implementadas.

La última vez que la Iglesia Católica mantuvo un diálogo formal con el Gobierno fue hace unas semanas, cuando el presidente Javier Milei recibió a una comitiva de la Conferencia Episcopal. Aquella delegación ya le había transmitido al Gobierno su “inquietud especial” en lo que tiene que ver con la “contención” de los “sectores vulnerables que sufren, principalmente, la falta de alimento y medicamentos”. Ahora este organismo resumió el conjunto de cifras económicas negativas para la población, que incluye el aumento del desempleo, la caída de los salarios registrados del sector público y privado y de las jubilaciones. “La pérdida de puestos es un dato doloroso”, afirmó el texto sobre el sector de la construcción, en el que ya se destruyeron “60.000 puestos de trabajo directos”, o las suspensiones totales en las plantas automotrices. También cita la caída de ventas minoristas PYME y el cierre algunos organismos como la dependencia de Agricultura Familiar. “Sin dudas, la persistente inflación y los incrementos de precios y tarifas han creado una combinación devastadora para la vida cotidiana de los argentinos”, indicó el organismo de la CEA. También exhibe su preocupación de “que el shock de ajuste haya recaído sobre la cuenta de ‘jubilaciones y pensiones contributivas’ (....) registrándose una gravísima disminución de los ingresos de jubilaciones y de prestaciones de salud y de discapacidad”. Añade que “La situación en los comedores populares es apremiante por el aumento de personas que concurren y la falta de provisión de alimentos”.

El organismo analiza también que hay un “apoyo a la actual gestión por parte de sectores de bajos ingresos, o incluso afectados en forma directa por la inflación y recesión” junto a los “expresos apoyos de sectores de mayores recursos, encabezados por las cámaras de las grandes empresas”. Además, este sector de la Iglesia advirtió por el “clima de altísima fractura social, la polarización con reiteradas expresiones de “alegría” en las redes sociales frente a dramáticas situaciones de despidos, con una agresividad social que encuentra en los dispositivos móviles y ordenadores un espacio de ampliación sin igual”. Cabe recordar que hace pocos días el mismo FMI recomendó al Gobierno nacional que “la carga del ajuste no recaiga desproporcionadamente en las familias trabajadoras”. “Trabajar de forma pragmática para conseguir apoyo social y político también es fundamental para garantizar la durabilidad y eficacia de las reformas”, dijo.

En breve se va a conocer el informe sobre la pobreza, que ha de tener, se presume, desalentadores datos. La situación debería movilizar a los representantes del Estado y la política, tanto para encarar medidas de contención como para un maduro debate con el Gobierno nacional, enfrascado en la reducción del déficit y en el achicamiento del Estado. Urge reaccionar ante la descripción de una referente social de comedores: “Los chicos la pasan mal y el hambre les llega hasta los huesos”.

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