La película narco que nadie quiere ver

La película narco que nadie quiere ver

En el documental “Los 500 días de Pablo Escobar”, que se puede ver en Netflix, el espectador termina entendiendo que el líder narco se enriqueció gracias al Estado colombiano. El filme dura poco más de una hora y revela algunos polémicos detalles sobre el epílogo de la vida de un hombre que puso de rodillas a todo un país. Un ser despiadado que logró construir un imperio gracias al tráfico de cocaína. Un narco al que muchos quieren imitar por su capacidad de armar una estructura criminal nunca antes vista.

La obra de Caracol Televisión nos ofrece tres puntos para analizar:

1- Escobar se entregó porque las autoridades aceptaron sus pretensiones. Él había aceptado rendirse a cambio de dos condiciones que rápidamente fueron aceptadas: las autoridades sancionaron la ley que evitaba su extradición y aceptaron que él mismo construyera el lugar donde quedaría detenido: la cárcel “La Catedral”, construida en un cerro que le permitía contemplar su Medellín natal. Una prisión que era custodiada por sus sicarios y que tenía un régimen bastante particular que le permitió seguir adelante con el tráfico de drogas, interminables fiestas con mujeres que ingresaban sin problemas a la unidad penitenciaria y disfrutar de partidos de fútbol con las figuras de aquellos tiempos.

2- Después de escaparse de “La Catedral”, Escobar comenzó a preocuparse por la seguridad de su familia. No pudo lograr que abandonaran Colombia. Estados Unidos y Alemania fueron dos de los 17 estados que le negaron el ingreso a la madre, esposa y dos hijos del narco. Hubo un país que sí los recibió: Argentina. Llegaron a Buenos Aires en 1995, gracias a un convenio firmado por funcionarios del ex presidente Carlos Menem, en 1995, antes de que se cumplieran dos años de la muerte del líder narco.

3- Escobar fue ultimado el 2 de diciembre de 1993 en el techo de una vivienda de un barrio de clase media de Medellín. La familia señaló que él prefirió suicidarse antes de quedar encerrado en una prisión. Las autoridades señalaron que fue abatido por los hombres del “Bloque de Búsqueda”, el grupo creado para atraparlo. El documental planteó una tercera teoría, que es la que apoya la mayoría de los colombianos. El narco fue asesinado por “Los Pepe” (“Los Perseguidos por Pablo Escobar”), una organización paramilitar que habría contado con al menos la complicidad de las autoridades de ese país y que era financiada por los jefes del Cártel de Cali.

Similitudes

Argentina no es Colombia por una sola razón: en nuestro país no se produce cocaína. Pero puede serlo, ya que por la inacción del Estado, los grupos narcos lo están utilizando como centro de operaciones. No hubo ningún gobierno democrático pudiera frenar el avance narco. Al parecer, tampoco percibieron todas las señales que se habían encendido en los últimos años. La ministra de Seguridad Patricia Bullrich celebró que la tasa de homicidios en Rosario disminuyera un 50% con respecto del año pasado en Rosario. Ponderó los resultados del ”Operativo Bandera” que llevó paz a una ciudad que se desangraba por la violencia que genera el tráfico y la comercialización de sustancias. Pero no dijo una palabra de los costos que tuvo que pagar para conseguir ese logro. Al enviar más gendarmes a esa ciudad para cumplir con su objetivo dejó desprotegida la frontera y se incrementó el tráfico de sustancia en el NOA. Con casi la misma cantidad de procedimientos, en el primer semestre de este año, se secuestraron 4.019 kilos de cocaína, mientras que en idéntico período de 2023, poco más de 1.900. Es una prueba concreta del incremento del tráfico de sustancias.

El legislador radical José Cano, dirigente que desde hace años viene advirtiendo sobre el crecimiento narco en toda la región, fue claro: “Si la Nación no extrema los cuidados en la frontera para evitar el ingreso de la droga, de nada servirá el esfuerzo que hagan las autoridades de Tucumán, Salta y Jujuy”. “El NOA está abandonado”, señaló. Es la misma sensación tiene Gustavo Subelza, el intendente de la localidad salteña Salvador Mazza. El funcionario había advertido que en esa localidad había unos 150 pasos fronterizos que nadie controlaba. En lo que va del mes, las autoridades decomisaron más de 500 kilos de cocaína que habían partido de esa ciudad con destino a Orán y a Rosario. ¿Hace falta inteligencia criminal para descubrir un problema que hasta en los medios de comunicación se refleja?

“No hay plata”

El especialista en seguridad Federico Pelli sostuvo que son dos las razones del crecimiento narco en el país. La primera es la superproducción de cocaína en Colombia, Perú y Bolivia, y la segunda, que los controles no son los mismos en todos los países. “Obviamente que los narcos van a elegir los lugares en los que puedan desarrollar su actividad con mayor facilidad”, opinó. A la falta de persecución de las autoridades, se agrega otro problema. Pareciera que el tráfico de sustancia está naturalizado en toda la región. La semana pasada, la policía salteña encontró en una camioneta abandonada más de 10 kilos de “merca”. El vehículo, que tenía pedido de secuestro en Tucumán, tuvo un desperfecto mecánico y su conductor se dio el lujo de cerrar sus puertas y hacer dedo para que lo llevaran a Orán con el fin de conseguir ayuda. Pareciera que transportaba cualquier producto menos droga.

En las estadísticas del primer semestre también surgieron importantes datos. La mayor cantidad de cocaína incautada se trasladaba en camión. Los gendarmes descubrieron 2.284 kilos, cuatro veces más que los 511 kilos encontrados durante los primeros seis meses del 2023. También creció el tráfico de drogas en vehículos (1.277 en 2024, 1.161 el año pasado), en tours de compras (41 en 2024/30 en 2023), en encomiendas (86/5) y en micros de línea (257/130). Sí hubo una disminución: bajó el traslado a pie de esta droga de 134 a 74 kilos. Para los especialistas, esta es una prueba de que los controles son prácticamente nulos, ya que los traficantes utilizan los sistemas que le permiten llevar mayores cantidades.

Como funcionaria del gobierno de Mauricio Macri, Bullrich hizo hincapié en la lucha contra el narcotráfico. Ella impulsó la utilización de radares y más tecnología para controlar las fronteras. En la reciente visita que hizo a Salta, la funcionaria comprobó con sus propios ojos que nada de lo que ella había hecho funciona por el abandono de las personas que la reemplazaron cuando Alberto Fernández era presidente. Dicen sus colaboradores más cercanos que volvió a Buenos Aires preocupada y hasta enojada por la permeabilidad de las fronteras y con la promesa de analizar la grave situación. No hubo grandes anuncios. Al parecer sabe que la prioridad de Javier Milei es otra. Aparentemente prefiere mostrar los resultados de la pacificación de Rosario y no evitar que la droga llegue con suma facilidad a esa ciudad para que los grupos narcos se enfrenten por el dominio territorial. Como diría la ex fiscala Adriana Giannoni, en la provincia y en el país las cosas cambiarán cuando los dirigentes dejen de pensar en la foto y hagan una buena película.

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