Por Gonzalo Cabrera Terrazas
05 Junio 2024
A DEMOSTRAR. Ulises Vera se mantiene enfocado durante las prácticas y espera seguir sumando minutos. Foto Casm.
Se convirtió en una especie de inesperado "refuerzo". Quedaban 12 minutos para el final del partido entre San Martín y Alvarado y Diego Flores necesitaba piernas frescas para cerrar una nueva victoria. Ansioso por ingresar y con un poco de nerviosismo Ulises Vera escucha su nombre y sale despedido hacia el centro del campo para pedir el cambio.
El volante tuvo un ingreso prometedor como volante derecho. Buscó ser la carta desequilibrante del equipo y colaboró en la mitad de la cancha para contener el avance de un rival. Así, se postula para ser una variante de cara al duelo contra Güemes de Santiago del Estero.
Con un perfil bajo e intentando demostrar en las prácticas, Vera celebra la oportunidad que le brindó su entrenador. El oriundo de barrio 20 de junio arribó al “santo” en 2012 gracias a su papá Juan, un vendedor ambulante que había juntado plata para llevarlo a realizar una prueba en el complejo “Natalio Mirkin”.
“Siempre ‘jodía’ con que quería jugar en San Martín y mi papá me cumplió el sueño. A este presente trato de disfrutarlo todos los días y aprender de los más grandes. No es fácil estar acá y sabemos que es el sueño de muchos chicos”, aseguró Vera, que a pesar de tener sólo 20 años, habla como si toda la vida hubiera defendido la “rojiblanca”.
Iván Delfino lo llevó a realizar su primera pretemporada y debutó oficialmente contra San Martín de San Juan bajo las órdenes de la dupla Alexis Ferrero-Ariel Martos, entrenador que lo había tenido en Novena. En tanto, Pablo Frontini fue el DT que más rodaje le brindó: 258 minutos.
No obstante, la actual temporada no viene siendo la mejor en lo personal. Sólo sumó 25 minutos, repartidos entre la derrota de local contra Ferro y el duelo del pasado domingo contra el “torito” marplatense.
Frustración, enojo e ira, son algunas de las emociones que se podrían generar al vivir una situación así. Pero en Vera, ocurre todo lo contrario. El volante se apoya en lo que lo hace feliz para salir adelante: su familia y sus compañeros.
“Mis papás y mis dos hermanos Facundo y Joaquín son lo más importante que tengo. Ellos siempre están para mí, me toque jugar o no. Me hacen sentir que soy el mejor del equipo”, afirmó orgulloso por hablar de los suyos.
Mientras tanto, con el plantel generó un lazo fuerte. De compinche con los surgidos del club, Vera asegura que se lleva bien con todos y hasta tiene de ídolo a Gustavo Abregú. “Es mi referente, siempre se lo digo”, avisó.
Pero la relación con sus compañeros va más allá. Además de las típicas charlas con mate de por medio y almuerzos compartidos, Vera también les colabora con una tarea bastante particular: se volvió el peluquero oficial del plantel.
“Algunos se sorprendían jaja, pero otros ya sabían de ese lado mío”, comentó con cierta picardía. “Comencé a cortar el pelo con un amigo y en mi barrio tengo una peluquería”, agregó.
El primero que se decidió pasar por sus manos Vera fue Nahuel Banegas. “Comencé en el club con él. Un día me pidió y desde ese momento, no se corta con nadie más, ja”, explicó. “A partir de ahí, creo que ya les corté a la mayoría”, agregó. Juan Cuevas, Pablo Hernández y Darío Sand, entre otros, también conocieron sus destrezas como peluquero.
Con el volante de Boca Ezequiel “Equi” Fernández como referente en el puesto, ansía que esta reaparición en el plantel sea el puntapié inicial para sumar más minutos. “Diego me había pedido que colabore en la marca por el lateral porque nos estaban atacando por ese sector; y que cuando recuperemos la pelota, ataque por las bandas”, explicó. “Este año quiero jugar más, hacerlo bien y poder ser importante para el equipo”, concluyó Vera, un luchador de la vida que espera seguir demostrándolo también en cada sector de la cancha.
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