Dentro de los objetivos depredadores del Libertario, no es un daño menor la destrucción que planifica para la educación, basado en que perjudica la mente del estudiante (¿). Por su parte, el legislador Benegas Linch, obviamente adicto al gobierno, se destaca por sus declaraciones diciendo que “si un padre no enviar a su hijo a la escuela, para que le ayude en su trabajo, tiene libertad para hacerlo”. Yo sugiero al deteriorado Presidente, que podría preguntar al embajador cómo es que funciona el sistema en Rusia para que la educación sea gratuita, todos dispongan de internet gratis y que siete de cada 10 estudiantes sigan carreras de ciencias exactas o ingeniería. Es indudable el destacable nivel que tiene la enseñanza de matemáticas y de ciencia desde los primeros grados. Esto se puede comprobar en libros de editoriales rusas, que podrían ser para estudiantes de primaria con ejercicios que en nuestro país, que ostentaba uno de los mejores niveles; solo los vemos en el secundario de escuelas técnicas o en la universidad. Por otra parte, la atención de la salud pública es gratuita y de excelente calidad, aun en las ciudades más distantes de un país muy extenso. En algún documental se puede ver el envidiable trasporte público, en su mayoría eléctrico, en perfecto estado de conservación y sin grafitis pintados con aerosol. Es proverbial la eficiencia y la belleza de los subterráneos. Nosotros no podemos escapar del temor que existe porque Milei incluye en los DNU su intención de cerrar las universidades. Probablemente quiere que sean privadas y rentadas como en sus admirados EEUU. No dice que algunas familias de clase media, por bien remunerados que sean sus ingresos, deben hipotecar sus viviendas para poder mandar un hijo a alguna de las universidades, muchas de las cuales son manejadas por grandes financistas. Por supuesto, los curriculum de sus carreras se ajustan estrictamente a las pautas del más ortodoxo sistema capitalista.
Humberto Hugo D'Andrea