Antuña pareció haber tomado nota de las virtudes de San Martín de Tucumán; Flores no encontró respuestas

El "santo" sanjuanino ganó el duelo en la mitad de cancha y a partir de ahí generó peligro sobre un Sand que estuvo brillante.

Antuña pareció haber tomado nota de las virtudes de San Martín de Tucumán; Flores no encontró respuestas Foto: Marcos Urisa - Especial para LA GACETA

La poca generación de juego no le permitió seguir sumando de a tres. Contra su homónimo sanjuanino, los dirigidos por Diego Flores tenían la oportunidad de conseguir su tercer triunfo consecutivo y alcanzar en la cima a Quilmes que había ganado su partido. Sin embargo, el “santo” mostró una cara completamente diferente a la fecha pasada de local contra Arsenal.

Si bien el técnico cordobés repitió la formación y el esquema utilizado contra los de Sarandí (4-1-4-1), esta vez el dibujo no le dio resultados. Sobre todo, por el flojo nivel en la mitad de la cancha y, también, algunas dudas en la zona defensiva.

Iván Molinas, que reemplazó en el “11” titular a Pablo Hernández por segunda vez consecutiva, tuvo una tarde para el olvido en el “Hilario Sánchez”. El ex Alvarado venía de ser figura, pero contra el “verdinegro” casi no tuvo intervenciones. Se mostró errático en la toma de decisiones y las pocas que tuvo no logró generar demasiado peligro.

Intentó una tijera y remató de larga distancia antes de ser reemplazado por Nicolás Moreno, uno de los jugadores que le cambió la cara al equipo.

Con esa poca precisión en la mitad de la cancha, San Martín perdió el equilibrio y sufrió en la zona defensiva. Gonzalo Bettini no estuvo fino en la marca y para colmo tampoco pasó con convicción al ataque. Lautaro Fedele no se entendió con el lateral derecho y, en ese sentido, Junior Arias no recibió ninguna pelota limpia para poder generarse una situación clara de gol.

Con ese panorama, quien tuvo demasiado trabajo fue Darío Sand. Si no hubiera sido por la destacada situación del arquero, San Martín estaría lamentando una derrota más en el torneo. El correntino tapó de manera espectacular los remates de Tomás Fernández y de Maximiliano Casa.

Ante la ausencia de Molinas en el desarrollo del juego, Gustavo Abregú fue exigido en el medio campo y se notó que necesitaba a otro volante de contención.

Por este motivo, Flores pateó el esquema en el complemento y modificó a un 4-1-3-2, con los ingresos de Moreno y Leonardo Monje, dos futbolistas que aportaron la explosión y el desequilibrio que el equipo necesitaba. En pocos minutos, el delantero y el volante ex Instituto inclinaron la cancha a favor del “santo”, que tuvo algunas situaciones de gol.

Si bien en un momento formó el doble “9” con Moreno y Arias, finalmente Flores mandó a la cancha a Mateo Acosta y Gonzalo Rodríguez.

“Turbo” tuvo en sus pies la apertura del marcador, pero su remate se fue demasiado elevado. En el cierre, el partido se quebró para ambas partes y parecía que cualquiera podía llegar a quedarse con la victoria.

El equipo de Raúl Antuña sofocó al “santo” casi a su antojo. El DT sanjuanino pareció haber tomado nota de las virtudes que el “santo” había mostrado la fecha pasada y las desactivó. Ahora Flores, tiene la tarea de encontrar nuevas respuestas.

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