¿Humanos o Superhumanos?

¿Por qué los superhéroes nos fascinan? Tienen capacidades únicas y ajenas a nosotros. La hipervelocidad de Flash, fuerza extrema de Hulk, la súper inteligencia como Lex Luthor, o los poderes telepáticos de Charles Xavier. Esas meta habilidades, que determinaban su identidad y su rol, las usan para el bien o para el mal.

¿Y si estamos más cerca de ser super humanos? ¿Estas nuevas capacidades nos convertirán en superhéroes o en villanos? ¿Qué tiene que ver esto con la Era de la Humanidad Aumentada?

Estamos iniciando esta Era de la Humanidad Aumentada gracias a los avances vitaminados en distintos campos de las ciencias. Como la biología genética, la nanotecnología, las neurociencias, las ciencias de los materiales, la medicina, la robótica y la inteligencia artificial, el nuevo Superman de las ciencias, que atraviesa a todas.

Estamos viviendo el ingreso a un umbral muy profundo: no es un conjunto de inventos, sino una transformación de nuestra esencia misma. Nos centremos en cómo la Inteligencia Artificial está acelerando todas las ciencias y nuestras costumbres.

Durante más de 20 años, como consultor en estrategia de negocios, pronosticaba que la inteligencia artificial iba a ser la quinta revolución industrial. Me equivoqué. La IA no es una simple continuación de las revoluciones industriales; es un cambio de era. El razonamiento computacional, siendo más precisos, transforma no sólo cómo trabajamos, sino que tiene el potencial de transformar nuestra esencia y el sentido de nuestro ser y del trabajo. Está transformando el ocio y el negocio.

Más allá de una revolución idustrial

La Revolución Industrial se refiere a períodos históricos en los que hubo transformaciones significativas en la producción, la tecnología y la economía.

La Primera Revolución Industrial (1760-1840) trajo la mecanización de la producción con la máquina de vapor, transformando la agricultura y la manufactura, iniciando la producción en fábricas y promoviendo la urbanización.

La Segunda Revolución Industrial (1870-1914) introdujo la electricidad, el motor de combustión interna y el acero, expandiendo la industrialización, electrificando fábricas y hogares, y mejorando el transporte masivo con automóviles y ferrocarriles.

La Tercera Revolución Industrial (1960) vio la llegada de la electrónica, la informática y las telecomunicaciones, automatizando la producción, digitalizando procesos y globalizando la información.

Finalmente, la Cuarta Revolución Industrial (2000) se caracterizó por la integración de tecnologías físicas, digitales y biológicas, como el IoT, la Big Data (Machine Learning y Deep Learning), la biotecnología y la robótica, conectando sistemas y procesos, y transformando modelos de negocio.

Considero que la Inteligencia Artificial Generativa, la que hoy está en boca de todos, es mucho más que una herramienta. Es, en simultáneo, complemento y competencia para el ser humano. En este cambio de era lo que se está revolucionando no es una herramienta para potenciar el trabajo humano sino el mismo ser humano.

Estamos potenciando nuestras habilidades humanas como la capacidad de pensar, de procesar información, de crear arte nuevo, de comerciar de forma más eficiente. Con la inteligencia artificial como un complemento que nos acerca al concepto de súper humanos.

El fin de las revoluciones industriales

Esta nueva era representa el final de las revoluciones industriales y el inicio de los cambios de eras del sentido del ser humano. ¿Por qué?

1- La Inteligencia Artificial no es una herramienta más que se complementa y potencia el trabajo humano. Es muchísimo más. Es al mismo tiempo un complemento y una competencia del intelecto humano. Tiene el potencial de contar historias, crear arte, tomar decisiones con más precisión que un experto, mantener conversaciones con una simulación de empatía superior a la media de las personas, puede actuar de experto en cualquier ciencia, etc.

2- Modificará profundamente el sentido del trabajo. Tendremos más horas libres. Más horas de ocio, menos de “neg-ocios”. Para unos, este es un riesgo de sentirnos descolocados en la vida, de depresión potencial y una fuente de angustias. Para otros será una oportunidad de explotar nuestra creatividad.

El impacto en el trabajo será profundo. Un estudio de McKinsey sugiere que, con la inclusión de la IA generativa, hasta el 30% de las horas trabajadas actualmente podrían ser automatizadas para 2030.

3- La “sobretecnologización” del mundo producirá un hartazgo y tal vez movimientos sociales contra la tecnología. Considero también una oportunidad para una vuelta al contacto humano y a un humanismo que deje las tareas automatizables a los robots y a los agentes con IA. Y, la persona, vuelva a dedicar tiempo a pensar, crear y disfrutar del contacto con la naturaleza y el prójimo.

4- Nuestro instinto de supervivencia nos hace“egoísta por naturaleza”. Tanto en el buen sentido como en el negativo. Suponiendo una era de la superabundancia y de un “salario universal generoso”, como recientemente postuló Elon Musk, el nuevo “mejor amigo” del presidente Milei.

Tenemos que pensar un futuro más allá de nuestras narices y volcarnos en actividades altruistas y colaborativas. Buscando recrear un mundo amigable a la vida y la naturaleza humana. 

Las desigualdades de hoy no serán las de mañana. No estaremos tan preocupados en las diferencias por el tono de la piel o la partida de nacimiento. Sino por las oportunidades de ser humanos o súper humanos.

5- Será un cambio de era hacia la Humanidad Aumentada porque tendremos el potencial de convertirnos en “super humanos”. Aumentados por ciencias como la bioingeniería genética, las nanotecnologías, las interfaces cerebro-máquinas, los implantes tecnológicos y órganos artificiales.

Estos avances permitirán vivir más años y en mejores condiciones de salud. Ahora, ninguno de ellos garantizan la libertad y la salud psicológica.

6- Las implicaciones sociales y éticas son enormes. “Con un gran poder viene una gran responsabilidad”, decía el Tío Ben de Spider-Man. La ética en el desarrollo de la IA será crucial. No podemos permitir que estas tecnologías perpetúen desigualdades o vulneren nuestros derechos. Necesitamos marcos éticos y regulaciones claras para guiar su desarrollo.

¿Estamos listos para dejar de ser humanos en el sentido tradicional? La Era de la Humanidad Aumentada nos invita a repensar nuestra existencia. No se trata solo de qué podemos hacer con la tecnología, sino de quiénes queremos ser en un mundo donde las máquinas pueden pensar y decidir por nosotros.

El cambio está en marcha. La pregunta es: ¿Estamos preparados para aceptar y adaptarnos a esta nueva realidad?

Por Federico Lix Klett, Fundador de FALK Impellers y FALK Advertising Matters. Es consultor, comunicador, formador e impulsor de innovación y transformación en las organizaciones.

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