El especialista Juan M Segura, al respecto, manifestó su desacuerdo con la medida de prohibir el uso del móvil en el aula, aduciendo algo muy real desde hace décadas en nuestro país: “ pone en evidencia.. .la falta de interés de los alumnos por los métodos tradicionales de enseñanza...” “el docente no se siente confiado en cómo gerencia el aula”... Nuestro sistema educativo es obsoleto, descuida a uno de los actores indispensables, el docente. Estamos ante la disyuntiva: ¿qué es primero, el huevo o la gallina? El docente está totalmente desconectado de la realidad, desconcertado ante los adelantos tecnológicos. Sería importante que se realice un relevamiento entre los mismos, acerca de la capacitación, perfeccionamiento, actualización que recibió en la última década que haya sido valiosa y le haya provisto de herramientas para su desempeño laboral. Y aseguro que la respuesta sería: absolutamente casi nada. Lo que se ofrece en ese sentido, desde el sistema educativo, no tiene impacto ni relevancia alguna en el aula. Acá sería interesante plantear una comparación: si se hubiera tenido esa postura ante la computadora (que por lógica tuvo su resistencia por ser lo desconocido, y aún hoy, hay docentes que no la manejan), estaríamos más atrasados aun como sociedad. Y planteo una duda: ¿qué hacer con los docentes cuando respondan llamadas en el aula, cuando se retiran de la clase por ese motivo, y desperdician horas de trabajo? ¿La prohibición también los incluye? Para pensarlo...
Hilda Cristina Ponce