Apuesta a la vida con palabras tucumanas

El misterio de la belleza más allá de las espinas. Por Gabriela Duguech para LA GACETA.

OFRENDA. Sandra Bulacio amalgama al lector con el autor. OFRENDA. Sandra Bulacio amalgama al lector con el autor.
23 Junio 2024

POESÍA: OFRENDA

SANDRA BULACIO (Vleer – Tucumán)

Sandra Bulacio planta su primer poemario Ofrenda en la escena tucumana con la fe de quien siembra un rosal, a la espera de ver florecer el misterio de la belleza más allá de las espinas. Dice en el poema “La rosa”: Mi cuarto/ húmedo, sombrío / caminaba en círculos, / rebotaba en la existencia / la lumbre de la rosa me ofrenda resurrección.

La poeta apuesta a la vida. Esa vida humana que se interna en la naturaleza para volver a respirar y encontrar las palabras, a veces llanas y otras sorpresivas de su poesía. También las palabras nuestras como pirquinera, Timbó, río Noque, villa de Leales, Yungas que hacen resonar el “verde colosal” donde vuelve a internarse la abuela con sus culpas o la poeta encuentra el propio ritmo de su libertad creativa. Leemos en el poema “Respirar”: Atisbando colores en la yunga / me redimo / y puedo respirar / con mis brazos en alto alcanzo esa bandada de loros / En el colosal verde / deambulo como un fantasma en la montaña / y soy libre.

El homenaje al gran retratista del alma humana Fiódor Dostoievski que Bulacio trabaja en sus talleres, se entreteje en poemas como “Dedicatoria”, “Eolo”, “Impresiones”, y estremece en el poema “Destierro”: En un destierro / los lienzos desfilan tranquilos y silenciosos. / La justicia aún no me ha devuelto la dignidad / y me expropia el alma. /Patria desconocida / de muros grises / no te quedes / en mi vida.

El antropólogo Claude Lévi-Strauss nos recuerda que para los pueblos como para los niños dar, ofrecer, es tan importante como recibir. En ese intercambio de dones fructifica nuestra condición humana que se separa así de la pura materialidad de la supervivencia. En estos tiempos inciertos en el mundo, ofrendar poesía como lo hace Sandra Bulacio renueva esa dimensión imprescindible de nuestros lazos que como dice la poeta “amalgaman al autor con el lector”.

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