Jaldo, el DT que juega en la liga dialoguista

Jaldo, el DT que juega en la liga dialoguista

No hay que comerse la cena antes del almuerzo. A medida que pasan los meses, más se escucha esta frase en la Casa de Gobierno. No sólo la repite el gobernador Osvaldo Jaldo, sino que también la coparticipa con el resto de su gabinete. Por eso no llamó la atención que arrancara la semana con un megaencuentro para bajar línea acerca de qué es lo que el tranqueño quiere para su administración de Gobierno y para comunicar, implícitamente a sus colaboradores que, transcurrido medio año de gestión, el nivel de tolerancia al relajamiento se acabó. Gestionar en crisis no es de lo más sencillo. Pero con poca plata hay que aguzar el ingenio y que la sociedad perciba que hay un Estado presente, que le lleva soluciones más allá de las restricciones financieras. Entonces cobra fuerza aquella frase. El ajuste fiscal se siente en la Casa de Gobierno. El año pasado se sentía hasta en las tortillas que, durante las mañanas, se distribuía en las oficinas públicas, pero ahora se perfeccionó y se controla todo. ¿Hay relajamientos? Sí, pero el gasto, según se explica puertas adentro de los despachos ministeriales, se direcciona hacia franjas sociales vulnerables que antes cobraban subsidios a través de la Secretaría General de la Gobernación.

La descentralización del área que hoy conduce Federico Nazur, llevó a la dispersión de la ayuda en otros Ministerios, no sólo Desarrollo Social, al mando de Federico Masso. En esa área resulta llamativo que, aunque hubo fuertes incrementos en el costo de los alimentos destinados a comedores infantiles, la reducción ha sido importante respecto del promedio real de lo que se adquiría en otros años. Al menos eso dicen las planillas que el propio Masso pone a consideración de Jaldo.

El gobernador sabe que tiene que predicar con el ejemplo. De otro modo no tendría cara para pedirle, por ejemplo, que Miguel Acevedo haga recortes en la Legislatura o que Daniel Leiva, desde la Corte Suprema de Justicia, disponga el uso de partidas para acelerar las obras en ese poder.

Pero a Jaldo hay otra cuestión que le cambia el humor: la burocracia dentro del Estado. Más allá de los reclamos que habitualmente formulan los empresarios, el gobernador sintió en carne propia las demoras, por ejemplo, para adquirir equipamiento para las fuerzas de seguridad. “¿Cómo es posible que demoren tantos meses la compra de camionetas si todos los pasos administrativos se cumplieron?”, rezongó la semana pasada. El mismo temor se le plantea si tiene que determinar el pago de las obras para inaugurar algunos pabellones de la nueva cárcel instalada en Benjamín Paz. El mandatario quiere tener un segundo semestre con más acción convertida, precisamente, en obras. No se conformará con mantener los sueldos al día. “No voy  a estar cuatro años administrando crisis”, advirtió a sus colaboradores.

La semana cortada por el Día del Trabajador fue de conversaciones interpoderes permanentes. Los recortes en la Legislatura afectaron a varios ministros y secretarios de Estado que pidieron licencias en la Legislatura. La nómina de empleados a su cargo fue reducida a la mínima expresión, en el mejor de los casos, o directamente se desafectó a ese personal. Hubo llamadas entre los afectados apuntando hacia la decisión de Acevedo. Sin embargo, el ajuste es consensuado. Sin crédito presupuestario, al vicegobernador también le resultará difícil gestionar en lo que resta del año por aquello de que no hay que cenar antes del almuerzo. Acevedo sabe de crisis. Transitó varias de ellas en un área técnica que medía la magnitud de esas restricciones como es Organización y Métodos del Ministerio de Economía.  

La reducción del gasto será una constante en el Estado provincial y más visible antes del 25 de mayo, una fecha que el presidente Javier Milei aspira a firmar el Pacto de Mayo con los gobernadores. El tucumano Jaldo debe hacer buena letra para seguir gozando de la consideración del economista libertario. Sus pares de Salta y Jujuy, Gustavo Sáenz y Carlos Sadir, respectivamente, y hasta el catamarqueño Raúl Jalil le pidieron telefónicamente que se una a la miniliga del norte para defender la producción del tabaco. Jaldo les pidió el mismo gesto para que el bioetanol en base a la caña de azúcar sea preservado como cultivo alternativo de las economías regionales y con un amparo frente a las grandes corporaciones. Este martes, Jalil dio señal de alineamiento con Jaldo en Diputados, como una manera de sobrevivir a la ola libertaria, al dar tres votos a las iniciativas promovidas por Milei. También San Juan se sumó, con diputados, a la Ley Bases y al paquete fiscal. El tucumano venía dialogando con los mandatarios de esos distritos. Sabía perfectamente que ellos no elegirían el mismo camino, pero sí que, tarde o temprano, podían llegar al mismo destino.

La media sanción de la Ley Bases significó un respiro para el mandatario provincial. Su bloque, Independencia, cumplió la palabra empeñada ante la Casa Rosada, pero ahora Jaldo deberá prepararse para el segundo round. La relación con la senadora del bloque por la Justicia Social, Beatriz Ávila, le facilita en parte la negociación con el Gobierno nacional, pero no es del riñón peronista. Pero Milei querrá más porque cada voto en el Senado es vital para sus iniciativas que persiguen desregular la economía. Esto obligará al tranqueño a sentarse a hablar con los otros dos representantes tucumanos en la Cámara Alta. Con Sandra Mendoza las conversaciones son más periódicas que las que el gobernador sostiene con su antecesor Juan Manzur, el otro senador por la provincia en la bancada del Frente Nacional y Popular. El mandatario tiene previsto un encuentro con cada uno de ellos para explicarle la postura oficial de su gobierno e interiorizarles acerca de los motivos por los que se alineó a las iniciativas impulsadas por el Gobierno nacional.

Por de pronto, Jaldo viaja a Buenos Aires para aceitar sus contactos políticos. Estará ausente en lo que resta de la semana hábil. Los ministros y secretarios pueden respirar con relativo alivio. No habrá modificaciones en el elenco oficial, por ahora. El circunstancial de tiempo cobró fuerza el lunes cuando el gobernador convocó a sus funcionarios en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. En esa cumbre, Jaldo enfatizó que se requiere un trabajo más coordinado para que todos tiren del mismo lado. En otras palabras, mandó un mensaje a aquellos que todavía se tiran dardos dentro del edificio de 25 de Mayo y San Martín. “Todos deben ponerse la camiseta del equipo que hoy gobierna Tucumán. El que esté de acuerdo, que siga; el que no, tiene derecho a salir de la cancha y subirse a la tribuna”, había advertido momentos antes de la reunión de gabinete ampliada. El DT fue así de claro. No admitirá peleas de vestuario. El mensaje no tuvo un destinatario en particular. Fue para todos.

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