Todo es historia y la historia tiene fechas y personas. El pasado 18 de julio se conmemoró el nacimiento de Amelia Ascárate, fundadora del Instituto JIM. Casa antigua, sólida y clásica, ambientes sobre extensa galería continuaba donde Mónico y posteriormente Pedro desarrollaron oficio evangélico, al igual que José, el carpintero transforman la madera en cosas útiles. Un 13 de marzo de 1967, Amelia Ascárate y María Luisa Ascárate de Pérez inician sus actividades con dos secciones del Jardín Infantes Modernos (JIM). Primeros alumnos y aulas. En 1970 surge en la vida educativa el Nivel Primario. Amelia otra vez. En 1977 se inicia otra etapa, el Nivel Secundario, con la carrera de Perito Mercantil y al año se incorpora otra división de Bachiller. Se inaugura, luego, la primera etapa del nuevo y actual edificio. En 1982 ofrece a la comunidad otra opción, inicia el Nivel Superior No universitario con carreras de profesorados. Todo dependía de la Superintendencia Nacional de Enseñanza Privada, supervisados, pedagógica y administrativamente, niveles medio y superior. No era cualquier cosa. Analizaba absolutamente todo y enseñaban, corregían, dejaban ideas, conceptos y preceptos. Todo crecía, el edificio, la cantidad de alumnos, docentes, nuevas titulaciones, agregar servicios para tender a complementar la educación de los padres con una formación integral y de calidad. Una participación fluida y constante con la comunidad, teatro, competencias corales, deportivas, salidas educativas, etc. Todo planificado, nada dejado al azar. Amelia y Luchy, como hoy Soledad Álvarez y Carlos Arraya, fueron una en la toma de decisiones, en la participación y aportes para seguir la evolución educativa. Jubilada docente poseía y hacía gala, gracias a Dios, de esa empatía por la tiza más allá de escollos que por cierto no fueron pocos. Antes del amanecer el aprestamiento, limpieza, orden, pulcritud que se respire y así se recorría todo, aulas, escaleras, baños, en fin todo, para recibir a los alumnos. El sábado limpieza en profundidad, cuidar el detalle. Nunca fue cuerpo docente con un rector sino que se construyó una familia que respondía a un interés común, complementar con los señores padres en la afirmación de su bien más preciado, sus hijos. Acompañaron y organizaron, por nombrar a algunos, a esta arquitectura educativa, Juan Carlos Lemme (ex rector del instituto Jim), Nimia Sánchez de Rodríguez, Virginia Courtade de Mulé, Mónica Serra, Inés Topa, María Eugenia Pacios, Sara Schiavone, etcétera. Todo bajo el manto protector de nuestra Santa Patrona, Nuestra Señora de Fátima. Cariño, protección, guía y permanente enseñanza. La positiva experiencia, el esmero manifestado por las mismas y la tarea de sus colaboradores las conduce a seguir creciendo en sueños y realizaciones en el ámbito educativo. Todos son importantes, desde el personal de maestranza, administrativos, docentes y directivos. El conjunto forma una sólida estructura que le transmite a la familia las seguridades de una prestación de un servicio de calidad y de contención junto a padres o tutores de los chicos. Gracias Amelia por su confianza, creatividad, claridad y visión.
Pedro Verasaluse