La epidemia de dengue que castiga a Tucumán es la más agresiva que se haya registrado, por la cantidad de casos -ya hubo 11 decesos y un 44% más de contagios que en 2023- , por la cantidad de pacientes graves y por las secuelas que deja la enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti. Los expertos atribuyen lo que sucede a cuestiones climáticas -temperaturas más altas, más lluvias- y al hecho de que no ha habido suficiente toma de conciencia en la población. El tiempo frío ha de aplacar la inquietud pública sobre la enfermedad, pero es tiempo de afinar las estrategias.
Todos los departamentos de Tucumán registran circulación viral de dengue. Con 56.890 contagios, es la tercera provincia con mayor incidencia de la enfermedad, después de Córdoba y de Catamarca. Una experta en epidemiología dijo que incidieron las intensas lluvias y los factores de siempre, como la acumulación de basura, los reservorios urbanos de mosquitos, la falta de provisión adecuada de agua y la urbanización desordenada, entre otros motivos. Un virólogo opinó: “el incremento que se ve de casos graves y de la cantidad de fallecidos tal vez se deba al aumento explosivo de la circulación viral, que fue más de cinco veces mayor comparado con el año anterior”.
Una investigadora del Instituto Superior de Entomología sostuvo que lo llamativo de esta epidemia fue la desaparición del período interepidémico, que normalmente ocupaba entre tres a cinco años, lo que podría estar indicando un proceso de endemicidad. Advirtió además que la gran cantidad de contagios se debió a la co-circulación de los serotipos DEN-1 y DEN-2. “Muchas personas sufrieron reinfecciones y por eso también hubo casos de mayor gravedad y más cantidad de casos mortales”, señaló.
Sobre lo que pueda ocurrir la próxima temporada, según los especialistas, tal vez tengamos que comenzar a preocuparnos porque el dengue puede quedarse en forma permanente en la región. Según una investigación que se hizo en Tucumán, hay una estrecha relación entre dengue y pobreza. Aunque hubo contagios en todos los departamentos de la provincia, la mayor cantidad de casos se dio en barrios con necesidades básicas insatisfechas.
El Gobierno nacional está adoptando medidas discretas con respecto a la vacunación -no cabe esperar una estrategia agresiva al respecto- y deja a las provincias muchas decisiones, tanto de vacunación como de campañas y tareas de cuidado. Se están haciendo investigaciones para detección de la presencia del mosquito o los estudios sobre inoculación de la bacteria Wolbachia en los mosquitos machos, para neutralizar el virus del dengue. Pero todo es incipiente. Los expertos han señalado que las campañas han sido poco eficaces, porque no generaron conciencia ciudadana. El descacharreo sigue siendo fundamental.
“La fumigación es un recurso más que se debe utilizar, pero tiene que ser la última opción porque se está viendo que hay mosquitos resistentes a los químicos”, dijo una experta, que aconsejó el mantenimiento de espacios verdes, con plantas podadas y bien cuidadas y señala que la educación es esencial. “El mosquito está en las casas -explicó-. El Aedes no va a desaparecer, pero las epidemias sí son evitables”.