Alerta por la crisis alimentaria

La llegada del frío invernal, un mes antes de la estación fría, ha encendido las alertas por los riesgos que se corren de agravamiento de la crisis alimentaria y de la emergencia de las personas en situación de calle. La Provincia, que desde fines del año pasado se está haciendo cargo de las raciones para asistencia los comedores comunitarios y escolares, ha pedido a la Nación que envíe la contraparte que se espera desde comienzos de año, prometida -según el ministro de Desarrollo Social de Tucumán- para fines de mayo y que corresponde a unos $ 8.500 millones, el 30% de lo que se destina a alimentación.

El funcionario de Tucumán explicó que mensualmente la Provincia invierte unos $ 6.500 millones en asistencia a unas 700.000 personas, entre las que asisten a los comedores escolares (304.700 alumnos), las que van a las 104 cocinas comunitarias (11.000 personas), las de los 77 comedores infantiles y el centro de Desarrollo Infantil (unos 18.000 niños y adolescentes), más módulos alimentarios para más de 120.000 familias. El ministro estima que entre la ayuda alimentaria del ministerio más la de la Iglesia, los Hogares de Cristo y fundaciones y ONG sociales se llega a ese universo de 700.000 personas. Además dijo que, por la llegada del frío, se aceleró la puesta en funcionamiento de un albergue nocturno en el predio ferial Norte, con capacidad de 80 camas, puesto que se ha relevado a más de 100 personas en situación de calle, quienes podrán cenar, bañarse, dormir y desayunar allí.

La situación, verdaderamente, es crítica. Responsables de comedores relatan que varios de estos lugares han tenido que cerrar; en esta edición se cita el caso de nueve comedores de distintas localidades que van desde La Florida hasta Santa Ana, que por no tener ayuda de nadie y haberse caído las colaboraciones de vecinos han cerrado en el último mes y medio. En el caso de uno de El Manantial, al que concurrieron ayer 270 personas, tienen  lista de espera de unas 15 familias, algunas compuestas por hasta ocho miembros. En esa zona han tenido que cerrar todos los comedores que había, explicó la referente del lugar.

No hace dos semanas que la Conferencia Episcopal Argentina alertó sobre la discontinuidad de políticas públicas de integración de barrios populares y el impacto que están teniendo las actuales medidas económicas sobre los sectores más vulnerables de la población. “A muchos abuelos y abuelas se les presenta el drama de elegir entre comer o comprar los medicamentos porque la jubilación no alcanza; cierran comedores comunitarios por falta de asistencia y muchos vecinos se quedan sin la posibilidad de esa comida en el día”, advirtió.

El ministro tucumano dijo que hay un compromiso de funcionarios nacionales de regularizar los convenios, sobre todo los relacionados con la parte alimentaria. Es de esperar que se agoten los esfuerzos para que esto ocurra, porque los pocos datos que se van conociendo advierten que la situación, que es muy grave, tiende a empeorar.