Ezequiel Soria: un desconocido pionero teatral de la Argentina

La catamarqueña Gabriela Borgna presenta en La Sodería su estudio dedicado a su coterráneo Ezequiel Soria. Reconocimiento.

RESCATE DEL OLVIDO. Gabriela Borgna investigó la vida y obra de Ezequiel Soria, gestor teatral catamarqueño. RESCATE DEL OLVIDO. Gabriela Borgna investigó la vida y obra de Ezequiel Soria, gestor teatral catamarqueño.

Si ayer se presentó en la provincia un libro sobre la dramaturgia contemporánea escrita por mujeres, hoy es el turno de la historia. La periodista e investigadora catamarqueña Gabriela Borgna llegará a las 19 a La Sodería (Juan Posse 1.141) con su obra “Ezequiel Soria - Pionero teatral argentino”, donde estará acompañada por Marina Rosenzvaig.

El autor nació en Catamarca en 1873 y falleció en la Capital Federal en 1936, y una sala del Teatro Catamarca lleva su nombre, pese a que su reconocimiento está aún en construcción, a lo que aporta este trabajo. “El desconocimiento que se tiene de él remite tanto a una deuda integral sobre la dramaturgia de mi provincia como a que toda su obra fue escrita afuera. Ya fallecido apareció un estudio de Ismael Moya y , muchos años después, otro de Juan Oscar Ponferrada, quien siempre lo rescató. Hay que señalar el descrédito en el que habían caído los primeros autores nacionales y las estéticas como el sainete, consideradas como formas menores o de escasa trascendencia por el mundo académico. También sostenemos la hipótesis junto a José Ariza de que su crítica mirada política le ganaron más detractores que adeptos”, señala Borgna.

- ¿Por qué lo definís como un pionero teatral argentino?

- Lo es en más de un sentido: es quien enseñó a actuar a Pepe, Jerónimo y Pablo Podestá cuando saltaron de la pista del picadero a la sala de teatro; dirigió sucesivamente sus tres compañías cuando ellos se separaron, lo que lo convierte en el primer gestor en la transición del siglo XIX al XX; la primera parte de su dramaturgia aborda episodios políticos y sociales de Catamarca y en su texto “Justicia criolla” de 1897, se toca y se baila un tango en escena por primera vez. Fue cofundador de la primera academia de teatro del país con el primer manifiesto teatral nacional y ejemplo de una política cultural no estatal. También fue guionista del cine silente argentino, y el primero en usarlo como herramienta para publicitar sus puestas en escena. Apoyó la huelga de actores y fue cofundador de la Sociedad de Autores Dramáticos y Líricos (actual Argentores), que dirigió por dos períodos.

- ¿Cómo definirías su obra?

- No hay una única definición de su dramaturgia porque que va cambiando de estilo pero no de temas, en la misma medida en que las artes escénicas del Río de la Plata evolucionan y cambia la composición social de sus espectadores. Escribió y dirigió su primera obra, “El año 92” (cuyo texto reproduzco junto a otros seis más), cuando tenía 19 años y las últimas fueron para Florencio Parravicini o la compañía Muiño-Allipi, Abordó la zarzuela de formato español, el teatro musical de raigambre criolla, el sainete y la comedia.

- ¿En su dramaturgia abordó cuestiones sociales?

- Por mucho tiempo se lo consideró parte del ciclo nativista, pero yo lo integro al ciclo de la criollez. En sus obras no hay una mirada bucólica sobre el mundo rural; sus criollos son hombres de campo con posición política propia: fueron montoneros de Felipe Varela que recuerdan los horrores de la Guerra de la Triple Alianza, cita los conflictos limítrofes con Chile por Antofagasta, la estafa del ferrocarril que iría hacia la zona minera de Catamarca... En sus sainetes observa a los nuevos sujetos sociales de la Buenos Aires que deja de ser la gran aldea. Retrata a carreros, lavadoras, malevos; y como comediógrafo describe a las nuevas clases medias pretenciosas y acomodaticias al poder político de turno.

- Cuando se habla de los orígenes del teatro catamarqueño, se remite principalmente a Julio Sánchez Gardel o a Ponferrada.

- Se lo obvia por desconocimiento. Sánchez Gardel es primo de Soria, integra el nativismo y no fue problemático como Soria. Ponferrada ganó premios nacionales e hizo giras europeas.

- Esta tarde van a entregarle una distinción de Verónica Pérez Luna. ¿Qué implica?

- En sus 15 años de trabajo ininterrumpidos y en el marco de la edición anual de las Jornadas de Investigación y Crítica, la Asociación de Investigación y Crítica Teatral (Aincrit) se reconoce a teatristas nacionales y latinoamericanos que expresan un momento alto de las teatralidades en sus territorios. A propuesta de Sonia Saracho, docente y exdirectora de la institución, el reconocimiento a Verónica expresa la mirada federal y diversa de nuestra institución. Invito a que visiten el fondo documental virtual de www.aincrit.org, nuestra ventana digital al servicio de teatristas de todo el continente.

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