20 Junio 2024
Furia se mantuvo firme en su discurso pese a que lo tildaron de violento.
El paso de Juliana "Furia" Scaglione por “Gran Hermano” sin dudas le valió puntos de rating al reality de Telefé. Por eso los seguidores del programa esperaban escucharla luego de ser eliminada en el mano a mano con Martín Ku. La jugadora hizo un análisis de su propia estrategia y aseguró que muchos de los comportamientos que se le cuestionaron no fueron violentos.
El fenómeno que nació en la TV se extendió a las redes sociales. Cada domingo, sin faltar, “Furia” fue tendencia por sus polémicas actitudes y por la serie de improperios que profirió contra todo mundo. Sin embargo, para Scaglione, nada de lo que hizo fue violento.
La gala de “Furia” tras su eliminación de “Gran Hermano”
Ayer por la noche, Juliana Scaglione asistió al estudio de "Gran Hermano" para tener su propia entrevista. Sentada junto a Santiago del Moro, la última jugadora eliminada se enfrentó a todos los panelistas del programa. Pero las acusaciones que la tildaron de violenta parecieron no calar hondo en ella.
Fue por eso que “Furia” intentó justificar su comportamiento. “Punto número uno, este es un juego. Punto número dos, cada uno juega como quiere y hace de su vida lo que quiere”, empezó diciendo y agregó que sabe que “Gran Hermano” no avala la violencia en ninguna de sus formas.
“¿Discutir es violencia? No. ¿Gritar es violencia? No. Que te quieran cag** tu propio juego cuando vos le decís a la persona ‘no me vas a cag**’ en la cara? No”, aseveró la participante y Ceferino Reato, uno de los panelistas la interrumpió: “Insultar sí, ¿eh?”.
“Furia” aseguró que insultar no es violencia
Fiel a su discurso, Scaglione cuestionó a Reato. “Insultar no es violencia. No, señor. ¿Usted nunca se enojó en su vida?”, cuestionó la participante, a lo que el periodista retrucó que era ella la participante y no él. “¿Usted nunca puteó?”, volvió a preguntar con insistencia “Furia” y aseguró que sentía cierta soberbia por parte del panelista.
Más tarde explicó que parte de su comportamiento se debió a la mala calidad de vida que los participantes tenían dentro de la casa. “Algunos de nosotros dormimos cinco horas, no queremos dormir porque amamos este juego y queremos estar despiertos. Algunos de nosotros no comemos bien. Algunos de nosotros nos empezamos a olvidar de nuestras propias vidas”, señaló.
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