El asalto al tren del dinero versión tucumana

Dos delincuentes se llevaron 1,8 millón de pesos del tren Mixto en noviembre de 1960.

EN EMPALME. Nuestros cronistas al igual que la policía recabando información sobre lo ocurrido en el tren Ordinario 16. EN EMPALME. Nuestros cronistas al igual que la policía recabando información sobre lo ocurrido en el tren Ordinario 16.

Desde las películas de vaqueros, el robo a trenes aparecía como una opción delicuencial para hacerse con dinero de manera incorrecta. Los enmascarados que atacan los convoyes se volvieron personajes conocidos; tan conocidos como que en “Volver al futuro” se robaron un tren para que Marty McFly pudiera volver al presente.

Dejando de lado la fantasía, a lo largo de la historia y del mundo el asalto a trenes ocurrieron en varias oportunidades. Una de los más famosos es el asalto al tren correo de la corona británica el 8 de agosto de 1963, cuyo cabecilla vivió placenteramente y a la vista de todos en Río de Janeiro.

Los tucumanos no nos podíamos quedar atrás y el 9 de noviembre de 1960, cinco asaltantes se llevaron $1,8 millones en efectivo y en valores declarados. De tal manera que los amigos de lo ajeno ingleses contaban con un antecedente ocurrido en estas tierras del norte argentino.

Inicio sin novedades

La historia comienza a las 19.35 con la partida del tren Ordinario de pasajeros “que como se sabe detiénese en todas las estaciones y apeaderos de su prolongado trayecto”. El destino final era Retiro.

La salida se produjo puntualmente y el convoy recorrió su camino hasta el Apeadero Empalme Agua Dulce sin novedad. Eran poco más de las 21 cuando dejó la estación, que estaba a unos 6 kilómetros al sudeste de Ranchillos, y dos asaltantes enmascarados se llevaron todo lo que pudieron y que fue mucho para la época ya que casi un millón de pesos de ese momento era en efectivo.

Furgón postal

“En un furgón postal utilizado en la oportunidad como depósito de valores, fue ubicada la caja fuerte número 26 en cuyo interior fueron colocadas las importes correspondientes a las recaudaciones efectuadas por el ferrocarril el martes y miércoles. De ese modo en la caja se guardaron en nuestra ciudad alrededor de $350.000” relataba nuestro diario por entonces.

En Cebil Pozo se recolectó otra cantidad, casi similar a la anterior, correspondiente a lo recaudado en el ramal a Burruyacu. Ya en Ranchillos el jefe de la estación Pedro Moyano “depositó $334.884,30; esta suma estaba compuesta por $332.217 pagados en concepto de fletes por el ingenio Ranchillos y lo restante por importes pagados en concepto de boletos, cargas y otros servicios”. Estas cantidades como era costumbre iban en bolsas (sacas) de cuero lacradas y selladas dentro de la caja fuerte.

El tren Ordinario 16 arribó al Apeadero Agua Dulce con retraso. Eran las 20.50 cuando debía hacerlo a las 20.20. De tal modo que ya era noche cerrada cuando volvió a partir con su gran cantidad de pasajeros, su personal y el millón de pesos en el vagón postal, rumbo a Buenos Aires.

Entonces comienza el robo. El guarda da la orden de partida, el convoy se pone en movimiento, “cuando dos desconocidos enmascarados y armados lo abordan y lo encierran en el vagón postal”. Los delincuentes se dan a la tarea de violentar la caja valiéndose de una barra de hierro. Consumado su cometido se dieron a la fuga. El guarda había sido encerrado en la oficina de “estafeta” del vagón cuya puerta estaba atada con un alambre.

Gritos y ayuda

Pocos kilómetros más adelante, al llegar a Estación Aráoz el resto de la tripulación escuchó los gritos del hombre y lo liberaron de su encierro. Y conociéndose entonces el sensacional atraco. El personal informa del hecho a Ranchillos desde donde se comunican con la Superintendencia Tucumán del Ferrocarril Mitre.

Se pone en marcha el operativo de búsqueda bajo la supervisión del comisario de Ranchillos Roberto Páez. Personal de Agua Dulce también llega a la zona. “De inmediato se formaron comisiones que diéronse a la tarea de recorrer la zona con el fin de tomar conocimiento del hecho para determinar responsabilidades y complicidades”. El guarda dio “una sumaria descripción de los asaltantes”. Relató que uno era bajo y algo entrado en años, y que el otro era relativamente joven, alto y delgado.

El comerciante Clemente González, con un negocio en el Apeadero, “aludió a los pasajeros llegados a la localidad en un ómnibus de la empresa El Ranchilleño. En esa unidad, que arribara minutos después de las 20, según el relato del comerciante, “descendieron entre varios vecinos tres desconocidos que en medio de las sombras que ya tornánbanse espesas dirigiéronse hacia las modestas instalaciones del apeadero”, según el estilo de la época.

El testigo siguió: “eran para mí tres personas a las cuales nunca había vista por estos lugares. A uno de ellos, un hombre más bien joven pude verlo más o menos bien. Creo poderlo reconocer con alguna facilidad”. El asalto según un informe policial no duró uno 10 minutos desde que apresaron al guarda, abrieron la caja y dejaron el convoy en movimiento.

Detenidos

El tren siguió marcha tras dejar Estación Aráoz llegó a la ciudad santiagueña de La Banda donde fueron detenidos todos los tripulantes del convoy y puestos disposición de la justicia. Una delegación de la Policía Federal a cargo del comisario Norberto Motta fue la encargada de la detención de los ferroviarios. Aunque hubo sospechas sobre los ferrocarrileros, ya que los asaltantes sabían bien lo que hacían y se movían con mucha seguridad según algunos datos que trascendieron de la investigación, esta línea de investigación no prosperó. Además se supo que minutos después de que el tren siguiera su camino hacia La Banda una comisión policial recorrió las vías con vehículos buscando pistas donde se bajaron los ladrones sin encontrar nada. Además se realizaron controles vehiculares y de pasajeros en transportes públicos. Nada dio sus frutos.

El asalto al tren Mixto -podemos decir- quedó sin culpables y el dinero por lo que se sabe nunca fue recuperado. Pero como decíamos que los trenes son imán para los delincuentes, los asaltos a convoyes que unían Tucumán con Buenos Aires ocurrieron en varias oportunidades: las hubo en 1916 y en 1968, que serán contadas a su debido tiempo. Lo que si podemos adelantar es que estos dos asaltos fueron resueltos con la detención de los ladrones y recuperación del dinero robado.

Asalto al tren inglés

En cambio, en el asalto al tren correo inglés sí se conocieron los autores que se llevaron unos U$S 4 millones de entonces. En su momento fue el robo más grande en la historia de Reino Unido y considerado en la cultura popular como “el robo del siglo”. Después de varios operativos, días después la Policía capturó a varios de los responsables del robo, entre ellos a Ronald Biggs, que se encontraban jugando Monopolio con parte del botín en una granja. Sin embargo, cuando cumplió 15 meses de condena, logró escapar de la cárcel. Durante un tiempo no se volvió a saber de él. Hasta que en 1974 un informe periodístico lo ubicó en un lugar impensable: Brasil.

En aquel mismo año cuando estaba a punto de ser extraditado a Reino Unido, anunció que su novia brasileña estaba embarazada, escapando de las rejas una vez más. Esa fama le dejó en claro que podía quedarse en ese país sin problemas y vivir de su “fama”. Pero el terruño es el terruño y el hombre decidió volver al Reino Unidos en 2001. Las autoridades lo mandaron a la cárcel en la que estuvo ocho años tras las rejas hasta que en 2009 lo dejaron en libertad por cuestiones de salud. Y terminó falleciendo en diciembre de 2013.

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