Marceline es una Drag Queen que recibe una carta sorpresiva que le cambiará su vida: ha sido invitada a un gran festival e inicia una historia que desnuda la humanidad, las fragilidades y las fortalezas de los personajes de un mundo poco conocido. Sus dos mejores amigxs drags, Enola y Miss Beatrix, deciden armar un gran espectáculo para recaudar el dinero que necesita para viajar al certamen que se realizará en San Juan. Pero no todo es color de rosa; al transcurrir los ensayos, todo entra en peligro y ya no podrá seguir ocultando su verdad.
Este es el argumento de “La Manflora”, la obra teatral del grupo independiente Picta Diebus que se estrenará hoy a las 21 en CiTá Abasto de Cultura (La Madrid 1.457), con actuaciones de Franco Ochi Ramaziotti, Alexis Sáenz Villegas, Nacho Colucci, Sandra Virgolini, Mario Chacana Arévalo y Emiliano Murga.
Francisco Galarzo asume el doble rol de autor del texto y director de la puesta. “La obra surge como respuesta al creciente interés que despierta la labor de las Drag Queen en el mundo actual. Es un fenómeno mundial que nos atraviesa a todos como sociedad y porque, más allá del deleite visual que producen tanto la belleza de su arte como la alegría que manifiestan, se ocultan detrás las exclusiones, los prejuicios y el desprecio a una comunidad. Desconsideran y maltratan a personas que no sólo son dignas en sí, sino que con su trabajo mejoran, enriquecen y reparan un mundo que merece y debe ser cambiado”, le dice el director a LA GACETA.
“Siempre las despedidas son muy difíciles, pero mucho más cuando, como en el caso de Marceline, la situación genera momentos embarazosos y complejos, porque el problema no es el que se ve. Es una comedia dramática que se interna en una realidad poco explorada desde un lugar humano, con las alegrías, miserias, tristezas, humor y los logros y adversidades en un contexto social atravesado, en el mejor de los casos, por la indiferencia, o en lo peor, por el desprecio y la exclusión”, agrega.
- ¿Cómo definís tu obra?
- No es un espectáculo drag, quiero aclarar de entrada. El público encontrará mucho de esa estética pero sólo como recurso. El elenco representa el drama que vive un grupo de drags en la intimidad del boliche en el que trabajan, que incluye la presencia de la dueña del local y del encargado, que son dos personajes heterosexuales. Cada personaje tiene una personalidad diferente: hay explosivas, aplomadas, pero todas con un humor incisivo y agudo; simplemente sonseres humanos con virtudes y defectos, llenos de ternura y de maldad como todos. Nos hacen reír o llorar, transitan entre lo trágico y lo doloroso, pero acompañados y de la mano de la ternura, la empatía, la comprensión y el afecto y eso, es infinitamente humano. Su mundo no es sórdido ni oscuro.
- ¿Hay una carga biográfica en la historia?
- Nunca me he involucrado en el arte drag, pero entiendo que siempre hay aspectos autorreferenciales en la obra de cualquier autor; pertenezco a la comunidad gay y soy actor, me interesa y me atrae lo drag, me divierte mucho y siempre lo sigo en las redes o en la TV.
- ¿El mundo drag tiene mucho más para contar de lo que se ve?
- Muchísimo. Lo que vemos no es más que la punta del iceberg. Nosotros solo abordamos un porcentaje mínimo que tiene que ver con el negado valor que tienen las personas en su interioridad. ¿Cómo puede evaluarse? ¿Quién puede tasar el alma humana? Hay un personaje fantástico, con mucho de mito y de leyenda, con mucho de femenino, que seduce, atrapa y dinamiza a las demás personas que no son drag, pero que tienen la sensibilidad para apreciarlas y dejar volar la imaginación en pos de la fantasía que todos anhelamos, y de la ambigüedad que a veces negamos, pero tenemos.
- ¿Qué es lo que no se ve?
- Se ocultan frustraciones y angustias por el rechazo. El drag es una bofetada de sensualidad, de glamour y de exquisitez, ante la vulgaridad, lo ordinario y lo previsible. Debe plantarse con valentía ante las reacciones, sin perder nunca el glamour. Es un quiebre, algo inusitado, excepcional, que rechaza los estereotipos, se aleja de los modelos instalados en la sociedad y que son funcionales a conductas que tienen que ver con la exclusión.
- ¿Hay que volver a la carga con exigir respeto a la búsqueda de identidad?
- Por supuesto. El discurso homofóbico niega la identidad de las personas sin duda alguna. La opción sexual distinta es un derecho humano que, si es negado, inhabilita lo que la persona. Eso es inaceptable, volver a valorar la identidad es más que urgente, es capital, es prioritario.