17 Abril 2024
No hay un solo malbec: la riqueza de nuestra tierra en un sorbo
“El tipo de suelo y el clima de la zona donde se planta la uva que se transforma en malbec, hacen que el vino cambie según el lugar”, menciona el sommelier Ernesto Dall Agata y es otra razón para que la gama de posibilidades se abra.
“Del norte al sur, siempre estamos tomando la misma cepa, pero le encontramos cosas diferentes”, remarca Laura Barabani. Y para darle claridad, explica: “Un vino del norte siempre es más expresivo en aroma y sabor, además de tener mayor intensidad en sus colores”. “Si esa misma planta crece en la región de la Patagonia, su bebida adquiere otras características, con menos color, menos expresividad y un poco más suave”, suma.
“En cambio, si me voy a lo que es Cuyo, el vino adquiere características más terrosas, bien florales, aromáticas”, detalla para dar una idea a la mente de lo que se sentiría en las papilas gustativas si se recorriera la gran ruta del vino que tiene nuestro territorio nacional.
Animarse a conocer: consejos para abrir la mente y el paladar
“Algún tiempo atrás se pensó que tomar vino era snob o que tenías que conocer acerca del producto para poder beber. Yo siempre digo que el vino es para disfrutar”, define Laura Barabani, en un consejo para quienes aún no se animaron a descorchar un malbec.
“Es una de las bebidas que te da no solamente el goce al beberlo, sino que tiene todo un folclore que lo rodea, relacionado con reuniones, charlas compartidas y el hecho de sentir en la copa aromas a flores y a especias, que se quedan en la mente y más adelante, te transportan a algún momento en especial”, reseña la especialista y sentencia: “Es toda una experiencia lo que acompaña a este mundo del vino”.
Un ideal: buen presente
Al pensar en crear memorias de la mano de un malbec, su capacidad de adaptación es un plus que hay que tener en cuenta.
“Es la uva ideal por tipo de fruta, por cómo lo van a sentir en boca, por la versatilidad que tiene a la hora de poder combinarlo con distintos platos”, enumera Ernesto Dall Agata. “Es imposible no quedar bien a la hora de pensarlo como un regalo o al llevar una botella a una mesa con familiares y amigos”, añade.
Complemento: una opción perfecta para elevar el gusto
“Esta clase de vino complementa a la perfección los platos típicos de la Argentina”, apuntala Ernesto Dall Agata, sobre las opciones que te da el malbec.
No obstante, las alternativas de maridaje se distinguen por región.
“Un vino de los valles tucumanos se puede combinar con empanadas u otros platillos de nuestro norte, mientras que un malbec de Mendoza se puede acoplar muy bien con asado criollo, y en la Patagonia se puede elegir para disfrutarlo con pizzas o con fiambres”, adiciona Laura Barabani. Y si los embutidos son con productos del lugar, mejor aún.
Para la parte dulce y los postres, habla Ernesto al sugerir que una copa acompaña a la perfección a un cheesecake de frutos rojos, algunos chocolates con leche y hasta frutos secos.
Etiquetas: gran variedad
“La Argentina produce el 75% de malbec del mundo”, afirma la sommelier Laura Barabani consultada, para sumar más razones a la elección de esta bebida.
“Entonces tenemos más variedad de etiquetas para elegir que en cualquier otro lugar, por lo que somos afortunados”, comenta.
Al respecto de su cosecha, Ernesto Dall Agata aporta que en nuestro país la mayoría de las plantaciones están ubicadas en altura, lo que es clave “para lograr una buena amplitud térmica y que las uvas maduren de una manera correcta”.
Aromas y colores: todos los sentidos involucrados
Con una copa en la mano y dispuestos a disfrutar y saborear, cada 17 de abril se celebra el Día Internacional del Malbec, instituido desde 2011 para rendir tributo al vino que tiene la llave de ingreso a un mundo que no deja de cautivar paladares.
“Es un vino que puede ser tomado por todos”, lo describe el sommelier Ernesto Dall Agata, mientras que su colega Laura Barabani añade que “tiene el poder expresarse de diferentes formas y eso es lo que atrae”.
“No posee una excesiva astringencia que se queda en la boca o una desmedida acidez”, refiere Dall Agata, a la vez que resalta que la uva de nuestro país da vinos de muy buenos colores y aromas, que van a tender mucho a violeta, a ciruela en pasa y a frutos rojos, por ejemplo. “Beberlo es una experiencia sensorial. Es inevitable que si disfrutaste de un malbec, relajado o bien acompañado, y en medio de una charla tranquila, se cree un buen recuerdo”, aporta Barabani.
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