Dengue: bajan los contagios pero la inquietud no cede

18 Abril 2024

La confirmación de que ya suman nueve las muertes en lo que va del año muestra la grave situación del pico de contagios en esta epidemia de dengue, que ya ha superado la cifra de ocho muertos que hubo en 2023. Este año, los contagios suman 29.160, aunque se estima que por cada caso reportado hay otras tres personas que contraen el virus y cursan la infección sin síntomas o sin ir al médico. El estado de cosas, mientras se espera que en virtud de la baja de temperatura se acentúe el descenso de contagios, es de gran incertidumbre, porque no hay certezas de que la emergencia vaya a ceder, y las noticias que dan esperanzas -como el anuncio del Gobierno provincial de que se vacunará a trabajadores esenciales- se mezclan con las que agrandan la inquietud, como la advertencia del gobierno nacional de que no se considera por ahora incluir la vacuna en el calendario.  

Los vecinos de los barrios piden que fumiguen sus vecindarios para exterminar al Aedes aegypti. Al mismo tiempo, la realidad es que cada vez las fumigaciones matan menos mosquitos y, lo que es peor, por el efecto masivo y muchas veces descontrolado de los tóxicos, hoy tenemos más presencia de “supermosquitos”, según ha investigado grupo de investigadores del Conicet, que halló ejemplares de Aedes aegypti con mutaciones genéticas que los hacen resistentes a dosis normalmente letales de insecticidas. Hay tres tipos de variedades genéticas: el mosquito sensible al insecticida, el que tiene una mutación que los hace resistentes pero en un nivel bajo y el que presenta dos mutaciones y se asocia a una resistencia alta. Este último fue el que hallaron en el noroeste argentino, explicó una investigadora, que advirtió que es importante saber qué tipo de mosquitos impera para saber qué estrategia usar para combatirlos y también considerar que se debe saber utilizar insecticidas porque cuando se los usa mal favorecen que haya resistencia.

Al  mismo tiempo, el país no logra salir de la emergencia generada por la falta de producción suficiente de repelentes y de insecticidas. Todo esto, dice la experta, nos tiene que poner en alerta, porque el hecho de que haya poblaciones resistentes quiere decir que  las herramientas que contábamos para fumigar ya no están siendo útiles. “El uso de insecticidas llegó a una situación  preocupante, porque va bajando su eficiencia”, explicó, y añadió que “es importante tener alternativas; en Argentina no se aprobaron otros tipos de compuestos para uso domisanitario; es decir, para el control de insectos dentro de los domicilios”. Por cierto, las autoridades señalan que es fundamental descacharrar en las casas. Pero la experta añade que “todos tenemos que involucrarnos, no solo el vecino. Los gobiernos tienen un rol fundamental para planificar las campañas y concientizar; también es importante la vigilancia epidemiológica y las investigaciones sobre resistencia a los insecticidas”. Y concluye: “es preocupante porque vemos que año tras año la situación empeora ya que hay más cantidad de casos de una enfermedad grave y potencialmente mortal”.


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