Un joven fue asesinado cerca de la puerta del club El Cruce

Tenía 24 años y vivía en situación de calle; denuncian que lo atacaron a latigazos y a golpes

MIEDO EN EL BARRIO. A pesar del silencio de los vecinos, la familia de la víctima no se amedrentó y señaló varios detalles en la escena del hecho.  LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO MIEDO EN EL BARRIO. A pesar del silencio de los vecinos, la familia de la víctima no se amedrentó y señaló varios detalles en la escena del hecho. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO

“Le dispararon, lo azotaron y le pegaron patadas hasta después de muerto”, aseveró, con el rostro lleno de impotencia Karen Núñez, la hermana de Ramón Antonio “El Patricio” Nuñez, de 24 años. Esa impotencia motivó a la joven a romper el silencio que envuelve a todo el barrio El Cruce luego del violento homicidio de un chico en situación de calle. Ayer por la mañana hubo una manifestación: cerca de 50 personas quemaron cubiertas y troncos en la entrada del club El Cruce, ubicado en La Plata al 1.200. Luego de eso, familiares de la víctima aseguraron que varios testigos fueron amenazados de muerte.

El caso está en manos de la Fiscalía de Homicidios II, que dirige Carlos Sale. Según los primeros testimonios que consiguió la investigación, personal del club corrió a tiros a tres jóvenes que pretendían pernoctar en la entrada. Uno de los proyectiles impactó en Núñez, que falleció en el acto por una herida que le afectó órganos vitales. Además de los testimonios, en la cuadra habría una cámara de seguridad con la que se podría identificar a los responsables.

“Él no tenía enemigos”

“Me enteré de quiénes son las personas que lo habrían matado, pero lo peor es que no había ninguna razón para que hicieran esto. Esa es la verdad, no había ninguna razón para que lo ejecutaran peor que a un perro”, lamentó Cecilia del Valle Núñez, la madre de “El Patricio”.

La mujer, en entrevista con LA GACETA, aseguró que tienen a los sospechosos en la mira y que confían en que pronto caerán en manos de la Justicia. “Solo le pido a la Justicia que este caso no quede impune como tantos otros. No me preocupa ni tengo miedo de que se trate de gente de poder, porque hasta los políticos más grandes caen”, señaló.

“Mi hijo no tenía ninguna relación con gente de aquí, no había una enemistad. Yo tampoco los conocía porque no soy de este barrio. Los vecinos me comentaron todo lo que pasó, me dijeron que lo mataron a dos metros y por la espalda. El tiro le perforó pulmón y corazón, murió al instante”, indicó.

El móvil del crimen sería un desalojo. “Antes del hecho, mi hermano y otros chicos estaban durmiendo bajo el techito de la entrada del club. Parece que ya los venían corriendo varias veces, pero lo que pasa es que cuando llueve ellos se guarecen en donde pueden, más aún en un día como ese, que llovía y hacía tanto frío”, sostuvo Karen. La chica consiguió mucha información entre los vecinos, que a pesar del temor de hablar ante los medios, sí colaboraron anónimamente con la familia de la víctima y con la Fiscalía. “Nos dicen que los corrían con violencia, les tiraban baldazos de agua fría, las cosas que dejaban se las quemaban: colchas y cartones donde se acostaban”, agregó.

El sueño de la peluquería

Cecilia reconoció que su hijo cayó en la droga desde muy chico. A los 14 años, según estima. “A pesar de eso había veces que lo recuperábamos. Después volvía a tener recaídas, pero nunca tuvo problemas, no tiene causas de ningún tipo. No era más que uno más de los tantos chicos adictos que terminó en la calle”, explicó.

La mujer recordó que cuando Ramón se estabilizaba y lograba evitar el consumo, cortaba el cabello. “Le estábamos comprando algunas herramientas y la idea era que pusiera una peluquería, pero hace un mes que se fue de mi casa, me dijo que estaba bien, que estaba alquilando una vivienda con unos amigos. Me lo tomé con tranquilidad, yo no sabía que en realidad mi hijo estaba en situación de calle en estos momentos”, contó Cecilia, que dice que hoy y mañana irá a Tribunales a preguntar las novedades tiene el caso.

“Justamente el viernes le había escrito mensajes a Ramón y no me contestó. Al día siguiente me llamaron para decirme que lo habían matado de un tiro. No lo podía creer, me fui a la (seccional) 13ª y me confirmaron que su cuerpo estaba en la morgue judicial”, concluyó.

Un ex albergue

Los vecinos prefirieron no hablar del caso. Reconocieron que tienen miedo a sufrir represalias. Uno de ellos, sin dar a conocer su nombre, sintetizó que una de las razones por las que la gente en situación de calle frecuentaba el club El Cruce para dormir es que durante la pandemia funcionó un albergue. Cuando se normalizó la situación sanitaria el albergue se cerró, pero muchos ambulantes seguían acudiendo al lugar en busca de refugio. El largo techo que sobresale en la entrada siguió siendo utilizado como amparo por los ambulantes que se tiraban a descansar en la puerta del lugar. La familia Núñez indicó que el club ayer no abrió sus puertas en todo el día. Cuando LA GACETA fue a tocar las puertas, no hubo respuesta. El frente donde dormían los ambulantes quedó tapado por las cenizas de troncos y cubiertas.

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