La pelota parada sigue siendo el fuerte de San Martín de Tucumán

Por esta vía, llegó el gol de Tiago Peñalba para el triunfo del "santo" contra Agropecuario.

A MEJORAR. Gustavo Abregú intentó generar juego en la mitad de la cancha, pero fue contenido por el rival. Foto de Orne Nieto/Agropecuario. A MEJORAR. Gustavo Abregú intentó generar juego en la mitad de la cancha, pero fue contenido por el rival. Foto de Orne Nieto/Agropecuario.

La efectividad en la pelota parada le permitió un triunfo tan justo cómo necesario a San Martín de Tucumán. Luego de que el 4-1-4-1 no le haya abierto los caminos contra Guillermo Brown, Diego Flores decidió patear el tablero contra Agropecuario y se quedó con tres puntos importantes para volver a la cima de la zona A. Además las modificaciones en los nombres, ingresaron Diego Mastrángelo y Leonardo Monje, “Traductor” también apostó por un llamativo 5-3-2.

El equilibrio en cada sector de la cancha y la actitud durante los primeros minutos son aspectos que se le reprochaban demasiado a San Martín a lo largo de la temporada. Flores parece haber tomado nota de estas falencias y en tan sólo cuatro minutos sus dirigidos se pusieron arriba en el marcador.

La pelota parada es uno de los atributos que San Martín esbozó en el torneo y con este método alcanzó cuatro tantos. El último de esta cuenta se dio en Carlos Casares.

Juan Cuevas ejecutó un córner perfecto y Tiago Peñalba empujó en la línea lo que iba a ser gol en propia puerta de Enzo Lettieri.

Si bien el “santo” dejó atrás los errores de no estar enfocado durante los primeros minutos, errores que le costaron goles tempraneros contra San Miguel y Chacarita, lo cierto es que todavía le falta demasiado en el juego, sobre todo, en lo que respecta a la generación.

Iván Molinas perdió la titularidad y quién ocupó su lugar fue Monje. El ex Instituto se contuvo demasiado para pasar al ataque y tuvo una tarea regular junto a Gustavo Abregú, que intentó adelantarse unos metros para romper líneas.

A ese “doble cinco” le colaboró Cuevas, que aportó lo suyo en pelota parada, pero se mostró errático en la ofensiva.

En este último sector, San Martín todavía no encuentra respuestas. A pesar del trabajo incansable de Junior Arias, el arco parece quedarle muy lejos. El centrodelantero uruguayo no logró quebrar la firmeza de Franco Ledesma, quien no lo dejó tocar la pelota ni un segundo.

Lautaro Fedele intentó ser la carta desequilibrante del “santo”, pero demostró que se siente más cómodo en la posición de extremo derecho. Naturalmente se inclinó por las bandas y no encontró un compañero para asociarse.

Justamente esa poca efectividad en ataque, la pagó caro. Si bien Gonzalo Bettini y Nahuel Banegas se mantuvieron en sus roles de defensores y pasaron muy poco al ataque -en uno de esos avances Banegas casi genera un penal a favor del “santo”-, Agropecuario aprovechó la gran cantidad de hombres en el fondo para llenar de centros el área de Darío Sand.

A pesar de que el “santo” tuvo un gran inicio con la apertura del marcador, parece haberse conformado con el resultado y eso puede costarle un empate o hasta una dolorosa derrota. El “sojero” inclinó la cancha a su favor y si bien no estuvo fino en el último tramo, probó demasiado con los avances del siempre incisivo Julián Marcioni y Alejo Montero. En ese sentido, el arquero correntino tuvo demasiado trabajo. Sand repitió el desempeño demostrado hace unas semanas en San Juan y nuevamente se volvió la figura del partido. Los remates de Montero, Rodrigo Mosqueira y una pirueta del inoxidable Alejandro Gagliardi fueron un llamado de atención para la defensa de San Martín, pero no llegaron a ser motivos suficientes para doblegar al arquero del “santo”.

Sand contuvo todo lo que le tiraban y hasta llegó a golpear a un compañero en su afán de asegurar los tres palos. Hay mucho que mejorar para lo que viene, pero este triunfo de visitante sirve para volver a la cima y recuperar esa confianza que se había apagado en La Ciudadela.

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