Osvaldo Jaldo no quiere perder el norte. El gobernador tucumano espera paciente la convocatoria de la Casa Rosada a la cita del sábado en la capital cordobesa, aunque todo indica que esa invitación no se formulará. El Pacto de Mayo debe esperar. Sin acuerdo en el Congreso, el presidente Javier Milei no quiere exponerse públicamente a una cumbre que denotará cierto fracaso, si es que la asistencia es menor a la proyectada originalmente. En esta parte del país hay cierto alineamiento para acompañar al jefe de Estado, en caso de que -a través del ministro del Interior, Guillermo Francos- el Gobierno nacional abra el juego. “Ya no es un problema de las provincias, sino un posicionamiento propio de Milei, sobre lo que quiere hacer con su plan económico y con su gestión”, comenta un analista político nacional con cercanía a Balcarce 50.
Los dialoguistas hicieron lo posible para cumplir con ciertas promesas asumidas ante el Gobierno nacional. Aún no alumbra la Ley Bases, mucho menos el paquete de medidas fiscales. Milei apunta contra algunos mandatarios provinciales. “Tal vez les gusta sacarse fotos entre ellos, pero bueno... si les gusta abrazarse con salvavidas de plomo...”, expresó desde Madrid, al referirse a las reuniones del bonaerense Axel Kicillof con el santafesino Maximiliano Pullaro, y con el chubutense Ignacio Torres. Los alineamientos provinciales alejan la posibilidad de que el Pacto se haga en Mayo. Tal vez en junio, como lo sugirió el propio Francos. Pero a juzgar por los dichos presidenciales, es difícil que le quiera dar a Rosario la centralidad de una ceremonia que puede cambiar el curso de la relación Nación-provincias. Julio sigue siendo una alternativa. De lo que se sabe que sucederá el 9 de ese mes es que, por primera vez en tantos años, el Poder Ejecutivo y la Municipalidad capitalina pueden llegar a organizar un solo acto para convocar a la ciudadanía a festejar la Declaración de la Independencia.
Mientras tanto, Jaldo prepara los actos del sábado por el 214 Aniversario de la Revolución de Mayo. En Casa de Gobierno ya están convocando a representantes educativos, civiles y militares para la ceremonia en la que se servirá el tradicional chocolate.
En el medio, el Gobierno tendrá que afrontar otra semana de negociaciones salariales con los gremios estatales. Jaldo y los ministros que usualmente reciben a los sindicalistas, Regino Amado (Gobierno) y Daniel Abad (Economía) confían en que habrá “humo blanco” para avanzar hacia un entendimiento. Según trascendió, la Provincia dispone de unos $ 15.000 millones para atender las demandas de los trabajadores del sector público provincial. La discusión de fondo se plantea en la manera en que se liquidará el aumento. Los gremialistas creen que el pago de un bono extraordinario no es la mejor oferta que el Estado puede realizarle a los trabajadores, independientemente del monto. En el Gobierno, en tanto, están dispuestos a responder con el pago de una suma fija que iría incorporada al aguinaldo. Asimismo, se prevé adelantar, además, la liquidación de los aumentos, por ejemplo, que lo que se proyecta abonar en agosto se anticipe a julio. El resultado final se observará en los próximos días. Ese es el otro pacto que busca Jaldo.