Más que interesante lo que se revela (opinión personal) con esta marcha. 1) El interés y la preocupación genuina de la población por sostener y mejorar la educación pública. Lo que revela esto es que -¡por fin!- la ciudadanía ve la amenaza real para la educación argentina... aunque... ante la disminución de presupuesto. 2) Que los sectores (entre multitudinaria presencia de ciudadanía común) que “apoyaron la marcha”, como sindicatos, agrupaciones políticas, etc., es evidente que aprovecharon la situación ante la imposibilidad de haber logrado una movilización importante en estos cinco meses. Fue patente en los discursos politizados de algunos oradores: “perdimos pero la lucha debe seguir”; “juicio político al Presidente porque está destruyendo el país”. 3) Lamentable que la posibilidad informada y abierta desde el gobierno, de recortes, auditorías en las universidades, produce una reacción que no se condice con el historial presupuestario (hecho entre gallos y medianoche) de los últimos años. El mismo descendió en forma alarmante en décadas, pero, y sugestivamente, los interesados directos y afectados no se indignaron ni se horrorizaron como en esta ocasión. A la vista está en el deterioro de edificios, del sistema educativo que no logra remontar de una sistemática destrucción de la educación que lleva décadas. Y que hoy se ven los resultados: corrupción, niños y jóvenes que no leen y escriben ni interpretan textos, etc. 4) El Gobierno debiera rescatar que el pueblo y la ciudadanía a la que debe gobernar durante cuatro años tuvo, tiene y tendrá en su ADN la educación pública como bandera, lo cual es una base identitaria que, bien acompañada, puede sacarnos de este terrible panorama desalentador que hoy atravesamos. Reflexión: reeducar a la sociedad acerca del papel vital, propulsor y movilizador que le compete en educación, es una tarea pendiente del actual gobierno. Rescato que, a diferencia de gobiernos anteriores, es valioso el acceso a la información constante que posibilita de temas que deben ser debatidos entre todos. Sin miedos, sin ocultamientos, a veces ingenuamente podríamos deducir pues transitamos gobiernos en los que la especulación era moneda corriente. Jornada histórica la de la marcha del 22/4, por el motivo, por la multitud, pero sobre todo, pacífica, democrática, con una educación y respeto que hace años no se veía en nuestro país. Bienvenidos los cambios que conllevan al crecimiento y la mejora.
Hilda Cristina Ponce