El nuevo estatuto de la UNT debutará en 2026

El proceso culminó ayer, con lo referido a Órganos de Gobierno y a Sistemas electorales.

EN EL VIRLA. La Asamblea Universitaria cerró ayer la reforma del estatuto. EN EL VIRLA. La Asamblea Universitaria cerró ayer la reforma del estatuto. La Gaceta / foto de Antonio Ferroni

La Universidad Nacional de Tucumán (UNT) está a lo que dure una instancia burocrática de ser regida por una nueva carta magna. La Asamblea Universitaria finalizó ayer el proceso de reforma del estatuto, que había arrancado una década atrás, durante la gestión rectoral de Alicia Bardón.

La última sesión se desarrolló durante la mañana y las primeras horas de la siesta, enteramente en el centro cultural Eugenio Flavio Virla. Desde las 9 los asambleístas comenzaron con el proceso de acreditación. En el arranque, se leyeron los documentos que habían elaborado las comisiones de Órganos de Gobierno y de Sistemas Electorales. Luego se abrió la instancia de debates. Finalmente, se pasó a la votación. El dictamen de mayoría de la comisión

Ahora resta que la comisión redactora escriba el texto con las modificaciones, para que las autoridades de la UNT lo envíen a la Secretaría de Educación. Allí lo analizarán para comprobar que el nuevo estatuto no contradiga lo prescrito en la Ley N° 24.521 (Educación Superior). Con el visto bueno, entrará en vigencia.

Pero en los hechos, el nuevo estatuto -en particular, las cláusulas votadas durante el proceso de reforma-, debutará con el cronograma electoral para los comicios de renovación total de autoridades de la UNT, en 2026. La Asamblea Universitaria que consagre a quien sucederá a Sergio Pagani en el Rectorado estará conformada por 161 integrantes; es decir, a los actuales 156 -los 13 decanos y los 11 consejeros directivos de cada una de las Facultades- se suman un representante de los docentes, uno de los no docentes, uno de los graduados y uno de los alumnos de las escuelas experimentales; y uno por los no docentes que se desempeñan bajo la órbita del Rectorado.

Es una de las reformas al estatuto; la concesión de ciudadanía para las escuelas experimentales de la UNT. En rigor, esto significa que pasarán a formar parte de los órganos de Gobierno. De hecho, el director del Consejo de Escuelas Experimentales pasará a ser parte del Consejo Superior desde 2026.

Por otro lado, la Asamblea Universitaria que elija la persona responsable de conducir la UNT durante el período 2026-2030 deberá votar el candidato de manera nominal, y “a viva voz”. Se trata, acaso, de la reforma más importante del proceso que cerró ayer. En especial, porque elimina el carácter secreto del voto, cuestión que generó suspicacia en dos de las últimas tres elecciones de rector.

El sistema indirecto de elección se mantiene en la primera instancia: cuando cada estamento elige sus representantes para los consejos directivos. Esta votación se dará mediante el voto secreto, con la novedad -incorporada a partir de esta reforma estatutaria- de que se utilizará la boleta única para la elección de los consejeros de los egresados, de los no docentes y de los estudiantes.

Un debate político que abarcó una década

Ayer concluyó la reforma del estatuto de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), que se había iniciado el 30 de octubre de 2014, convocada por la ex rectora Alicia Bardón. El estatuto representa la “Carta Magna” de la casa de Terán. Entre otros, da el marco regulatorio para su funcionamiento; determina los órganos de Gobierno de la UNT, quiénes los conforman, cuáles son los requisitos para ello, y de qué manera resultan electos.

El entonces vicerrector, José García, condujo el inicio del proceso. En rigor, que hayan pasado 10 años desde el comienzo de los debates no implica que el proceso de reforma del estatuto haya abarcado, efectivamente, ese período. En realidad, la Asamblea Universitaria sesionó poco y nada. De hecho, en la mayoría de las escasas sesiones, estas caían inmediatamente después del receso para el café, porque el cuerpo quedaba sin quorum, debido a que muchos asambleístas se retiraban luego de ese “desayuno”. Incluso, a mediados de diciembre de 2014, los presidentes de las distintas comisiones informaron que prácticamente nada habían podido trabajar, debido a que los consejeros no iban a las reuniones. En este marco, las sesiones se fueron espaciando, hasta que directamente las autoridades dejaron de convocarlas. A principios de noviembre del año pasado, el rector, Sergio Pagani, volvió a citar a la Asamblea, para que avance con los temas que habían quedado pendientes.

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