LA GACETA en Malvinas: “La obsesión de la Argentina por nuestras Islas nos obligó a ser mejores”

Dos representantes legislativos de los kelpers dijeron que los gobernantes argentinos los hostigaban y trataban de evitar su desarrollo. “Queremos mantener relaciones normales entre países vecinos y no sentir que nuestra existencia está amenazada”, refirieron los parlamentarios locales.

DEFINICIÓN. “Nuestra sociedad no gira alrededor de la Argentina, sino de una cultura fundada en el amor por la naturaleza”, comentó Teslyn Barkman. DEFINICIÓN. “Nuestra sociedad no gira alrededor de la Argentina, sino de una cultura fundada en el amor por la naturaleza”, comentó Teslyn Barkman.
02 Abril 2024

Irene Benito

Para LA GACETA

PUERTO ARGENTINO/STANLEY.- Al igual que los ciudadanos a los que sirven, los legisladores locales Mark Pollard y Teslyn Barkman están tan ocupados que casi no hay tiempo para conversar sobre el clima, tema que daría para largo en las Islas. En pos de no perder ni un minuto, la comida de este almuerzo fue ordenada con varias semanas de anticipación y, entonces, en el restaurante The Waterfront, uno de los más coquetos de Puerto Argentino/Stanley, ya saben exactamente qué va a comer cada quien y tienen listos los platos.

El encuentro, del que participan la periodista paraguaya Sanie López Garelli y LA GACETA, forma parte de un viaje de prensa de cinco países sudamericanos organizado por el Gobierno de las Islas Falklands (FIG por sus siglas en inglés). Antes de empezar a dialogar se les pregunta a los legisladores si sus manifestaciones podrán ser publicadas. Barkman contesta: “todo lo que decimos es ‘on the record’ (publicable) y, a veces, puede ser de una honestidad brutal”.

La conversación toca distintos tópicos hasta que aparece el interrogante sobre las posiciones existentes 42 años después de la Guerra que acabó en la derrota de la Argentina. Los semblantes se endurecen y, de repente, emerge esa frontalidad sin edulcorante que había anticipado Barkman (36 años), que representa al “camp” (“campo” de las Malvinas). Pollard (44 años), en cambio, fue elegido por los vecinos de la ciudad de Puerto Argentino/Stanley. Ambos comparten la opinión de que “la obsesión de la Argentina por las Islas los obligó a ser mejores”.

“Los gobernantes argentinos no quieren admitir que el reclamo de nuestro territorio es una causa perdida. No quieren pedir perdón y seguir adelante. Si yo fuera argentina, estaría protestando contra el Gobierno por los recursos que destina a sostener la consigna de las Islas”, opina Barkman.

En detalle

La Asamblea Legislativa del archipiélago está formada por ocho miembros (se los llama MLA o “member of the Legislative Assembly”) que trabajan en 23 comités y consejos (el mandato de la composición actual vence en 2025). Tres legisladores participan del órgano ejecutivo junto al titular del Gobierno designado por Reino Unido y otros cuatro funcionarios.

Cuando se trata de la organización política interna de las Islas (778 pedazos de tierra de diferente tamaño enclavados en el Atlántico Sur) hay que tener en cuenta dos premisas: 1) los kelpers se autogobiernan, pero, como Territorio Británico de Ultramar, delegaron en Londres el manejo de la defensa y de las relaciones internacionales, y 2) no existen los partidos, de modo que cada legislador es independiente.

En las Malvinas casi no hay delitos; nadie cierra las puertas de las casas ni autos; no existen las rejas ni las alarmas, y los legisladores se precian de que la transparencia institucional es altísima. “El proceso de toma de decisiones del Estado está a la vista como corresponde a una comunidad pequeña. Si hiciéramos las cosas mal, no podríamos ir al supermercado o al pub. Además, si nuestra administración fuera pobre, Reino Unido nos llamaría la atención. Pero eso nunca ha pasado. Nuestra trayectoria es impecable. Por eso hace algunos años (la agencia internacional de evaluación de riesgo crediticio) Standard & Poor nos dio una de las notas más altas: A+”, dicen.

La educación y la salud funcionan -la pandemia de la covid-19 no produjo muertes-, y los isleños gozan de servicios públicos a la altura de su estatus de ciudadanos con el mayor producto interno bruto por cabeza de América, como consecuencia del negocio de las licencias de pesca.

Su mayor preocupación doméstica pasaría por la sequía que desafía a la cultura rural. Y, luego, están las tensiones con el Gobierno de la Argentina, que mantiene el reclamo de soberanía sobre las Malvinas y las islas Sándwich y Georgias del Sur ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, además de haber declarado imprescriptible y legítima aquella demanda en la reforma de 1994 de la Constitución Nacional (disposición transitoria primera).

A continuación se reproduce, con mínimos ajustes para mejorar su comprensión, la parte de la charla sobre este asunto sostenida en inglés con los legisladores, el 12 de marzo de 2024.

- ¿Cuál es su opinión acerca de la Argentina?

- Barkman: la respuesta es complicada, pero, a la vez, simple. Queremos mantener relaciones normales entre países vecinos. Y no sentir que nuestra existencia está amenazada. Me parece que eso no es pedir mucho, sino una expectativa básica. Queremos que la Argentina reconozca que tenemos derechos humanos. No existe un problema con el país, que es bello. Pero la política del Gobierno respecto de las Islas es ridícula y crea este ambiente inmutable en el que nosotros debemos ser castigados sin razón. Nosotros no podemos eliminarnos: no podemos dejar de existir. Existimos en este lugar quizá desde antes de que la Argentina se organizara como país: esos son los hechos. Nos sentimos constantemente acosados y ello no está bien. Es intolerable que se quiera estrangular nuestra economía y que se nos apliquen sanciones ilegales que producen tanta frustración.

- Pollard: queremos que haya buenas relaciones de vecindad, pero no podemos olvidar que somos una nación muy pacífica y muy pequeña. Fuimos invadidos y tomados por la fuerza en 1982. Nosotros no lo vivimos, pero sí nuestros familiares, amigos y votantes. Y puedo decirles que la huella de lo que pasó no se ha ido. No fue algo pequeño. Pero la Argentina hace todo lo que puede para reforzar la negatividad en vez de ejercer una influencia positiva y de adoptar una posición constructiva. En lugar de elegir que seamos buenos vecinos, se dedica a limitar nuestro desarrollo económico y social mediante el veto a los vuelos comerciales y a las inversiones en el sector de los hidrocarburos… Hasta se preocupa por evitar que, por ejemplo, un equipo de fútbol infantil de las Islas Falklands compita en los Estados Unidos. Esta actitud no ha hecho más que polarizarnos más y más de generación en generación respecto de la Argentina. No tengo nada en contra de la gente, pero sí muchísimos reproches hacia sus gobernantes.

LUEGO DEL ALMUERZO. Teslyn Barkman, Irene Benito y Mark Pollard. Gentileza Irene Benito LUEGO DEL ALMUERZO. Teslyn Barkman, Irene Benito y Mark Pollard. Gentileza Irene Benito

-¿Podría proporcionar un ejemplo de las posiciones que cuestiona?

- Pollard: el tema de los vuelos comerciales es uno. Hemos tratado sin suerte de restablecer la conexión (de Latam que había antes de la pandemia) con San Pablo (Brasil) y Córdoba (Nota de la Redacción: en el presente existe un sólo vuelo a la semana que une las Islas con Chile. Una vez al mes, esa ruta hace escala en Río Gallegos). Esto muestra cuán lejos está dispuesto a ir el Gobierno argentino.

- Barkman: hay un empeño por sostener el estrés postraumático que causó la Guerra.

- ¿Podría explicar eso?

- Barkman: la gente que presenció la Guerra carga un trauma como consecuencia de ella y la falta de distensión la lleva a revivir esos acontecimientos terribles hasta el punto de afectar su salud mental. Hay que recordar que, después del final del 14 de junio, la población tuvo que salir a recoger cadáveres y restos humanos que habían quedado tirados, y convivir con las minas antipersona enterradas en el territorio (N. de la R.: el espacio fue declarado libre de minas en 2020, aunque continúan la búsqueda de artefactos explosivos en ciertas áreas). Tuvimos que lidiar con situaciones horribles por la Guerra y la Argentina sigue tratando de aplastarnos. Esta no es la forma en la que un actor global debería comportarse.

- Pollard: cuando trato de entender por qué la Argentina nos castiga como lo hace, encuentro que es una forma de distraer a su población. Somos y hemos sido un tema para que la gente se olvide de los problemas económicos. Pero resulta que a nosotros, pese a todas las dificultades y obstáculos que nos genera la Argentina, nos ha ido bastante bien. Aunque el Gobierno argentino manipula todo lo que tiene que ver con nuestras Islas, la verdad es que somos exitosos y eso está a la vista.

- ¿Qué esperan de la administración del presidente Javier Milei?

- Barkman: sabemos que existe un gran debate acerca de la receta económica de Milei. Pero hemos visto antes cosas parecidas. Ya hemos pasado por todo: gobiernos que pretendían sofocarnos hasta quitarnos la existencia y gobiernos que no nos prestaban atención. Por desgracia, lo que no desaparece es esta política nacional del hostigamiento y del “bullying” en contra nuestra: siempre va a estar ahí hasta que la saquen de la Constitución Nacional. El reclamo de soberanía es ilegal y ha sido llevado adelante de una manera inhumana. Quizá afortunadamente el sentido común prevalezca algún día.

- Pollard: he estado en las Naciones Unidas y mi conclusión es que hay muy poco altruismo en la política internacional. El nuestro es un caso claro de autodeterminación de los pueblos. Yo soy la sexta generación de una familia de isleños y mis hijos son la séptima. Esta es nuestra casa y aquí es donde nuestra gente ha estado siempre, al menos desde antes de que la Argentina se organizara como país. Las Islas son nuestras: el 98,8% de la población eligió en el referéndum de 2013 seguir siendo un Territorio Británico de Ultramar. Y hemos recibido la garantía de apoyo de manera permanente de parte del Reino Unido. Nosotros fuimos una colonia, pero ya no: ahora estamos ejerciendo nuestro derecho a autodeterminarnos. Irónicamente, Argentina y los que apoyan su postura en el Comité de Descolonización quieren volver a colonizarnos: quieren que seamos una colonia argentina. Hemos invitado a los miembros del Comité a que vengan a las Islas, pero nunca lo han hecho.

- ¿Por qué?

- Pollard: los hemos invitado cada año en las últimas dos décadas sin conseguirlo: somos marginados.

- Barkman: estamos cansados de esta tensión sin sentido. Por favor, ¡que pare!

- Entre su posición y la de la Argentina, ¿existe la posibilidad de una negociación?

- Barkman: no imagino qué formato podría tener esa tercera postura. No se pueden desmembrar los territorios nacionales. El mundo no funciona así.

- Pollard: no hay posibilidad de negociar si ya existe una idea definida acerca de cómo debe terminar esa negociación. Y eso está escrito en la Constitución Argentina: sólo puede haber un resultado. El otro punto es que los gobernantes argentinos están dispuestos a conversar acerca de las Islas con el Gobierno de Reino Unido, no con los isleños. Es decir, no nos reconocen. ¿Cómo se puede aceptar una conversación de esa naturaleza?

- Barkman: se presentan las cosas como si pudiéramos aceptar de buen grado la colonización por parte del país que nos invadió, nos bombardeó y no respeta nuestros deseos. ¡No! Es una conversación inimaginable porque del otro lado hay un poder agresivo y desagradable, que ha hecho uso de una capacidad de propaganda inmensa en las calles, los ómnibus y las escuelas, que alienta la idea de que las Islas son argentinas. Para mí es extremadamente desconcertante ver cómo el mapa del territorio que considero mi casa es tratado de este modo. Me pregunto por qué los argentinos aceptan esto.

- ¿Cuánto dinero gastan los isleños en la política de relaciones públicas con el Reino Unido?

- Pollard: tenemos recursos limitados y debemos gastarlos en viajar por el mundo para difundir el mensaje de autodeterminación de nuestro pueblo, a diferencia de lo que sucede con la mayoría de los territorios británicos de ultramar. Eso nos desenfoca de lo que debemos hacer.

- Barkman: existe una oficina en Londres dedicada a vincularse con miembros del Parlamento británico. Pero, según mi opinión, la diplomacia blanda por medio del turismo es mejor porque no queremos ser sólo conocidos por la Guerra de 1982: nuestras Islas son mucho más que eso. Nuestra sociedad no gira alrededor de la Argentina, sino de una cultura fundada en el amor por la naturaleza.

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