La final impensada en la Copa de la Liga

El Pincha y el Fortín definen mañana al nuevo campeón del fútbol argentino.

La final impensada en la Copa de la Liga

La final impensada de Copa de la Liga que Vélez y Estudiantes juegan mañana en Santiago del Estero es una confirmación de una de las principales características de nuestro fútbol. Podríamos interpretarla de un modo positivo: nuestros campeonatos son tan competitivos que están abiertos a cualquiera. O negativo: nuestro fútbol sigue estando en un momento tan bajo que cualquiera puede ganarle a cualquiera.

Por un lado, Vélez es finalista impensado y con fundamentos de sobra. Hace solo un año pujaba por no descender de categoría, venía de sufrir sendas decepciones con técnicos queridos, primero Ricardo Gareca, luego el Gallego Méndez, ganó uno de los primeros nueve puntos de la Copa de Liga, fue humillado 5-0 por River (podría haber sido hasta 10-0) y cuatro de sus jugadores se vieron envueltos en un escándalo de abuso sexual que aun hoy sigue bajo proceso judicial en Tucumán.

¿Cómo imaginarse que un equipo así podría recomponerse en apenas un par de meses y estar soñando hoy con ganar un nuevo título? La nueva dirigencia que asumió en Vélez liderada por Fabián Verlanga se reunió con el plantel a las dos horas de tomar la decisión de separar a los jugadores acusados en Tucumán para contarles que el club no los abandonaría, pero sí debía separarlos porque habían incumplido un contrato. Y, según me dicen, la decisión habría sido la misma aun cuando alguno de los acusados hubiese sido de nombre más “pesado”, es decir, de cotización millonaria, dólares seguros para la entidad.

Es una dirigencia que adoptó también la decisión de sacar de la camiseta el patrocinio de una casa de apuestas, algo inusual para estos tiempos en los que todo tiene precio, a riesgo de una legión de pibes ludópatas abrazados a su celular y a ese supuesto “expertise” en fútbol que tenemos todos los habitantes por el solo hecho de haber nacido en Argentina.

Estudiantes tuvo algo de fortuna en semifinales cuando eliminó a un Boca que lo había superado en juego. Pero esta nueva final es una confirmación de la solidez del proyecto que lidera el DT Federico Domínguez. Y, en el plano institucional, Juan Sebastián Verón, crítico a su vez de la conducción de la AFA en estos últimos tiempos.

Y hay aquí algo que merece ser apuntado, porque solemos ser siempre críticos ante cualquier sospecha. En estos tiempos de gobierno que pretende imponer el negocio de los Clubes SAD, para la AFA habría sido mucho más simpático tener como finalista al Boca de Juan Román Riquelme (bandera del proyecto Asociaciones Civiles y taquilla asegurada) que al Estudiantes de Verón, seducido por el modelo SA. Ganó Estudiantes y hubo jugadas polémicas que bien podrían haber sido utilizadas para torcer el resultado. No sucedió. Ojalá haya fiesta hoy en Santiago del Estero. 

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